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No quiero ponerle excusas de porque no actualizo tan seguido, sólo quiero aclarar que no lo hago porque literalmente esta novela se esta escribiendo al momento -osea que no tengo aún fijo nada, sólo son ideas que vienen y van -. Así que lo que respecta a los capítulos ni yo se cuando surgirá otro.

Como segundo punto que quiero aclarar también y que muchas me han estado diciendo es sobre el personaje de Adele; para empezar con ella yo quiero hacer un personaje donde a medida que lean los capítulos vaya evolucionando, así que no se desesperen cuando vean que ella tiene arranques donde te gustaría sacudirla para que recapacitara. Mejorara, lo prometo.

Es lo único que les voy a decir hasta ahora de la historia porque aunque tengo muchas más ideas puede que al final todo de un giro de 360°.

Sin más he aquí lo que han estado esperando.

Espero lo disfruten y no me maten por tardar tanto. Que tengan una excelente semana.

DEL CAPITULO 8 EN ADELANTE TENDRÁN QUE SEGUIRME PARA LEER LOS DEMÁS CAPÍTULOS. GRACIAS.

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Han sentido como tienen esos días de inestabilidad emocional. En un minuto te puedes sentir la mar de bien y al siguiente ¡Boom!, eres una cascada de lágrimas, después pasas al enojo, la frustración, la confusión... Yo odio esos días. Los odio con todo el alma, y es por eso que seguramente el todo poderoso me ha bendecido —el mero sarcasmo es pura coincidencia, lo juró—, de entregarme muchos de esos.

Suspiro pasando la última pincelada por el lienzo con una explosión de colores que se encuentra ante mi —un modo de escapar de la realidad, mi realidad—. Me gustaba pensar que por un momento me sumergía en ese mar de colores, transportarse a mundos desconocidos, galaxias, estrellas, un mundo dónde no existía todo las desgracias que el mundo tiene «No sirves Adele, nunca lo has hecho», una lágrima traicionera corrió por mi mejilla y me la quite con furia.

La manga de mi suéter color rosa pastel quedo manchado por el rimen que seguramente se me había corrido por las mejillas «No deberías estudiar si no sabes nada, me mato trabajando y solo eres un parásito». Un sollozo se escapa de mis labios mientras tomo una brocha más gruesa y la remojo en pintura negra, la paso con rapidez por todo el lizo con rabia.

Soy tan estúpida por creer que un día esto cambiara. Una vez que todo el cuadro había quedado pintado de negro niego con la cabeza antes de quitarlo del caballete.
Miro como el sol se esta escondiendo y decido tomarme un momento para apreciarlo mientras guardo una por uno los botes de pintura junto con las brochas en mi mochila negra con decoraciones de planetas «otro lienzo arruinado», hago una mueca porque seguramente tendré que trabajar turnos extras para poder pagarme más —a este paso todos mis ahorros irían a eso—, pero no me arrepentía. Era la única cosa que me hacía feliz.

Un capítulo másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora