Recuerdos

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Había visto a Thomas en el ducto, y estoy segura de que no lo imaginé. El estaba ahí.

Ya estaba dentro de la enorme puerta de acero. No me impresionó mucho, esperaba algo mejor. Lo único que había dentro era una mesa con dos sillas,una de cada lado. Cruzando la habitación había otra puerta y al lado de esta, un estante con botellas, cajas, etc. 

Uno de los hombres que me habían llevado a aquel lugar, me hizo sentarme en una de las sillas, y me dijo: "siéntate, Jensen ya viene".

Genial. Me sacaban de mi cuarto, y solo para empeorar mi día. 

No habían pasado ni dos minutos cuando escuché el sonido de la puerta abrirse. Antes de que yo pudiera voltear la vista, Jensen ya estaba aproximado a sentarse en la silla frente a mi. Detrás de él, se colocó una mujer vestida de blanco.

- Me alegra verte T/N... 

No contesté. 

- Bien, seré breve... recuperarás tus recuerdos. 

Con unas simples palabras había logrado alterarme bastante.

- No gracias. 

Mostró una pequeña sonrisa. 

- No fue una pregunta - hubo un pequeño silencio antes de que volviera a hablar. - Doctora...

Mi vista automáticamente  se dirigió a la mujer, quien se aproximó a mi con una jeringa en su mano derecha. Me levanté rápido en un intento por salir de ahí, pero fue completamente inútil, pues al momento, los hombres que me habían traído aquí me tomaron de ambos brazos provocando que me sentara bruscamente. 

Sin importar que yo siguiera haciendo fuerza para que me soltasen, la mujer a la que Jensen había llamado "doctora" inyectó algo en mi brazo. No sabía que era. 

Al terminar. Comencé a sentirme débil, tanto que dejé de luchar con aquellos hombres, por lo que al instante me soltaron, sabían que no haría nada. 

Poco a poco mi vista se nubla. Hasta que no puedo ver ni sentir absolutamente nada. 


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Al abrir los ojos lo primero que veo es una enorme luz, la cual tenia cara a cara. Estaba recostada en una superficie algo suave. Me altero al no sentir mi ropa puesta (excepto la interior). 

Miro a ambos lados, solo veo cuatro paredes y un espacio bastante estrecho. Escucho ruidos provenientes de la puerta de metal, por la que momentos después entró la que supongo es la misma mujer que me había inyectado, llevaba puesta una enorme bata blanca y un cubre bocas. 

Tomó una jeringa de la pequeña mesa que estaba al lado mio. Tomó mi brazo e inyecto la sustancia. Estaba demasiado débil como para poder reaccionar o incluso impedir que me introdujera cualquier cosa. 

Nuevamente perdí la noción y mi vista se volvió negra. 

MAZE RUNNER... Del odio al amor ( Newt y tu )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora