La oscura noche se alzaba ante mi y, descalzo, volvía sólo por el pequeño callejón del vecindario. Le había pedido a Jimin que me dejara solo, necesitaba estar a solas conmigo mismo y, quizás así, asimilar mejor las cosas.
Hoseok aún seguía reacio a la idea de tenerme delante de él, aún seguía dolido y parecía no querer olvidar como yo, siendo un completo hijo de puta, aparte a Haru de su lado en los últimos días de su vida, para luego irme a Jeju y dejarla tirada, sola. Lo peor de todo, egoistamente, no estuve ahí si quiera para él, cuando necesitaba un abrazo, pues él, al igual que yo, acababa de perder a su mejor amiga. Cuán sola habrá estado ella, cuán solo habrá estado él.
A decir verdad, me sentía como un monstruo que era capaz de hacer cualquier cosa para librarse del dolor, quizá por eso, 12 años después, el karma sigue pagándomelo haciendo que sienta todo el dolor que no sentí en ese entonces. Todo el dolor que me tocó vivir y que evite en mi juventud, viene ahora hacia mi como si de un boomerang se tratara. Ponerme una coraza y auto-infringirme una ceguera para no sentir ni ver nada malo al rededor no me ayudó en nada. Porque la vida es así, en algún momento tendrás que caer, tendrás que sufrir y si sigues evitando enfrentarte a ello, la caída será desde más alto y más dolorosa.
Y quizá hoy, por fin, a mis 34 años, aprendí la lección.
Caminé lo suficiente como para llegar a un parque, un parque que me llenó de memorias, como gran parte del vecindario. Se me hacía raro estar ahí, probablemente, en un universo paralelo, en 2006, un yo del pasado estaría en éste parque, ésta misma noche, en éste mismo instante; contando los lunares de Choi Haru, con su mejor amigo al lado riéndose de él.
Aún si cerraba los ojos, podía recordarla. Con su oscuro y alborotado pelo corto, con sus labios rojos y su reluciente sonrisa. Aquella sonrisa que te enamoraba y te daba miedo al mismo tiempo pues, junto con su mirada, podías ver lo traviesa que era y lo llena de pureza y vida que estaba.
Ni siquiera era creyente, pero esa noche estaba de rodillas, rezándole para que esté donde esté, estuviera teniendo un buen día.
Mientras la luna se alza en el cielo está noche, pienso en ella que ya no está aquí, pienso en que realmente jamás pude despedirme y tampoco pude agradecerle nada.
El tiempo ha pasado demasiado rápido, demasiado lento a la misma vez, y ahora ya tengo 34 años no soy el mismo. La flor de mi juventud, aquella que ardía intensamente, se ha convertido en cenizas.
A veces pienso que todo esto no es más que un mal sueño, una pesadilla y que despertaré algún día, con ella a mi lado. ¿Que puedo hacer para que esto sea así?
¿Qué puedo hacer para que todo esto sea una mentira? Quisiera no decirle adiós aún, por eso ésta noche, estoy rezando por su vida.
Cuando ésta vida, la mía, llegue a su fin, hasta que el dolor que irrita mi corazón desaparezca, espero que Haru esté ahí arriba, esperando por mi, espero que Haru esté teniendo un buen día.
Ya no puedo hacer como antes y borrar o omitir ciertos recuerdos y/o experiencias de mi cabeza. No puedo olvidar sus sonrisas, sus besos, ni sus caricias, todos esos momentos están congelados en mi memoria.
Miré de nuevo al cielo y sonreí aún con un sabor amargo en mi interior. Era absurdo que, aunque quisiera, no podía hacer nada más que rezar como un tonto. Ojalá me hubiera quedado a su lado y no hubiera marchado a Jeju. Ojalá pudiera absorber su dolor, ojalá pudiera absorber toda esa soledad que debió sentir cuando le abandoné.
— Aún si estás lejos, siempre permaneceras en mi corazón—dije mirando al cielo, dirigiéndome a las estrellas, las cuales, que yo recordara, rara vez brillaban con tal intensidad en Seúl. — Alzaré mis manos al cielo y te saludaré, ya no volverás a estar sola, mi amor.
— Estoy seguro que ya no está triste, estoy seguro que está feliz de vernos otra vez juntos—dijo de repente alguien a mi lado, sobresaltándome.
Giré mi cuerpo hasta encontrarme con su figura. Era él, era Hoseok.
—Venía a traerte esto—dijo enseñandome un par de zapatos y un abrigo.— No son míos, son de Yoongi, espero que te queden bien.
Fue lo último que dijo antes de lanzarme una sonrisa torcida y una palmada en la espalda.
Continue sentado en aquel parque, tenía los zapatos puestos, pero no el abrigo. De alguna manera me gustaba sentir el aire frío golpear mi piel, me hacía sentir vivo, fresco.
Suspiré dejando escapar todo el aire que me había guardado, sentía como si aquello, poco a poco, me estuviera sanando. Y quizás era así.
—Mi encantadora chica, ¿dónde te encuentras ahora?— pregunté a la nada.—Me gustaría verte— levanté de nuevo la vista hacia arriba—Pero en verdad, no importa donde estés, solo espero que tengas un buen día, que no estés sufriendo —pedí — Que tengas un buen día en el cielo.
F I N.
wow, ésta canción realmente significa mucho para mi. No hay un día en que no la escuche y llore asdfghjkl en fin, mE SORPRENDIÓ que a nadie le sorprendiera (si) que yoongi y hoseok salieran juntos lmao
Me sorprendió (otra vez, si) hasta a mi, yo solo acepto el VHope, el Yoonmin y el Namjin. Quizá acepte una poca el yoongi+hobbi pero nada más jeje
Ay, no sé que decir ahora, son las 6am casi las 7 y no pude dormir por el horrible dolor que sentí antes, ir a urgencias no me ayudó tanto but seguimos respirando gente c: jajs
AH ya, lo que quería decir es que MUCHÍSIMAS gracias por todo el apoyo, por cada comentario, aunque no los pude contestar todos. Nunca pensé que llegaría a escribir un fic con el que me sentiría siempre tan cómoda e inspirada y que encima os gustara ;( ♡ no estoy llorando ok
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
vengo a dejar esta foto de jinwoo antes de irme porque se ve precioso.
