Cap.11

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UN MAL DÍA

La tarde se pasó rápida, al igual que la noche y que los siguientes días. Anne guardaba en secreto todo lo que ocurría en su instituto, pues sabía que Bruce la trasladaría a la Academia de Gotham y que eso empeoraría el odio que ya le tenían ciertas personas; no le gustaba guardar algo así, pero no tenía elección, al igual que cuando la pegaban no podía mostrar sus habilidades, ya que eso llamaría la atención. 


Y así fue como Anne aguantaba en silencio cada golpe, cada amenaza, cada persecución y cada insulto, como este día. 

<<Puum>>

<<Puumm>>

Los golpes comenzaban a dejarla sin sentido, le comenzaba a doler la cabeza, los párpados les pesaban y poco a poco perdía la consciencia. 

Martha había repetido 3 veces de curso, era de media estatura, con el pelo negro y muy rizado, tenía una tez algo oscura y siempre iba bastante maquillada, este día llevaba unos jeans negros, una camiseta de estampado de leopardo y una sombra de ojos naranja fosforito, Anne la había visto venir, y se escondió detrás de unos contenedores en un callejón con la esperanza de que pudiera entrar al instituto en cualquier despiste, pero fue inútil, ya la había visto. 


Los golpes habían dejado un pitido en el oído de Anne, ya no escuchaba los insultos, ni los gritos, y ya no notaba más que el frío metal del contenedor estampandose en su cabeza.  Poco a poco fue recobrando la consciencia, cuando sintió que la alzaban y la metían en el contenedor.


Fue ahí cuando Anne quiso gritar, pero la voz no le salía, la cabeza le dolía y sentía a sus corazón estallar, la voz de su cabeza volvió, y lo único que le dijo fue -débil- lo que provocó que las lágrimas se le escaparan.


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Bruce tenía la sensación de que algo se le pasaba por alto, algo que escapaba a sus sentidos, lo percibía cercano, ¿qué era? se preguntaba más de una vez. Hasta que admiró todos los posit's con distintas caligrafías puestos en cada objeto de su despacho, y todos ponían algo sobre Anne; éste al no entender decidió llamar a Alfred.

-Alfred, ¿Donde está Anne? - preguntaba Bruce por teléfono, mientras miraba unos documentos de la empresa, había pasado ya 5 horas desde que ella tendría que haber llegado.

-Lo desconozco señor, la estuve esperando y la busqué por el centro, pero me dijeron que si no se hallaba afuera se debía a que ya se había marchado al juicio.

Bruce se quedó atónito, y en pocos segundos se dio cuenta de aquella cosa tan importante de este día, el juicio de la custodia de Anne. 

Bruce se disculpó con Alfred,se puso la gabardina y agarró el paraguas. 

Se subió a su coche y marchó hacia el judgado, con la esperanza de que le diera tiempo, en el camino contactó con su abogado, el cual ya estaba allí. Al verle en la puerta, el abogado hizo una negación con la cabeza, los paparazzies no dejaban que Bruce pudiera escuchar la respuesta de su viejo amigo.

Éste solo le hizo ademán de que se fuera a casa, y eso hizo. Al llegar todo estaba en silencio, y sintiendose incómodo se marchó a su despacho para observar algunos papeles; de repente el ruido comenzó a resonar en el comedor y el mayor marchó con rapidez a averiguar que  era lo que ocurría, topandose con sus hijos.

-¿Te encuentras bien,  Bruce? - decía Dick en tono preocupado. 

-Si, ¿encontrasteis alguna información de quien sea que le esté haciendo daño a Anne? 

-Todavía no, podría ser cualquiera, tanto de su entorno escolar, como de amistad o incluso de su forma "heroica". Es bastante la información que debemos aclarar y juntar. -Decía de nuevo el primer Robin. - Aunque Damian podría hablar con ella, ya que se llevan tan bien- dijo en burla.

-Grayson eres un idiota, solo hablo con ella cuando me jode. Al igual que hago contigo, y yo no te quiero. 

-¿Y cuando os pillé jugando en el jardín?¿O aquella vez que Anne se quedó dormida en uno de los sofás de la biblioteca y le echaste una manta por encima? ¿ O prefieres que hable de aquella vez en la que .....

-No sé de lo que estás hablando-decía el oji-verde en tono neutral y desinteresado. 

Esperaba con ansiedad la respuesta de su abogado, tenía la esperanza de que aplazaran un poco el juicio, ya que ella es menor y que no había nadie más interesado. 

Bruce, estaba algo confuso, nunca se le habría pasado algo como eso, pero, en cambio, le había pasado. ¿Cómo se le había olvidado? Una fecha tan importante como esa....nunca se había olvidado de la fecha de ninguno de los otros juicios de tutela. 

Entonces la mente de Bruce viajó vagamente por el tiempo, recordando cada juicio de sus hijos, cada pelea y discusión, y aquella sensación de tranquilidad que le hacían sentir todos juntos. 

Y luego estaba Anne, ella no se parecía en nada a ninguno de los chicos cuando estuvieron en la mansión, no había roto nada, no había provocado peleas ni había destrozado ninguna costosa obra de arte extranjera. No gritaba ni causaba problemas, si, estaba muy distante, pero expresaba su cariño y su luz a la distancia. 


¿Cómo quería, su abogado, que no se preocupara? Si, él era el único que era consciente de la posición de ella, pero ahora mismo desconocía incluso su localización, ¿y si la habían detenido? ¿y si la habían atracado? ¿y si no llegó al juicio? 

Esas preguntas le atormentaban, y por ello arrebató, con suma rapidez, el ordenador  de las manos de sus hijos. Pronto se encontró con todas las imágenes de aquel distrito, tenía cada calle bajo su atenta mirada, buscando, observando cada mínimo detalle; hasta que el sonido de su teléfono móvil resonó por toda la cueva, cayendo así en cuenta de las miradas expectantes de sus hijos. 

-¿Si?- respondió  dudoso

-Sr. Wayne, creo que deberíamos hablar....





Es mi maldición. (Damian Wayne y Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora