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Al día siguiente escuché que preguntó al encargado de la biblioteca si había visto un cuaderno azul.
Quería entregárselo pero no me atreví.
Aunque de algún modo quería hablarle.

Salí tarde otra vez y la volví a encontrar en la parada de autobuses.

Hoy la noté diferente.
A pesar de que su expresión nunca ha mostrado emoción alguna, tampoco la he visto ponerse feliz por algo, y tampoco molestarse, aunque así la ven todos, yo sabía que así era su rostro, pero esta vez se veía triste, y apagada.
Y sabía que era porque había perdido su cuaderno, me sentí culpable.

Subimos al camión y me senté dos asientos detrás de ella.

Se colocó sus audífonos y miró por la ventana.
Vi su reflejo en ella.
La vi triste.

Lonely | MiShu (G i-dle)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora