Capítulo 13.

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"Eso es lo que hacen las estrellas: observan a los amantes, por eso son tan hermosas."






El fin de semana había terminado, por lo tanto era hora de que dejara de sentir lastima por mi patética vida. Había perdido a dos mejores amigos de la noche a la mañana, mi padre nos había abandonado por otra mujer mucho mas joven, mi madre era una alcohólica que recordaba que tenia una hija cada que tenia que pagar una nueva factura, y no sabia si estudiaría la universidad gracias a que no tenia suficiente dinero, pero vamos. Al menos respiraba.

Muy bien Adele, gastar el oxigeno de otras personas.

En serio necesitaba dinero, mas que otra cosa. Algunos podrían decir materialista y que el dinero no daba la felicidad, pero si una persona dice eso es porque en su vida a tenido que preocuparse todo el tiempo por el dinero, la vida no era color de rosa. Las personas necesitábamos un techo y comida para poder vivir, y si alguien decía lo contrario pues aun no le había pegado la realidad.

El horario de hoy era una locura, me tocaba matemáticas avanzadas seguido por química, muy bien para que a mi cerebro le pegara una crisis, no es que odiara las matemáticas pero por dios, qué persona nos odiaba tanto en el mundo para poner lunes y matemáticas en el mismo día.

–¿Qué haces?–una mano con manicura francesa tomo mi horario, sus cejas se fruncieron mientras soltaba una risotada.– Eres la persona con más mala suerte.

Me colgué la mochila al hombro antes de emitir un pequeño bufido.

–Me alegro que mi desgracia te cause felicidad Pam.

Mientras yo caminaba para alejarme de ella lo mas rápido Pame solo necesito dar cinco pasos para alcanzarme, malditas piernas de modelo ¿Acaso hoy era el día de burlarse de Adele?

– No te enojes Adele, tengo una buena noticia para ti–el brazo de Pam se poso en mis hombros. Genial, como si necesitara ser más enana. –¡Nos han invitado a una fiesta!

<<¿Esa es una buena noticia? ¿Y mi dinero? ¿Y mi auto? ¿O mi casa en los Angeles con el guapo de Ross Lynch? >>

– Pam, cariño -gire mi asiento para darle toda mi atención mientras la tomaba de los hombros–. Creo que acordamos que cuando no tuvieras en claro el significado de alguna palabra yo te daría la respuesta.

– Déjate de juegos Adele –ouch, sentí un pequeño escozor cuando Pam golpea mi mano–. Esta vez vendrás conmigo, ya investigue y se que no tienes turnos extras –antes de que pudiera responder Pam movió su mano para callarme– ni tutorías o tener que ser la niñera de alguien <<Oh por dios, estoy siendo acosada>> si, ya lo se todo. Así que no pongas excusas.

– ¡No iba hacerlo!– contraataqué sin una gota de vergüenza.

Pam solo me miro con una ceja alzada pero no dijo nada, eso, cree mi mentira.

– Como sea, esta vez si te va a gustar esta fiesta –la emoción en su voz era palpable. – No solo van a ir los de nuestro instituto, también los del pueblo vecino, ademas de que esta vez vamos a tener... ¡Nick has dos redobles de tambores! –Un chico detrás de Pam que estaba comiendo un pan se lo metió de golpe a la boca para comenzar a golpear dos tapices contra su mesa.– ¡Una fiesta de disfraces victorianos! –termino con un exitoso grito.

Ok admito que estoy tentada, ¿disfraces y vestuario vitoriano? Mierda, realmente me gusta. Amaba la moda, culpo a mi reciente obsesión con series como Bridgerton. Cómo seria posible que a una chica no le vaya a gustar vestirse como princesa por un día

La sonrisa en los labios de Pame al verme se agrando, permitiéndome ver su perfecta dentadura blanca y perfecta.

–Esta bien, no te puedo decir que no, después de todo mi acosadora se a tomado tantas molestias. –dije con sarcasmo.

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