Renacer.

Capítulo 3.

Una semana después estuvo recibiendo a un abogado y una carpeta con los papeles del divorcio, Ah Rim le volvía a enviar un mensaje diciendo que no quería estar a su lado, que no era feliz, y pidiéndole que cuidara de Taemin, ésta vez ni siquiera había mencionado a Dong Min, y Min Ho no sabía cómo sentirse respecto a eso.

Ni si quería firmar esos papeles que lo harían un hombre libre, o que le darían la custodia total de su hijo porque ella hasta eso renunciaba, ¿de verdad nunca fue feliz como para no querer ni a su hijo?, Min Ho de verdad que se sentía fatal, y tener a Taemin cerca era como un triste recordatorio más, porque el joven había quedado como el reemplazo de su esposa, quien lo esperaba con la cena hecha y cuidaba de su hijo cuando nada de eso era su obligación.

Luego de leer una vez más los papeles, que fueron algo que Ah Rim debió haber planeado mucho antes de irse, decidió firmarlos, si ella no era feliz con él, no había caso que estuviera decidido a retenerla a su lado, aunque fuera sólo con el título de su esposa, porque ella ya no estaba ahí.

—¿Por qué lo hace? —la voz de Taemin lo sorprendió, había pensado que ya estaba dormido.

—Porque quiero que sea feliz.

—¿Y su felicidad?

Min Ho lo miró por un corto momento, ¿importaba su felicidad en ese momento? Porque sí era eso tendría que buscar por el mundo entero a Ah Rim, y luego retenerla en contra de su voluntad, aunque no creía que así fuera feliz, no si ella no lo era.

—¿Tú podrías retener a tu lado a alguien que amas pero que no te corresponde?

Taemin lo pensó un poco antes de negar con la cabeza, él se aferró a su madre y había terminado muerta, él seguía culpándose por eso, y su padre en una clínica de la que no sabía cuando saldría, él no quería hacer infelices a las personas.

—Por eso lo hago, si Ah Rim no es feliz a mi lado, sino lejos de mí, lo mejor es que yo firme el divorcio.

El joven miró los papeles sin decir nada y luego le dio una mirada de comprensión antes de despedirse e irse a dormir, sin darle tiempo a Min Ho de hablar más, quien quería decirle que él no iba a echarlo de la casa, pero que si él quería irse no lo retendría, no era necesario que se quedara ahí ahora que Ah Rim no estaba, pero tampoco que se fuera, era como él mejor estuviera cómodo, así como tampoco era necesario que cuidara de Dong Min o hiciera la cena, no era su responsabilidad, ahora sólo era la de Min Ho, pero todo aquello tuvo que quedarse para una próxima conversación.

***

Taemin se había convertido en un gran apoyo, ciertamente Min Ho no sabía qué hubiera hecho si él no estuviera ahí, a veces sólo dirigiéndole unas pocas palabras para invitarlo a cenar, o decirle que Dong Min estaba dormido, no había otras intenciones y ahora sí creía lo de hace a penas semanas atrás se debía a la influencia de Ah Rim.

En algunas ocasiones lo encontró en su despacho rebuscando entre sus libros, su ceño estaba fruncido y se había quejado de que no eran divertidos, que las leyes no lo eran y que ni siquiera las podía entender por completo, algo que era comprensible si el joven no parecía interesado en eso, aunque casi lo vio devorarse un libro de poemas que compró en un puesto callejero cuando salió al supermercado.

Taemin había hecho que el abandono de Ah Rim no se sintiera tanto, porque él había asumido los quehaceres de la casa, quizás no ere un excelente cocinero pero los pocos platos que conocía se los podía comer, así como se hizo cargo de Dong Min, y lo que su hijo necesitara, pero no sólo era eso, sino que él no hubiera sabido cómo sumir todo por sí sólo, sin la compañía que el joven representaba a su lado, quizás después de todo Ah Rim no se había equivocado, porque Taemin era un buen compañero para convivir, aunque él no había pensado de otra manera en el joven, lo seguía viendo como el primo de la mujer que una vez fue su esposa.