Sofía había hablado con la secretaria de Nada más y nada menos que del señor Louis Fitzgerald, heredero y actual dueño de las cadenas más importantes de construcción y venta de inmuebles, habían establecido entrevista para el lunes a las 8 am.
Le había parecido raro cuando la secretaria le dijo que la entrevista iba a ser con él, ella pensaba que estos grandes empresarios tenían el personal para hacerlo.
Sofía estaba realmente nerviosa, no sabía cómo hablar ni que decir, se preguntaba si la ropa que se había puesto era la correcta, al entrar a las oficinas de Fitzgerald y asociados, literalmente se sentía fuera de lugar, todos iban tan formales y Elegantes y ella tan casual con un Jean desgastado y tennis blancos.
Su cara gritaba auxilio.
Al llegar a la recepción le comunicaron a la secretaria del señor Fitzgerald que había llegado, le tocó esperar unos veinte minutos, los más largos de su vida, para la dichosa entrevista. No fue hasta que la secretaria -eso parecía- le hizo una pequeña seña para que se acercara.
- ¿Eres Sofía Fernández, no es cierto? -asintió- ven, sígueme- dijo la secretaria y Sofía la siguió.
Sofía se adentró un poco más en las oficinas, eran tan sutilmente sencillas pero elegantes, la decoradora de interiores había hecho un trabajo, y estás, además, estaban llenas de desesperación y ajetreo, subieron en el ascensor hasta el último piso donde había una gran puerta al fondo.
-Este es mi puesto-dijo la secretaria- la oficina del señor esta allá, puedes seguir- añadió.
Sofía asintió y caminó hasta la gran puerta, y entró un poco confundida sin saber qué hacer.
Tocó, primeramente, Al entrar en la oficina Louis estaba de pie con un vaso de Whisky en la mano mirando a través de la ventana, al escuchar la puerta se dio la vuelta y la vio.
Se miraron por unos largos minutos sin inmutarse, lo cual Incomodó a Sofía demasiado.
La presencia que tenía este hombre era penetrante, tan alto, tan imponente, hacía que se le acelerara el corazón, y no hablar de esa mirada intimidante.
-Buenos días, mi nombre es Sofía Fernández-soltó para quebrar el momento incomodo extendiendo su mano, no supo cómo hizo para no tartamudear.
-Louis Fitzgerald-le respondió el apretón- -Siéntese- le dijo fríamente sin darle ni una sonrisa.
Cuando le dio el apretón ella se fijó en Sus Manos, la de ella se veían tan delicada en comparación con lo de él.
Sofía vio cómo sacó una carpeta, supuso que era lo que le había enviado a su secretaria con todos sus datos.
-Cuentéame, ¿qué tipo de experiencia tienes cuidado niños? -le preguntó serio.
-Mucha, tengo tres hermanos y prácticamente los he criado yo-respondió segura.
-Entiendo, en este trabajo cuidarías a mis cuatro hermanas, incluyendo al bebe que apenas y tiene 6 meses-
Sofía conocía la historia de los Fitzgerald y el trágico accidente donde murieron los que forjaron el gran imperio que es ahora, dejando cinco hijos huérfanos y uno de estos a cargo de todo y con tan solo un sobreviviente que iba ese día en el automóvil.
-Lo cual necesitaría su disposición un cien por ciento, ayer leí lo que nos mandó y me parece una estupenda candidata, además estoy un poco apresurado, la bebe está siendo cuidada ahora por la empleada de servicio de confianza, la cuida bien, pero ese no es su trabajo-añadió con un tono casi de desespero- antes de aceptar necesito saber si está dispuesta a vivir con nosotros, pues como ya le dije necesitarían de usted las veinticuatro horas del día, obviamente tendrá su descanso y sus vacaciones, todo estará estipulado en el contrato- terminó de hablar mientras esperaba una respuesta.
Sofía no sabía que decir, ¿vivir con ellos?, no podía dejar a su abuela, ni a sus hermanos.
-Señor Fitzgerald creo que agradezco su oferta, pero...-
- ¿De dónde eres? - la interrumpió sorpresivamente con la pregunta
-De aquí de Londres, pero soy de ascendencia latina, más precisamente colombiana, mis padres eran inmigrantes- decía eran pues su padre que inmigró con su madre y su Abuela, murió hace algunos años en un trágico accidente en la planta de obra de donde trabajaba, y a su madre no la veían desde hace muchísimos años.
-Con razón, nunca había visto una mujer Así-
Ella se sonrojó, aunque no sabía si era un cumplido, estaba consciente de su aspecto, era obvio su ascendencia, su piel trigueña y ojos marrones con grandes pestañas ya de por sí la hacían diferente a las londinenses, él no había parado de mirarla desde que entró, la analizaba y ella lo había notado, tenía una expresión entre asombrado e intrigado.
-Perdón por interrumpirle, continua -dijo cuando estuvo consciente de que la estaba haciendo sentir nerviosa, pero no lo Podía evitar, era tan diferente, era verdad que nunca había visto una mujer así, y eso que viajaba a alrededor del mundo.
-Estaba diciendo que, no estoy segura de poder aceptar si me tengo que quedar a vivir con ustedes, su secretaria no mencionó eso en la oferta-
-Te doblo la cifra.
Sofía quedó atónita con la propuesta, pero igual seguía prefiriendo no tomarlo.
-No lo sé, no estoy segura, ¿no podríamos intentarlo yo, yendo todos los días? -
-Te pago el triple, como ves estoy desesperado y el dinero no es problema, la bebé es la que más lo necesita por eso debes quedarte- le respondió tajantemente.
Ya la cifra que le había hablado la secretaria era altísima, pero tres veces más le alcanzaba hasta para que Mellanie entrara a la universidad y ahorrara dinero para la de Carlos.
El la miraba esperando la respuesta.
-Está bien, acepto- término cediendo Sofía.
En la cara de Louis apareció una pequeñita sonrisa triunfadora.
-Entonces, estamos en contacto, hasta luego- le dijo serio y volvió a su trabajo.
-Hasta luego y gracias señor Fitzgerald.
Sofía salió casi despavorida de ahí.

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Algo más
RomantiekSofía Fernández encontró un trabajo perfecto para cubrir todas las necesidades y mantener a su familia, lo que nunca pensó fue que en este también encontraría el amor. Ser de dos mundos completamente diferentes podría ser una gran obstáculo, que sol...