HISTORIAS QUE CONTAR

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Ya había pasado otro mes, las cosas iban muy bien, siguiendo su curso, los mejores tiempos se van volando dice la gente, yo opino que solo dicen eso porque en verdad no lo disfrutaron quizá.

Últimamente había comenzado a pensar mucho, a escribir mucho y a divertirme menos, las vacasiones se fueron como si nada y ya solo faltaban dos semanas para entrar a la escuela.

En el último mes no había salido mucho con mis amigos, ya que habíamos dejado de serlo en parte, primero vino lo de Daniel.

*Flashback*

Estaba sentaba en mi cama tránquila, escuchando The reason, y escucho unos gritos más estridentes que la música.

Eran Daniel y Rodrigo, nunca los había visto tan enojados, en ese entonces escucho que Rodrigo me menciona y me acerco a la ventana, fue todo tan rápido y como quisiera borrar ese día de mi mente, en serio.

- Ella no se merece a un tipo como tú - dijo él.

- Oh, vamos, quien eres mocoso, ¿Su hermano? - dice Daniel.

Como quisiera que no hubiera dicho eso.

Rodrigo le dió un golpe en la cara y luego Daniel se lo devolvió.

- Eres como mi hermano, Rodrigo, ¿Que te sucede? - dijo Daniel deteniéndose - Si a alguien iba a contarselo primero, era a ti, no sé que te pasa últimamente.

- ...

- Oh, mierda, te has enamorado de Lú - dice terminando D.

- Y que con eso. Ella no es un premio que hay que ganar, yo preferiría que se metiera con 110 tipos antes que contigo, bastardo - soltó Rodrigo.

Daniel era hijo en realidad solo de su padre con alguien más, pero su madre que no lo era lo cuidó como tal cuando su madre verdadera huyó después de tenerlo.

- Eres un imbécil - Daniel ya se estaba acercando a Rodrigo para hacerle más daño - Retira lo que has dicho o sufre las consecuencias.

- Dale gran semidios, que no te tengo miedo, esto es igual que en la primaria con Susan, todo lo mío lo quieres - se le estaba poniendo la cara roja - acabemos de una vez con esto ¿O tienes miedo?

-Eres un estúpido, ¿Miedo a ti? Eres un gil que no se atrevió a decirle a su mejor amiga que estaba enamorado de ella porque temías perderla.

Esto ya se estaba pasando de las manos, eso hasta a mi me dolió, no tenían derecho a hablar así de mi ni de liarmela.

Bajé.

- Te odio, primito, pero date cuenta que ella no estaría con un tipo como tu, y menos si trae un ojo morado, así como te vez - dijo Rodrigo.

- ¿Así? porque no dejamos que la dama decida, baboso.

Los dos voltearon a mirarme.

Yo, no sabía que decir, pero de alguna parte dentro de mi las palabras solo salieron.

-Yo... - tragué saliba - Yo no estaría con un par de inmaduros como ustedes - dije lo más seria que pude - ambos son unos idiotas, ya deberían de darse cuenta, que vergüenza andar gritando mi nombre por el vecindario como en pelea de cantina. Tú Daniel, vete a desintoxicarse de lo que hayas bebido y Rodrigo, no des pena ajena y entra a tu casa. Son unos niñitos.

Con eso último avancé hacia mi casa, me coloqué los audífonos hasta que escuché el timbre y le rogaba a Diosito que no fueran ninguno de esos dos estúpidos. 

Para mi mala suerte no lo fueron, lo que sucedió a continuación, fue mucho peor, hasta el día de hoy no lo supero.

Era Lucía.

CONOCIÉNDOTEWhere stories live. Discover now