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Subimos al primer autobús que pasó y nos dirigimos al centro de la ciudad, a Shuhua no pareció importarle a dónde nos llevaba con tal de no ir a su casa.

El camino fue largo pero tranquilo, íbamos sin hablar, pero en ningún momento sentí incomodidad al estar junto a ella. Shuhua simplemente veía por la ventana y yo quería evitar preguntarle cualquier cosa de la que no quisiera hablar.

Llegamos a un centro comercial, al principio Shuhua no estaba tan animada pero logré convencerla de pasear a diferentes tiendas para pasar el rato.
Incluso nos paramos a comer algunos bocadillos y bebidas.

También se me ocurría decir cualquier tontería o cosa fuera del lugar para animarla un poco y me alegró verla sonreír en algunas ocasiones por mis ocurrencias.

Al llegar la noche nos fuimos finalmente a tomar el autobús.

El camino fue más animoso que el anterior, Shuhua hablaba de vez en cuando y nos colocamos mis auriculares para escuchar algunas de mis canciones favoritas.

Después de un rato, Shuhua no pudo evitar quedarse dormida mientras se apoyaba en la ventana, no quise que se sintiera incómoda así que la moví con delicadeza apoyándola en mi hombro.
Me atreví a quitarle algunos mechones que cubrían su rostro y así pude contemplar su belleza desde cerca.

Se veía tan serena y en paz, pero tan frágil y vulnerable por dentro, que quise protegerla de todo lo que le estuviese haciendo daño.

Lonely | MiShu (G i-dle)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora