los monstruos si existen, estan en nosotros.

no estas solo.

- solo te quiero decir...

- mi expresión cambió a una de curiosidad al pensar que era lo que me quería decir.

- no estas solo...

- esas palabras me sorprendieron bastante, quizá ella conocía lo que me pasaba, pero eso no se ignifica que me entienda, ella misma lo dijo.

- si ves a tu alrededor, lograrás ver qué hay gente sufriendo, no lo mismo que tú, pero saben lo que es estar solos, si te dan ayuda aceptala.

- pero ellos no me comprenden, cómo podrían ayudarme.

- simple, si intentan ayudar es por que ellos vivieron algo parecido, y como dije antes saben lo difícil que es.

- ¿y como sabes eso? Pregunté incrédulo.

– ni siquiera te imaginas el por qué, esbozo una sonrisa burlona.

– soy un completo idiota lo lamento, dije y use una mueca de felicidad.

– no importa, pero creo que nunca te vi sonreír.

– tienes razón creo que me ayudó un poco hablar contigo, por cierto si tú sufres lo mismo que yo por qué nunca te veo estar adolorida o enfadada.

– a mi me atacaba de diferente manera.

– eso quiere decir, que te libraste de el.

– exacto, me atacaba de forma muy distinta, nunca en mis pensamientos o sueños, tampoco me lastimaba física mente, me hacía ver cosas que los demás no veían, como sombras y mounstro de otras personas, así que no solo me atacaba el mío si no también otros.

– ¿entonces crees que el tuyo era peor que el mío?

– realmente no lo sé, colo lo dije antes todos somos diferentes, e incluso nuestros miedos son diferentes, por esa razón nuestros mounstros también lo son, cada persona necesita saber librarse de sus propios demonios.

– por esa razón no me podías decir cómo librarme de el, cierto.

– pero ahora lo sabes, dijo mientras tomaba su mochila alado de ella y se levanta.

– de qué hablas, dije mientras hacía lo mismo que ella.

– ahora sabes que tienes que buscar la solución a tu problema, se puso su mochila y empezó a caminar.

– bien lo entiendo.

Ella sonrió, puso una mano en mí hombro y se despidió, antes de irse me dijo una última palabra...

– y recuerda, no estas solo.

Con esas palabras en mí mente me dirijo a mi casa, estoy listo para enfrentar lo que sea ahora.

Todo está bien aguantaré un poco más, solo hasta que encuentre la forma de desaserme de el, pero está vez permanente, no dejaré que regrese por tercera vez a atormentarme.

No lo haré...