-¿Que?- él parece no haber entendido lo que le dije, sin embargo vuelve hasta donde estoy.
-Que no... puedo cruzar la calle.- me mira confuso como si aún no entendiera nada -Vamos riete. No importa, todos lo hacen.- quizás fue tonto haberle confesado mis miedos porque suelo ocultarle mis problemas a todos, pero era imposible ocultárselo a él. Ahora él probablemente este pensando que soy realmente raro y tiene que correr aún más rápido de lo que pensaba hacerlo, y no volver jamás a este parque. Es mi culpa por no ser normal.
-¿Porque debería reírme?- suena tan calmado como si no hubiera oído una verdadera locura.
-Porque usualmente las personas corren en esta parte de la conversación.
-¿Me estas pidiendo que corra? Aún no entiendo porque debería hacerlo.
-¿Enserio, Joel? ¡Te estoy diciendo que no puedo cruzar las malditas calles! ¿Entiendes lo que es eso? No puedo caminar de un lado a otro como una persona normal, no lo soy. Incluso tomo un taxi para ir a la tienda de la esquina.- él me mira tan tranquilo que por alguna razón quiero golpearlo, muy, muy fuerte por no verme como un bicho raro.
-¿Y? Yo suelo tomar taxis para cruzar al otro lado de la calle solo porque tengo pereza de caminar ¿Eso me hace raro también?- ¿acaso se está burlando?
-No pretendas mentirme los taxis no pueden cruzar directamente al otro lado de la calle.- porque yo ya lo habría hecho entonces, pienso lo último.
-Erick, no sé porque piensas que eres raro. No lo eres.
-¿En serio no vas a correr? Tal vez tengas razón y el raro seas tú, no te estas comportando como lo hacen las personas comúnmente, quizá yo deba correr.- él suelta una carcajada contagiosa, que incluso también quiero reírme.
-Tienes un problema, es obvio, pero tendrás tus razones. Podrías contármelo si quieres, el porque de tus miedos.
Sus ojos están ¿brillando? Café vivo, chocolatoso, mi color favorito desde hoy. ¿Está sonriendo? Dientes perfectamente alineados, blancos, como si jamás hubieran sufrido de caries. Y esos rulos ¿están volando? A donde el viento sopla, rebeldes, despeinando su hermoso peinado.
Y yo ¿porque estoy llorando? Un sollozo que sale de mi garganta me hace salir de mis pensamientos. Él me abraza. Su cálido ser me hace sentir en mi hogar, el verdadero, el que compartía con mi madre. Nadie jamás me había hecho sentir esto, nadie jamás había hecho que desee quedarme ahí.
Me dirige hacia nuestra banca y nos sentamos una vez más. -No tienes que contarme si no quieres.- dice, pero yo quiero hacerlo.
Lo miro y aún siento ese calor de hogar en su mirada, voy a hacerlo. -Era sábado por la mañana mamá y yo necesitábamos ir al súper por algunas cosas. El supermercado quedaba a pocas cuadras de nuestra casa, en la última cuadra había una gran avenida al frente estaba el súper, solíamos ir caminando. Era tan sencillo como esto, caminar el par de calles y cruzar la avenida, comprar las cosas y volver de la misma forma ¡era tan malditamente sencillo como eso!
-Erick...- escucho su suave voz que me vuelve a la realidad, no hace que me pierda en mi locura
-A penas era un niño de 8 años- continuo hablando -mamá siempre me decía que no debía cruzar la calle solo, era demasiado peligroso. Cuando el semáforo se ponía en rojo ella tomaba mi mano con fuerza trasmitiendome seguridad, me sonreía y entonces solo entonces cruzábamos la calle. Pero aquel día fue diferente, me enfade con mamá porque ella no paraba de tratarme como un bebé y yo me sentía grande capaz de hacer las cosas por mi mismo, cosas sencillas como cruzar la calle. El semáforo de la avenida se había arruinado días atrás y los de la compañía de seguridad no lo arreglaban aún. Ella me ofreció su mano como siempre pero no la acepte, corrí tratando de cruzar la calle, quería demostrarle a mi mamá que yo tenia razón, olvide que el semáforo estaba mal y los autos no iban a parar. Mis pies no reaccionaban, me quede paralizado casi a media calle. Algunos autos trataban de esquivarme, otros frenaban en seco pero uno al parecer no podía hacer nada más que seguir en linea recta. Sentí sus cálidas manos una ultima vez, empujándome con fuerza lejos del peligro hacia la acera.- mi rostro está completamente empapado por las lágrimas que no parar de salir de mis ojos. Joel solo me abraza. -Murió por mi culpa, el resto de mi familia siempre me culpo y tenían razón yo la mate.
-No, Erick, no es tu culpa. Eras solo un niño.
-Por eso mismo jamás debí soltar su mano. Jamás debí cruzar la calle solo. Es lo que siempre me ha atormentado. No puedo olvidar ese día.
-Cuando una persona se tiene que ir no puedes hacer nada para evitarlo. Ella te amo tanto que prefirió irse, quiso que vivieras, no la decepciones. Sigue viviendo, trata de ser feliz. Tienes que dejarla ir, no es tu culpa.- la mezcla de dulzura y seguridad en su voz hace que le crea. No es mi culpa.
-Aún así no puedo cruzar la calle.
-¿Recuerdas lo que te decía tu mamá antes de cruzar la calle?
-Que tomara su mano y no la soltara.
-Entonces hazlo.
-Pero ella ya no está.
-Pero estoy yo, toma mi mano.- antes de analizar lo que me está diciendo él sujeta mi mano y corre jalandome hasta llegar a la acera del parque.
Esperamos unos minutos a que el semáforo cambie de color. Estoy temblando, siento escalofríos y mi respiración se acelera. Creo que Joel lo nota porque siento que aprieta su agarre en mi mano transmitiéndome seguridad, cuando lo miro me sonríe y por un momento parece la sonrisa de ella, es igual de bonita. Cuando el semáforo está en rojo y los autos paran yo cierro mis ojos fuertemente, me dejo guiar por él porque confío en él.
-Lo hiciste, Erick, cruzaste la calle.- puedo oír que dice después de un momento, entonces abro mis ojos y me encuentro con su esplendido rostro, nosotros aún agarrados de la mano al otro lado de la calle. ¡Lo hice!
Él tampoco es normal. ¿Por qué no corrió cuando pudo? Ahora yo no creo que sea capaz, por más que él quiera irse, yo no creo ser capaz de dejarlo marcharse.
ESTÁS LEYENDO
Al otro lado de la calle ΞJoerickΞ
FanficNo cruzaría la avenida ni aunque le dieran oro, ni aunque Shawn Mendes le llamara, ni siquiera si el amor de su vida estuviera al otro lado de la calle. •Novela corta. •No copias, ni adaptaciones •No homofóbicos.