- ¡No quiero! ¡No quiero! ¡No!
Will sostuvo a la pequeña esfera color cobre que flotaba a la altura de su rostro y luchó para que no se apartara. Un suspiro de frustración escapó de sus labios mientras ejercía cierta fuerza para no ser levantado en el aire, era como sostener un balón de básquet que tenía vida propia. Claro que a diferencia del balón, esta esfera tenía parches metálicos, rejillas y un enorme ojo robótico en el centro.
Si lo pensaba bien, era como sostener un globo ocular flotante de metal...
- Melody ¿No te das cuenta que tu centro de equilibrio está dañado? Estas volando en espirales. A este paso vas a estrellarte con todas las paredes la nave. –buscó el visor óptimo del núcleo que, como un ojo, le servía a Melody para ver- Debes dejarme repararte.
- ¡No! ¡Papá! ¡No quiero! ¡No quiero! ¡Estoy bien! –se quejó la armoniosa voz, como campanillas, que provenía del núcleo, sonaba como una pequeña niña, tal vez de unos cinco años.
- Melody... -regañó Will, sosteniéndola con una mano- ¿Por qué te pones así de rebelde cada que felicito a tu hermana?
- ¡Eso no es verdad! ¡River me da igual! –el núcleo hizo más fuerza en su intento por volar lejos de él- ¡Me voy!
El pelirrojo sintió como Melody se escapaba de su agarre con un chorro de vapor que estuvo a punto de quemarlo. Odiaba tener que ponerse duro con sus creaciones, pero no le dejaban otra opción cuando atentaban contra su propia seguridad. Will llevó su dedo índice hacia su sien derecha, concentrándose con su ojo mecánico para conectarse a Melody y desactivarla. La pequeña esfera voló en círculos lentamente hasta caer suavemente en el suelo, a varios metros de él. Todo el cuerpo de técnicos había señalado que ese era el peligro al crear Inteligencia Artificial que pudiese auto-mejorarse constantemente. Pero no cambiaría nada de Melody y River, aun con los repentinos celos que Melody tenía hacia la ágil y silenciosa River.
Le gustaría que Melody notara que la tripulación del Aura, una de las más colosales naves tipo zepelín que existían en el planeta Hillwood, le tenían en mucha más alta estima a ella que a la esquiva y silenciosa River.
Varias décadas atrás, Hillwood había sido descubierto por una empresa comercial que encontró ricas fuentes mineras por todo el pequeño planeta. Desde lo más profundo de sus mares rojos hasta las tierras flotantes de los cielos aguamarina. El lugar era habitable para los humanos y tanto la fauna como la flora eran un reto pero no un problema para ser colonizado ¿El problema? Dado que el planeta había sido comprado por "Big Gino", carecía de verdadera política. Así que era un agujero para cazafortunas, fugitivos y escoria. Rápidamente las disputas entre grupos hicieron que el terreno fuese dividido con cierta equidad. Los cielos fueron tomados por los Aeronautas, con sus máquinas voladoras y autosuficientes que no necesitaban tocar el suelo, así las minas en las tierras flotantes eran suyas. Los ríos y la superficie de la tierra se los llevaron los Leviatán con sus máquinas híbridas capaces de hacer frente hasta a las más feroces criaturas y coger los minerales que brotaban como fuentes de la tierra. Los Submarinistas tomaron los mares, sus naves construidas para imitar otras criaturas monstruosas se camuflan de las bestias que habitan en la oscuridad y toman las minas acuáticas en lo más profundo. Por último, los Ingenieros, nombre que se habían puesto aquellos que con sus máquinas fundían la tierra y habían hecho suyo todo aquello que descansaba bajo la superficie; las minas internas, ríos dentro de la tierra y aun por abajo del mar era suyo. Todo el mundo sabía que Big Gino había permitido que esto ocurriese para su propia diversión. En la codicia humana había surgido la explotación de Hillwood y solo el dueño de dicho planeta sacaba la mejor tajada de todo eso.
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Cazando lo Desconocido [Cacería] «Hey Arnold!»
Fanfiction[Todos los capítulos subidos a la vez] Instinto de Caza. Extra: Cacería 3/23/2016 Instinto de Caza. Extra de "Cacería". Aquí inician historias únicas, auto-concluyentes. Todas llenas de pasiones desbordadas, de placeres indescriptibles, de atrevidos...