Cap. 5

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Pasaron otros 5 años, Anne con ahora 12 años ayudaba al poco discreto de su abuelo, en un trabajillo muy especial.

-Abu, ¿y si dejas de ponerte esas mayas?

-Red Eagle, siempre llevó mayas.

-Cuando eras un poco más joven, pero ya no lo eres tanto...

-¿Acaso mi querida ayudante Red Feather no lleva mayas?- dijo en tono burlesco

-Si, las llevo, pero yo soy joven. - Dijo Anne divertida.

El abuelo, la cogió desprevenida y se dedicó a hacerle cosquillas.

-Basta, jajaja, por favor, jajaja- rogaba ella, mientras intentaba escabullirse entre los muebles de la guarida. 

Aiden la dejó, y se volvió a colocar bien la capa. 

Anne adoraba a su abuelo,  ella pensaba que era porque era lo único que le quedaba, pero su adoración iba más lejos; ella le veía como si fuera su protector, su guardián, aquel que la cuidaba como un tesoro. 

No penseis que ella estaba enamorada de su abuelo, eso no solo es asqueroso sino que no se le pasaría ni por la cabeza. 

Su abuelo escuchaba por aquella antigua radio de policía, mientras ella sigilosa practicaba con unas de las armas de su abuelo, aquella espada de doble filo fue la que más la agradó, no solo porque era poco pesada sino también por su fácil movilidad.

-Annie, deja la donde estaba. Y preparate, es hora de irnos. -dijo sin despegar la mirada de la radio.

Anne, sonrió ante la "magia" de su abuelo y lo colocó de nuevo en su lugar. Su abuelo, el cual antes tenia una sonrisa tierna, se giró preocupado a Anne y con una breve señal la mandó a que se cambiara su traje. Ella rápidamente se cambió y cuando volvió a la sala su abuelo hablaba, o más bien susurraba, por teléfono. 

Anne no entendió mucho de la conversación, pero lo único que comprendió se gravó en su mente, <<Pasado mañana estaremos allí>> 

Cuando Aiden se dio cuenta de la presencia de Anne se despidió con prisa y se acercó a ella.

-¿Ya estas lista?- dijo en un intento, en vano, de cambiar de tema. 

-¿Con quien hablabas? ¿A donde vamos pasado mañana?

-Tranquila Annie, solo es para presentarte a alguien..No es nada importante..

-¿Y por qué utilizas el teléfono de la guarida  si no es importante? - Anne dudaba de que no fuera nada. El tono de su abuelo era demasiado serio, además de aquel insignificante detalle.. él nunca usaba el teléfono de la guarida porque según él era simplemente para extremas emergencias. 

-Simplemente no quería subir al primer piso simplemente para una llamada..

<Miente> dijo la vocecita interna de la niña. <Nos miente> 

Los prenetantes ojos chocolates de su abuelo estaban cubiertos de una fina capa de terror y miedo demasiado extensa como para intentarla ocultar;sus manos, temblorosas y rugosas intentaron acariciar con suavidad la tersa y palida piel de las manos de Anne, pero ella las apartó antes de que diera ese acto cliché de confianza. 

Aiden, suspiró acostumbrado ante la frialdad de su nieta; él había observado mejor que nadie el antes y el después de su personalidad. Pero él mantenía la esperanza de que volviera a ser aquella tierna niña que llegó a conocer por casualidad, antes de que se viera obligado a marcharse, pero  por más tiempo que pasaba ella se alejaba, no dejaba que se acercara a ella; evitaba llevar ropa ligera cuando entrenaban, aún con los persistentes consejos de su abuelo era imposible saber que había debajo de aquellas holgadas camisas y pantalones anchos. 

Es mi maldición. (Damian Wayne y Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora