Viejo Recuerdo

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En honor a la verdad esa relación que mantenía era todo menos convencional, no solo por el hecho de ser amante o antiguos enemigos, si no por romper esquemas, todo lo que hacían iba en contra de sus costumbres, atentaba con todos aquellos preceptos que habían establecido como ideales irrompibles, sin embargo no era solo lo correspondiente a la relación que mantenían era lo único que sorprendía por considerarlo algo prácticamente imposible, se sumaban tambien los cambios que se estaban dando a su alrededor propiciados por ese acercamiento.

Continuamente Hermione y Draco salían en la portada del profeta, el proyecto empresarial que tenían en manos era muy importante en el mundo de los negocios, no solo porque marcaba un parteaguas para entrar al mercado muggle de manera más abierta, si no porque marcaba el inicio del cambio donde los muggles aunque no los supieran eran tratados de alguna manera como iguales de los magos.

Algunos no veían con buenos ojos ese cambio, principalmente aquellos conservadores que de alguna manera seguían teniendo sus creencias de superioridad demasiado arraigadas, pero sin duda el primer paso ya se había dado aun en contra de sus deseos.

De ahí surgía el interés del ministro de poner una especial atención a todos los detalles que consolidaran ese nuevo proyecto, pues si bien algunos empresarios de manera directa o indirecta habían comenzado a realizar negocios con el mundo no mágico, el proyecto que encabezada Draco Malfoy era de mayor proporción y el que tendría un impacto más significativos en progreso.

Sumado a esto que fuera precisamente un sangre pura con el historial de Malfoy quien diera la oportunidad de que se llevara a cabo, era por si solo un logro, una manifestación de que el nuevo gobierno estaba logrando grandes cambios en beneficio de todos. Muchos eran los desconfiados, los escépticos que no creían en las buenas intenciones del rubio, pero sin duda se encontraban tranquilos que alguien como Hermione Granger estuviera a cargo de supervisar y aplicar la ley de manera correcta.

Era común ver frecuentemente a Granger y Malfoy comiendo o cenando en algún exclusivo restaurant, y aunque sabían muy bien mantener las apariencias delante de los ojos curiosos, no faltaba quienes dijeran que esa relación había trascendido a algo más que relaciones laborales. Ninguno de los dos confirmaba o aceptaba nada, sobre dichas especulaciones, no era que tuvieran que mentir o esconderse, después de todo ambos eran adultos libres de hacer con su vida lo que les apeteciera, pero no deseaban dar explicaciones a nadie no fueran ellos mismos.

El que no parecía demasiado complacido de la relación tan estrecha que estaban sostenido era por su puesto Ron Weasley, quien no se hacía aun a la idea de ver a su ex mujer en brazos de otro, aunque tampoco ayudaba mucho que ese otro fuera precisamente Malfoy.

Enojado el pelirrojo había arrugado el periódico entre sus manos, en las páginas centrales aparecía una foto  de su ex mujer al lado de Huron desteñido cortando el liston por la inauguración de las nuevas oficinas donde se manejarían los nuevos proyectos. Estaban sonrientes y conocía lo suficiente a Hermione para detectar esa mirada cómplice y esa sonrisa resplandeciente que antes solo le dedicaba a él.

Astoria desde el marco de la puerta solo lo observaba con tristeza, llevaban ya varias semanas compartiendo no solo la misma casa, si no la misma cama, pero por más que se esforzaba no podía hacer que Ron dejara de pensar en Granger. Incluso le había prohibido entrar a la biblioteca, donde solía pasar algunas horas antes de irse a dormir, no sabía que hacia ahí, pero sospechaba conociendo a la ex Gryffindor que ese era un lugar especial para ella y por tanto ahora que no estaba era el único lugar donde podía encontrar su recuerdo el pelirrojo.

Entro sonriente como si no se hubiera dado cuenta de lo que pasaba, como si no estuviera tan triste que le costaba trabajo contener las lagrimas, se acerco amorosa al pelirrojo que giro el rostro para evitar que le besara en la boca, estaba demasiado irritado para ese tipo de cosas, sin embargo, Astoria era persistente y sumamente habilidosa cuando se lo proponía, sabía que ya que estaba enojado lo que menos quería eran arrumacos tiernos, deseaba descargar esa frustración que sentía,  la impotencia de no poder recuperar y ella le prestaría de nuevo su cuerpo sin importar que invocara su recuerdo en ella.

