Después de los acontecimientos de Civil War, Natasha Romanoff y Steve Rogers fueron prófugos de la ley, al igual que Sam Wilson o Wanda Maximoff. La diferencia entre todos los nombrados y la rusa, es que ella estaba sola.
Buscaba al Capitán desesperadamente, sólo quería saber si él estaba bien, quería saber todo lo que había pasado después de que se hubieran "separado" por así decirlo. Llevaba meses buscando, pero nunca lo encontraba. Ella no imaginaba que él fuera tan bueno escondiéndose.
Pero sabía que lo lograría. Era una espía.
¿Cómo lo sabía? Fácil, lo sabía porque ya tenía la ubicación de Rogers, era la cuarta vez que tenía una ubicación de él y esperaba que esta vez encontrar a su objetivo y no a alguien más.
Le había tomado tiempo deshacerse de Ross, se convenció de que la pelirroja era buena, pero a cambio de dejarla ir le otorgó una misión, que había realizado a la perfección. Por esa razón, se estaba tardando más de lo esperado en encontrarlo. Pero lo había logrado, la irreconocible Rubia Natasha, se acercó a la casa y tocó la puerta suavemente.
Uno,
Dos,
Tres,
Cuatro...
Su corazón latía rápido, no podía creer que se encontrara en tal estado por su antiguo compañero. Seguramente estaba así porque lo quería, más de lo que ella podía imaginar.
No respondía nadie. La soviética, en su estado de máxima alerta, intentaba escuchar todos los ruidos que se producían a su rededor.
De la nada una mano le tapó la boca, al instante la rubia pegó un puñetazo detrás suyo que noqueó a la persona, se dio la vuelta y lo encontró algo desconcertado.
Por fin había encontrado a su amigo.
- ¿Steve?
- ¿Natasha?
Los dos sonrieron al unísono y se acercaron para darse un abrazo. No podían creerlo, al fin estaban juntos de nuevo. Ambos necesitaban tenerse cerca. Steve se había pasado día y noche pensando en su compañera, le preocupaba que no se encontrara bien o que la hubieran encontrado, pero ahora la tenía ahí, entre sus brazos, y le encantaba.
-Nat... Me tenías preocupado, yo... Ha pasado tanto tiempo, necesitaba tener alguna noticia tuya, saber si estabas bien.. -dijo incrédulo el ex capitán-
-¿Preocupado por mí, Rogers? -preguntó seductoramente y alzó una ceja- es alagador, gracias -bromeó- yo también estaba preocupada por ti Steve, te busqué demasiado.
-Entremos, tenemos mucho de qué hablar...
Estaban charlando animadamente sobre todo lo que había ocurrido en sus vidas, hasta que Steve decidió tocar el tema de lo que había pasado antes de la separación de los vengadores.
-Nat, el tema de tus pesadillas, ¿Ha mejorado?
La espía notó el nerviosismo en sus palabras, ella sabía que al rubio no le gustaba preguntarle cosas así, porque no era un tema fácil de tratar para Natasha, y lo sabía.
-Sí ha mejorado, pero a veces tengo pesadillas horribles, hay noches en las que no puedo dormir, te necesitaba conmigo. Me ayudabas mucho cuando dormíamos juntos.
-Nat, me he sentido culpable todo este tiempo, pensaba que estabas mal, que me necesitabas y no estar contigo me partía en dos el alma.
-Eh, tranquilo, no es tu culpa. Hoy vas a dormir conmigo nuevamente.
Los ex agentes se miraron, se sonrieron y decidieron que era hora de cenar, puesto que eran casi las 11:00pm y ninguno había tocado un plato de comida desde la mañana.
Natasha se fue a duchar mientras Steve preparaba algo para comer, tenía semanas sin relajarse en la ducha. Se sentía tan bien, el agua caliente que chocaba contra su cuerpo le brindaba paz.
Salió cubierta por una toalla, y entró a la habitación a cambiarse. Un pijama color negro ¿Qué esperaban?
-¿Ya está listo, anciano? -preguntó la rusa mientras se secaba el pelo-
-Sólo faltan 5 minutos más. -respondió el nombrado mientras iba preparando la mesa-
Natasha le sonrió y Steve sintió como su corazón se aceleraba. No entendía el por qué de su reacción. Pero estaba muy feliz de tenerla por fin a su lado nuevamente. Siempre se había preocupado por ella, siempre le gustó verla feliz. Siempre le encantó su sonrisa, su risa y todo lo que tuviera que ver con sus gestos. Siempre la quiso más de lo que imaginaba. Y apenas se estaba dando cuenta de eso.
Por otro lado, a la ahora rubia, siempre le gustó estar cerca de su amigo, hablar con él sobre cualquier cosa, y se juró a sí misma que, siempre estarían juntos.
Porque Natasha era consciente de que lo necesitaba, y sabía que Steve también la necesitaba.
Era algo mutuo.
La rusa ya se había secado el pelo y estaba ayudando a ordenar las pocas cosas que quedaban. Luego de eso, ambos se sentaron a cenar, y hablaron de absolutamente todo lo que tenían que contarse, porque lo necesitaban.
Cuando el soldado mencionó las palabras "me sentí solo" a Romanoff se le encogió el corazón, "tuve que venir antes" pensó, pero tenía varios asuntos pendientes en Rusia, y la mayoría de ellos tenían que ver con su ex compañera, Yelena.
Y cuando Steve vio la mirada triste y con culpa de su amiga, no pudo evitar preguntarle por qué. Ella le explicó todo, qué estaba haciendo, por qué y cómo lo había hecho. Ambos eran, para el otro, un libro transparente.
Recogieron las cosas, y fueron a sentarse al pequeño sofá.
-Extrañaba los momentos así. -confesó la mujer-
-Yo también, te extrañaba a ti y a todo lo que tuviera que ver contigo.
Al americano le había costado decir esas palabras. Pero no se arrepintió en ningún momento.
Natasha se apegó más a él, y pasó una de sus piernas sobre las de Steve. Ésto lo hizo para estar más cómoda, y, como no, más cerca del nombrado.
Ante aquella acción, el soldado entró en contacto con su fría piel, y sintió muchísimas ganas de abrazarla para quitarle el frío. Pero solo le dió la mano. Se la acarició y posó un suave beso en ella.
-¿Por qué no dejamos de hacernos daño?
El rubio la miró, sin entenderla. Estaba mirando a la nada fijamente.
-¿A qué te refieres? -preguntó confundido-
-Steve -lo miró a los ojos- te amo. Te amo y estoy enamorada de ti desde hace años. Y tengo el presentimiento de que yo también te gusto. Y si es así, ¿Por qué no te estoy besando en este mismo momento? ¿Por qué no vivimos nuestra vida, sin importar lo que digan los demás? Porque por mucho tiempo que haya pasado, y muchas cosas de por medio nunca te dejé de querer.
La mujer lo miraba expectante, esperando respuesta. Él solo la miraba, y de la nada, respondió:
-Tienes toda la razón Natasha. Te amo.
Rogers la cogió por la mejilla y la besó. Se abrazaron, y se quitaron todo el frío. Ahora se amaban sin secretos.
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You are the only one. (One Shot's) -Romanogers- EN EDICIÓN
Fiksi PenggemarUna ex espía rusa y un soldado de la segunda guerra mundial. ¿Qué podría salir mal? DISCLAIMER: PERSONAJES NO ME PERTENECEN, PERTENECEN A MARVEL Y A DISNEY. YO SOLO HAGO ESTO COMO ENTRETENIMIENTO. Toda copia completa o parcial de esta novela está pr...