Entre la vida y la muerte.

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Mikage: Mi amada, por favor resiste!.

-Ah...aaa.

El Youkai creó una gran serpiente y lo lanzó hacia el demonio alejandolo del templo literalmente volando, el rubio desiso la barrera espiritual y el peliblanco cargó a la demoniza llevándola hasta su habitación donde tenía todo tipo de plantas medicinales y vendas.

Mizuki: Mikage-san tendrá que esperar afuera.

Mikage: Pero---

Mizuki: Es por tu propio bien.-dice cerrando la puerta.

Cada minuto que pasaba le eran eternos al monje quién caminaba en círculos muy preocupado, el cachorrito sólo chillaba por no haber protegido a su ama.

Mikage: Mamoru ya no chilles, todo estará bien.-dice sentándose en una esquina y calmando al pequeño cachorro.-No eres el único...que no pudo protegerla.-murmuró con rabia mientras unas cuántas lágrimas comenzaban a caer por sus mejillas.

Perderla es lo que más temía ahora, por primera vez sintió su corazón estrujarce y más lágrimas caían por sus mejillas culpandose por lo que había pasado, después de un largo rato salió Mizuki de la habitación soltando un suspiro, Mikage al verlo se levantó inmediatamente.

Mikage: C-Como se encuentra?.

Mizuki: Está débil por ahora debemos esperar a que despierte, su regeneración avanza lentamente pero no se si pueda salvarla, la barrera espiritual era muy poderosa.

Mikage: La puse especialmente para que su padre no ingresará...puedo verla?.

Mizuki: Adelante.

El rubio entró a la habitación donde la vió, acostada con muchas vendas desde el abdomen hasta el hombro y con la respiración lenta, el monje se puso de rodillas y comenzó a llorar.

-Mi...Mikage.

Mikage: Lo siento...*snif*...lo siento tanto, t-todo esto es mi culpa.-susurra con la voz quebrada.

-N-no cargues...con la culpa...de otros.-dije acariciando su cabello y limpiando algunas lágrimas.

Mikage: Se fuerte...sé que te recuperaras *snif*.

Mizuki: Mikage-san dejemos que ella descanse, mañana podrás verla otra vez.-dijo el youkai posando una mano en su hombro.

Mikage: Está bien, descansa querida.-dije dándole un beso en la frente y me retiré.

Después de que ellos se retirarán apareció el padre gritando por su hija.

L. Darkeen: Elizabeth!.

El monje sale rápidamente del templo encontrándose con el demonio y decidió encararlo.

Mikage: No basta con el daño que le ha hecho!.

L. Darkeen: Humanos.-dice con desprecio.- Ella se recuperará, siempre lo hace.-dice lógicamente.

Mikage: No, no es así, ella está muy mal por su culpa aún que también es mi culpa, la barrera con la que chocó purifico sus energías...

L. Darkeen: Cómo está?.

Mikage: Se encuentra muy débil, no sabemos si sobrevivirá. Podrá ser inmortal pero una mitad de ella ha sido purificada, sólo hay que esperar.

Obviamente el Rey demonio sabia que no lo dejaría verla entonces abrió un portal hacia la habitación en la que se encontraba su hija junto a un youkai con el don de una elemental.

Mizuki: No se acerque!.

El albino se puso enfrente de la demoniza para protegerla pero el demonio lo tomó de sus prendas arrojandolo al portal que lo llevó fuera del templo. El demonio se arrodilló y miró a su hija.

L. Darkeen: Como estas hija.

El monje y el cachorro ayudan al youkai y rápidamente entraron al templo pero se detuvieron cuando la demoniza levanta la mano en señal de que retiren, ambos asintieron y esperaron afuera.

-Padre quiero confesarte algo...

L. Darkeen: Que pasa hija.

-La razón por la que...Zalgo esta desaparecido es porque...lo maté.-susurro.

L. Darkeen: Qué?!.

-Te acuerdas cuando dije que intentó aprovecharse de mi...más de una vez y no escuchaste, y pensar que yo gobernaría el Inframundo a su lado ja-ja...mmm.-hace una mueca de dolor.

L. Darkeen: No te levantes.-dice disimulando su preocupación.

-Deja de esconder tus sentimientos y emociones!...para que al menos sepa que te importo.-susurra.

L. Darkeen: Si me importas hija.-dice bajando la mirada.

-Quiero que me prometas...algo padre.

L. Darkeen: Que cosa.

-Lo...prometeras?.

L. Darkeen: De acuerdo.-suspira pesadamente.

-Deja que mis hermanas tomen su camino... No quiero que elijas por ellas a sus esposos...más bien ellas elijiran a sus prometidos, no im-importa si son inferiores, débiles o incluso humano.

-L. Darkeen: Pero que di---

-Sin peros padre...yo ya he tomado mi decisión, no me importa si Mikage es humano, yo lo amo...si mis hermanas no quieren gobernar el Inframundo, dejalas que ya no son unas pequeñas engendras...Ya han crecido y pueden tomar decisiones, sean buenas o malas. Me lo prometes?.

Su padre se quedó callado, analizando todo lo que su hija acaba de decir le parecía una locura.

L. Darkeen: Lo que pides es demasiado.

-Me lo...prometes?.

L. Darkeen: Elizabeth---

-Deja de contradecirme padre.-lo miré fijamente y murmura.

L. Darkeen: Lo prometo...

-Q-qué?.

L. Darkeen: Lo prometo!.

-No te... escucho.

L. Darkeen: Dije QUE LO PROMETO!.

-No es necesario que me...grites.

L. Darkeen: Aaahh.-suspira pesadamente y se levanta.-me tengo que ir.

-Gracias padre, adiós.

L. Darkeen: Cuídate hija y...Te quiero.-dice antes de salir de la habitación.

-Eh?.

L. Darkeen: Nada.-dice abriendo un portal y antes de que entrará le dije.

-También te quiero.-dije mientras se cerraba el portal.

〰En el Castillo〰

El Darkeen inferior se dirigió a su trono tomando asiento pero una curvatura en sus labios fue formándose al escuchar esas palabras.

~Flashback.~

A un paso de entrar al portal escuché a mi hija decir esas palabras.

-También te quiero.

~Fin del Flashback~

Esas palabras hicieron feliz a mi triste y podrida alma, era el primer y tal vez el último te quiero que escuché o escucharé.














 Corazón de Piedra: Amor prohibido. [EDITANDO].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora