—Aquí tienes cariño.Trago la pastilla con el vaso de agua que me a dado la enfermera, le sonrió mientras me levanto y dejo el vaso en el escritorio. Tomo la mochila que he dejado a los pies de la camilla.
—Gracias —digo una vez que ya estoy lista para marcharme.
—De nada cielo. Si vuelves a sentir alguna molestia no dudes en venir inmediatamente. Tienes que tomarte una cada día después de cada comida —me entrega una hoja lo cuál supongo es la receta médica—. Si persisten los dolores haremos un examen para saber que es lo que te provoca los malestares —me mira a la espera de que haya entendido todo —yo ya sabía porque eran los dolores de cabeza, me había despertado y en la mesita de noche de mi habitación había un recibo, claramente la orden era clara «Pagalo antes de que venza»—. La doctora espera una respuesta así que le sonrió y asiento—. Ya puedes retirarte —finaliza.
—Adios Ágata —me despido.
Ella asiente y mientras camino hacia la puerta veo como vuelve a sumergirse en los papeles que se encuentran en su escritorio. Río entre dientes mientras niego, nunca cambiara.
Cierro la puerta con cuidado mientras camino por el solitario pasillo. Me había perdido dos clases y a esta hora todos se deberán encontrar en la cafetería. Estaba agradecida a la maestra de química por haberme ofrecido venir a la enfermería en el momento que vio que algo andaba mal conmigo, había descansado unas preciosas horas. Últimamente los dolores de cabeza iban en aumento, pero entre el trabajo, los entrenamientos, las clases, las tutorías, entre que no había dormido bien todos estos meses y el acercamiento de Dylan ayer estaba exhausta, me había mantenido despierta toda la noche.
Haber estado en la enfermería me había dado unas horas para descansar un poco —Bendito seas dolor de cabeza—. Me encamino hacía la cafetería para encontrarme con Pame, tendría que pasar los apuntes y eso si sería un problema ya que los apuntes de Pame son mas jeroglíficos, garabatos y dibujos que otra cosa, pero seguro había algo que rescatarle. Una melodía sonó en el pasillo.
Buenos días cielo, soy Wanda. Espero no estés en clases. Quería preguntarte si no podrías venir hoy a cuidar a Henry, mi esposo tiene una cena de negocios esta noche y la niñera a salido de la ciudad. Te pagare bien y te aseguro que Henry será un sol contigo. Avisame si éstas libre.
11:23.
Sonreí al leer el mensaje de la señora Wanda, hace mucho tiempo que no veía al pequeño Henry, la última vez estaba aprendiendo a caminar, ahora debería ser todo hombrecito. Hoy no tenía que ir al restaurante ya que Romina esta cubriendo los turnos en los que había llegado tarde, no había entrenamientos y por lo que me dijo Pame sólo habían anotado algunas cosas en clases, nada de que preocuparse por la tarea. Además de que el dinero no me vendría nada mal, y más con los recibos que se debían pagar.
Me encantaría señora Wanda, aviseme a que hora quiere que este ahí. Me saluda a Henry, le dice que tengo muchísimas ganas de verlo.

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Un capítulo más
Teen FictionAdele Carter es una chica con una vida desastrosa. Después de que su papá las abandonará, su madre prefirió esconderse en la bebida y el trabajo antes que estar con la chica que le recordaba a su ex esposo -provocando así no saber nada de la vida...