Capítulo 1. Cómo hacer amigos en el curso de inducción sin morir en el intento.

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Anna POV's

El primer día del curso de inducción, estoy feliz porque podre conocer personas. Llegue exactamente a la hora que empezaba y solo había dos personas.  Un chico de cabellos castaños, con anteojos grandes y leyendo un libro, y una chica de cabellos negros con mechas de colores, jugando con su lápiz. Había una banca libre en medio de los dos así que decidí sentarme ahí. Iba a hablarle a la chica cuando vi el titulo del libro que leía el chico.

—¿Lees al Marqués de Sade? —pregunté alarmada.

Movió la cabeza lentamente hacia a mi, se acomodo los anteojos y coloco el separador en el libro. De pronto comenzó a reír.

—¿Qué es tan gracioso? —le reproche entrecerrando los ojos.

—Que aún hay personas tan santurronas que no leerían al Marqués de Sade pero si la mierda de 50 sombras de Grey, al menos el Marqués tiene una filosofía detrás de todas esas perversiones que escribió y al otra cosa es solo pornografía barata—contesto moviendo los brazos de una extraña manera.

—Yo no he leído 50 sombras... pero ¿Cómo puedes odiar algo que no has leído? —voltee todo el cuerpo para mirarlo.

—Los he leído y todos, por eso tengo argumentos para odiarlo e insultarlo —sonrió de lado—. Hiccup Haddock.

—¿Eh?... Anna Arendelle —contesté un poco confusa por el repentino cambio de conversación.

—Mira te propongo un trato —asentí—, cuando termine este libro te prestare toda mi colección del Marques para que sepas de lo que habló, no lo leo por la perversión sino por el trasfondo de las obras —continuo—, pero te recomiendo que leas primero Justine, no has lo que yo...

—¿Qué hiciste? —preguntamos sin querer la chica colores y yo.

—Leer 120 días en Sodoma —hizo cara de asco—. Justine es como el amortiguador para leer los demás libros.

 No pudimos seguir conversando porque todos empezaron a llegar y el curso empezó cinco minutos tarde. Fue aburridísimo y lo peor es que el curso dura una semana luego una semana de descanso y después clases. Nos pidieron que nos agrupáramos en equipos de cuatro, pero la condición era haber leído un libro que los otros tres también lo hayan leído, éramos la chica crayola digo Tooth, Hiccup, Patapez y yo. Teníamos que discutir el libro, hacer un reporte en una hoja de cuaderno, de dos párrafos explicando la relación del texto con el contexto del autor. Los cuatro habíamos coincidido en el libro Un mundo Feliz de Aldous Huxley.

—Me dio cosa el final —dijo Tooth temblando.

—Yo tuve epifanías con ese libro —contesto Hiccup que escribía el borrador del reporte.

—¿Epifanías? —pregunto Patapez.

—Sí, digamos que donde viven los Alphas, betas, etcétera es el occidente y donde están los salvajes es el oriente, medio oriente para ser exactos —lo miramos confundidos—, en la actualidad.

—Ya entendí —grite entusiasmada.

—¿En qué carrera se inscribieron? —pregunto Tooth.

—Diseño grafico —conteste.

—Informática —contesto Patapez con orgullo.

—Diseño de interiores —dijo Tooth con su voz cantarina.

Todos miramos a Hiccup que seguía absorto de la pregunta.

—¿Y tu? —pregunte—. ¿En qué carrera entraste?

—Diseño grafico —contesto mirándome a los ojos.

—Entonces no estaré sola el primer día —sonreí.

Sonrió y volvió a lo que estaba haciendo, me dio el papel después de terminar y comencé a escribirlo en una hoja nueva. Al terminar el primer día de curso ya nos habíamos intercambiado, números telefónicos, correos electrónicos y todo tipo de redes sociales. Tooth se despidió y salió corriendo hasta abrazar a un chico alto de cabellos grises. Mi celular vibró, era un mensaje de papá que llegaría tarde por mí debido a un contratiempo en el trabajo.

—¿Pasa algo? —pregunto Hiccup después de despedirse de Patapez.

—Creo que me quedare más tiempo —dije sin ánimos.

—Pues tendrás que esperar adentro en esta ciudad tiende a llover todas las tardes, no importa si estamos en primavera o verano, siempre llueve —señalo el cielo—. ¿Por dónde vives?

—En el lado Este de la ciudad más allá de las industrias... en los residenciales.

—Wow vives muy lejos —dijo sorprendido—. Yo vivo cerca de aquí... me quedare a esperar contigo.

—Espera ¿Qué?.. no no no, no quiero ser una molestia —le dije sonrojada.

—Eres mi amiga, no puedo dejarte sola mucho menos si eres nueva en la ciudad más grande del país.

¿Amiga? Así que ahora tengo un amigo, eso es ¡Genial!

Hiccup tenía razón, estaba lloviendo desde que nos sentamos en uno de los kioscos cercanos a la salida de la Universidad. Platicamos durante dos horas, sobre cosas que nos gustan, nuestros hobbies, cualidades y cosas que nos disgustan. Contamos anécdotas graciosas y reíamos a carcajadas.

—Por lo que cuentas tu hermana y tú eran muy unidas hasta antes de que entrara a la universidad —comento.

 —¿La conoces?

—Llevo viviendo aquí toda la vida pero no he conocido a tu hermana... los del Este no se mezclan con los del Oeste.

—¿Por qué?

—Rivalidades deportivas absurdas, pronto lo sabrás.

Papá llegó pasadas de las tres de la tarde seguía lloviendo. Le pregunte a Hiccup si quería que lo lleváramos a su casa me dio las gracias y contestó que no ya que su madre iría por él, al parecer su automóvil estaba en el taller y ella estaba utilizando el de él.

—¿Quién es? —me pregunto papá la subirme al automóvil.

—¿Él?... un nuevo amigo —conteste sonriendo y abrazando mi bolso con fuerza.

Mi próximo mejor amigo.

Gracias por los comentarios y como respuesta a su pregunta... es Hiccelsa.

Cómo conseguirle novio a tu hermana sin morir congelada en el intento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora