Renacer.

Capítulo 11.

Las visitas de la madre de Min Ho se habían vuelto más seguidas con el paso del tiempo, y Taemin comenzaba a acostumbrarse a ella, o a sus insistencias por llevarlo de compras, aunque eso era algo que no siempre aceptaba, porque no le gustaba tantas personas a su alrededor, pero debía de aceptar que de las pocas veces que salió con la mujer le gustaba cuando iban a las tiendas de bebés, porque ella parecía tan decidida a hacer regalos a su nuevo nieto o nieta.

También Dong Min había estado pasando más tiempo con su abuela, y tal vez Taemin había estado dependiendo de la presencia del niño a su alrededor, porque lo extrañaba aquellos días que Ha Yi había comenzado a llevarlo con ella, diciendo que él también necesitaba tiempo para sí mismo, para descansar porque un embarazo no era sencillo, y Taemin comenzaba a creerle y lo confirmaba porque había días que no quería salir de la cama, otros en los que tenía antojos de chocolate o cualquier otra golosina, porque a su bebé parecían gustarle las cosas dulces.

Y aunque no le gustaban las sesiones con la psicóloga, también parecía que éstas estaban ayudándole mucho, o al menos eso creía Min Ho, porque su esposo había empezado a hablar un poco más con él, a expresar lo que quería, así eso fueran los antojos por el embarazo, de lo que casi estaba seguro que no hubiera hablado por sí solo, pero al menos ahora Taemin seguía intentando mejorar con los días, entender como realmente funcionaba el mundo a su alrededor sin sus padres, con un esposo, un hijo de un año y uno que crecía en su vientre, además de haber sido acogido bajo el cuidado de los padres de los señores Choi que lo trataban como a su propio hijo.

Taemin miró como la ropa de bebé que era colocado en varias bolsas y Ha Yi había extendido una tarjeta de crédito para que todo fuera cobrado, porque ella seguía haciendo regalos a sus nietos, porque no sólo el bebé que crecía en el vientre del joven había recibido regalos ese día, sino también Dong Min, quien ahora llevaba un peluche de casi su mismo tamaño y se negaba a soltarlo, incluso si ellos habían dejado las cosas abajo en el auto antes de seguir comprando.

—¿Estás cansado? —preguntó Ha Yi viendo a Taemin.

Llevaban caminando varias horas por el centro comercial, y esa era una actividad que a ella le gustaba, pero no estaba seguro de cuán cómodo podía estar Taemin, no con su vientre de cuatro meses, y ella sólo había tenido un embarazo, sin embargo, sabía que podía volverse algo muy cansado.

—Estoy bien —murmuró.

Ha Yi asintió y condujo a Taemin hasta otra tienda en la que había visto antes unos zapatitos azules que le habían gustado, e incluso la mujer estaba hablando de lo bonito que sería que consiguieran un par del mismo modelo tanto para el bebé como para Dong Min, haciendo que Taemin sonriera, porque la idea le gustaba.

El móvil de la madre de Min Ho comenzó a sonar al entrar en la tienda, ésta no pudo evitar sonreír al darse cuenta de que era su hijo, e imaginaba que era para saber de Taemin, quien ya había comenzado a ver unos zapatitos blancos para Dong Min.

—Hola —saludó Ha Yi al descolgar la llamada.

—Hola, mamá, quería saber si Taemin está contigo.

La sonrisa de la mujer se amplió al darse cuenta que su hijo había preguntado directo por Taemin, incluso antes de tener una pequeña conversación de cortesía, y eso para ella sólo era la confirmación de que el chico le importaba, y era feliz con aquello, porque de verdad creía que Taemin le estaba haciendo bien a su hijo, y no era que antes no tenía simpatía por Ah Rim, pero prefería a su hijo con su actual esposo, aunque en un principio creyó que sólo fue un oportunista, pero ahora la idea se había ido.