Algo más

III

Sofía llegó cansada a su casa, el metro de Londres era horrible en hora pico.

Lo peor de todo es que aun así con todo el ajetreo de un día en esa ciudad no había dejado de pensar en Louis Fitzgerald, no sabía si era algo malo, pero si tenía la certeza que bueno no debía ser, este sería su próximo jefe, tenía que controlarse por Dios.

Metió la llave en el cerrojo de su pequeño apartamento en una zona no muy buena, con lo que ganaba antes con sus dos empleos apenas podía pagar un apartamento así, gracias al cielo dos de Sus hermanos tenían becas de estudio, Carlos por jugar lacrosse y Mellanie por su increíble inteligencia, debido a eso han recibido una muy buena educación, es rose la que estudia en una primaria pública.

- ¡Abuela llegué! - gritó dejando su chaqueta

-Dime que te fue bien, por favor.

-No sé cómo le tomes, necesitamos hablar bien, aprovechemos que los niños están en la escuela.

- Me estás asustando.

- Yo he aceptado irme a vivir con ellos.

- ¿Con los Fitzgerald? - preguntó confundida

-Sí, sé que suena mal, pero la cifra que me habían ofrecido la triplicaron y honestamente, sabes cuánto nos serviría ese dinero.

- Dios, es mucho dinero, ya de por sí la que te habían ofrecido era alta, podríamos pagar las deudas tan grandes que tenemos.

-También para las universidades de los chicos, entonces, ¿me apoyas?

-Totalmente, te apoyo y ayudare en lo que pueda, y sé que seguramente Mellanie y Carlos también, a todos nos beneficia.

Se abrazaron por un momento, tal vez esto era lo que estaban esperando todo este tiempo, con los dos trabajos que tenía Sofía a penas y sobrevivían, ahora ganaría muchísimo más, ni con cuatro trabajos hubiese ganado esa cifra.

-Ahora sí, cuéntame, ¿qué tal es Louis? - preguntó la abuela, y ella sintió escalofríos

- Pues, es muy amable, pero serio y frío, no me sonrió en ningún momento- tratando de disimular los nervios, aunque no sabía porque se ponía nerviosa, ¿que le pasaba?

- Es muy guapo, ¿no es así?

- Sí, lo es- contestó Sofía recordando su imponente presencia.

Al caer la noche Sofía ayudó a sus hermanos con sus tareas y luego les contó la nueva noticia, ellos sabían que la iban extrañar, pero que era lo mejor, la situación no estaba muy afable.

- ¿Nos abandonaras como mamá? -Le preguntó rose, tomando por sorpresa a Sofía.

- ¿Quién te dijo que mamá nos abandonó?

- Siempre escucho a Carlos hablando de eso.

- No te abandonaré mi Rosita- lo último lo dijo es su perfecto español- pero a veces hay que hacer sacrificios por la familia, vendré a visitarse de vez en cuando, te prometo que trataré de que mi estadía en esa casa sea por el menor tiempo posible.

- No quiero que te vayas, te extrañaré mucho.

Sofía la abrazó y le susurró que la amaba, la terminó de arropar le dio un beso en la frente y salió del cuarto de Mellanie y rose, se pegó a la puerta y se derrumbó como nunca, jamás se había sentido tan triste en la vida, dejar a esa niña era lo más difícil y sin hablar de que mencionó a su mamá, no hay un solo día que Sofía no piense en ella.

El sonido de su celular la interrumpió, estaba en la cocina, era un número privado.

¿Sería él? Se preguntó, contestó.

-Hola- se apresuró a decir después de hundir el botón de contestar.

-Buenas noches Sofía, perdón por llamarte a estas horas, ¿cómo estás?

Cuando escuchó su voz se le aceleró el corazón

-Bien, ¿y usted?

-Bien, era para comentarte que mañana a las ocho am es la firma del contrato, en las oficinas Fitzgerald, inmediatamente después de la firma, un grupo de personas que contraté te ayudarán con la mudanza, así que ve preparando todo desde ahora, por favor.

-Entendido, siendo así nos vemos mañana señor Fitzgerald.

Colgó

Se le hizo demasiado extraño que llamara él y no su secretaria, Sofía sabía que era un hombre ocupado, tan solo era raro.

Inmediatamente después su abuela y Carlos la ayudaron a empacar toda su ropa y cosas personales.

Holaaa, esta historia ya está terminada, la escribí en el 2018.

Voten para seguir subiéndola.

Xoxo.