Por eso desafiante le beso la boca y le modio los labios, abriéndole de un tirón la camisa haciendo saltar los botones y se sentó a horcajadas sobre su regazo levantase el faldón de su vestido.  Fue entonces que lo que esperaba sucedió y Ron se convierto en un huracán dispuesto a causar destrozos y sin delicadeza alguna la levanto en boladas y la estrello contra una de las paredes, mordiendo con tal fuerza su boca que incluso le sangro los labios.

Pero la rubia no se quejo, ni desistió de sus intenciones y como una fiera hambrienta enterró sus uñas en la espalda arañando y mordió su hombro causándole daño, pero eso lejos de molestarlo le excitaba mas y ahí contra una pared le rompió la ropa descubriendo sus pechos blancos que mordió marcando sus dientes en la tierna piel, y Astoria aguanto incluso eso, tragándose los quejidos de dolor. El pelirrojo desgarro la delicada tela de sus bragas y sin mayor preámbulo la penetro sin contemplaciones, sin palabras amorosas o caricias tiernas, entro en ella sintiendo sus estreches amoldándose a su virilidad y jadeo enloquecido, trastornado, y arremetió contra ella una y otra vez hasta llegar al climas, y en su locura, en la impasibilidad de su alma susurro su nombre -Hermione.   

Astoria abrió los ojos sorprendida pues claramente lo escucho, entonces fue ella la que enloqueció de rabia y de dolor.

Le había permitido usarla, sabiendo que cuando la besaba con la ternura infinita que solo el  amor provocaba la besaba a "ella", que cuando la abrazaba en las noches y hundía su rostro en sus cabellos buscaba el aroma de otra, que era pensando en "ella" cuando la hacía suya y apretaba los ojos invocando su presencia, que cuando le hacía el amor con ternura era recordándola, y cuando entraba entre sus piernas de manera salvaje era cuando no conseguía engañarse y ver en su rostro el de "ella".

Pero escuchar de su boca algo que ya sabía confirmado sus miedos y no darle siquiera esa leve esperanza de que ella pudiera aunque sea quedarse con migajas de amor, fue el acabose. Y le dolía aun mas porque sin darse cuenta del cuándo o el porqué ella se había enamorado, eso ya no era solo un juego, no eran solo encuentros furtivos meramente sexuales, desde hacía mucho Ron ya no era solo la tabla de salvación a la que se aferraba después de perderlo todo.

Se lo quito de encima golpeándole el pecho con los puños cerrados y las lagrimas que había contenido por tanto tiempo fluyeron libremente y grito, grito como nunca porque la frágil burbuja que había creado acababa de romperse, Ron no la quería y nunca lo haría.

La contuvo sosteniéndola de las manos sin comprender el muy idiota a que se debía ese ataque de histeria de la rubia, solo entonces que la miro a la cara que vio el dolor en su rostro que una leve chispa de entendimiento le dio la respuesta, ella no era Hermione y acababa de decir su nombre.

-Lo siento. -Se disculpo y soltó sus manos dejándola que descargara en el todo lo que sentía y cuando la sintió incapaz incluso de mantenerse en pie la estrecho contra su pecho y el sostuvo sus peso. -Perdóname. -Le dijo al oído y su voz no podía ser más sincera y después de eso no pudo decir nada más porque ahora era el quien lloraba.

Astoria lo escucho llorar y poco a poco toda esa rabia,  el despecho, el dolor y la frustración se fueron disolviendo con las lagrimas y se abrazo a el dándole un perdón mudo, un perdón que incluso ella necesitaba y que por fin podía darse al perdonarlo.

Ambos sabían que pedía perdón no solo por lo que acababa de pasar, lo pedía por todo, pedía perdón por sus infidelidades, por sus desaciertos, por no liberarse de un recuerdo y hacerla infeliz con ello.

Lloraron por mucho tiempo y cuando por fin las lágrimas cesaron Ron la cargo y la llevo al cuarto que compartían y por primera vez esa noche durmieron juntos con Astoria a su lado  y no con el anhelo de un viejo  recuerdo.

TraiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora