Era Su Fin

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El miedo en ocasiones nos hace actuar de manera irracional, Hermione se sentía expuesta y temerosa, pero no fue hasta que logro tranquilizarse que se propuso no darse por vencida, no al menos sin dar batalla.

Por primera vez observo con atención la habitación en la que se encontrara, mientras ponía a trabajar su mente, buscando una manera de liberarse de sus ataduras y escapar. Sabía que no tenía su varia y que eso dificultaría cualquier escape, pero pensó que si alguien podía lograrlo, era precisamente ella que no siempre había vivido conociendo la magia.

Inspecciono sus ataduras moviendo sus muñecas un poco para evaluar lo apretado y firme de los nudos, no creía lograr desatarlos pues estaban las cuerdas tan cernidas sobre sus muñecas que le cortaban la circulación. Una mueca de dolor se reflejo en su rostro cuando intento hacer presión para aflojar un poco el amarre, sin conseguir resultados.

Suspiro contrariada pero se obligo a seguir buscando la manera, movió un poco sus pies amarrados con el mismo tipo de cuerdas mágicas, fue entonces cuando noto que al menos la silla se movía, no había tomado la precaución de fijarla al piso cuando la dejo amarrada.

Pero antes de aventurarse a moverse y con ello hacer ruido debía buscar algo con lo cual poder cortar las cuerdas, pero nada parecía ser de utilidad en esa habitación.

Se tenso cuando escucho pasos acercándose y la puerta se abrió para darle el paso a su captor que entro tambaleante y con una botella de licor a medio terminar en una de sus manos, a esas alturas se había olvidado de las formalidades y el vaso, y ahora tomaba a boca de botella. En la otra mano llevaba un portarretrato de fina plata pero a la distancia a la que estaba no podía saber de qué se trataba, mas tomando en cuenta que la presionaba contra su pecho.

-No te parece adorable "Una familia Feliz" -soltó con sarcasmo acercándose con dificultad hasta estar frente a Hermione. -Mírala. -Ordeno acercando el portarretrato demasiado cerca de su rostro.

En la foto estaba  Daphne y Astoria de niñas al lado de sus padres, todos sonreían a la cámara, sin duda era un recuerdo de tiempos más felices, donde no se sabía el engaño, donde aun desconocía  que una de esas dos hermosas niñas no era su hija. 

Hermione noto como los ojos de su captor cambiaron por un instante  mientras se posaban sobre la imagen en movimiento de esa dos pequeñas tan distintas entre si, pero ambas felices y amorosas a su lado, el mismo se veía en esa vieja fotografía con el orgullo tatuado en el rostro, con una satisfacción que saltaba a la vista, sin duda a su manera y a pesar de todo había amado a su mujer y a sus dos hijas.

Ese breve instante que encontró algo diferente al odio en los ojos de Andrew, se dio cuenta que justo por eso estaba enloquecido por la rabia y el resentimiento, el afecto por su familia habia sido importante para ese hombre y saber del engaño de su esposa y que esa hija a la que siempre habia considerado suya, representaba un golpe demasiado fuerte, incluso para un sangre pura que se jactaba de su frialdad e indiferencia ante cosas tan vánales como los sentimientos.

Ahora entendía lo fácil que era mirar las cosas desde afuera y juzgar las vidas de los demás, sin permitirse ver más allá de lo que aparentaba. Frente a ella no tenía un moustro como había pensado hacia unos minutos atrás, se daba cuenta que ante ella estaba un hombre que presencio como su familia que había considerado perfecta se había desmoronado hasta reducirse a nada.

Le había bastado ver a través de esos ojos acuosos por los efectos del alcohol la tristeza y el dolor que no se permitía mostrar a nadie, pero ahora que observaba la manera en que mirada esa fotografía y posaba su vista sobre la imagen de Astoria, comprendía todo eso que hacia interpretado de manera equivocada.

TraiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora