Capítulo 4. Cómo comprar un paraguas sin morir en el intento.

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Elsa POV's

—ELSA —grito como de costumbre Anna desde la sala.

—¿QUÉ? —grite desde mi cama.

Eran apenas las ocho de la noche y Anna me gritaba desde la cocina como loca. Si no bajaba no dejaría de gritar y los vecinos vendrían a ver si estaban matando a alguien. Decidí a puras penas salir del confort y comodidad de mi colcha, baje las escaleras con pereza vestida solamente con mi camisón blanco de encaje en el busto, podía pasar como un vestido si quisiera, pero el calor era muy castrante después de una larga tarde de lluvia y la tela es muy fresca.

—¿Qué quieres? —dije estrujándome los parpados con las palmas de las manos, tenia mucho sueño ya que tuve un día pesado dando clases de piano e ir a comprara alimentos para la semana.

—Buenas noches —dijo en broma—. ¿Me llevas al centro comercial?

—¿Para qué? —pregunté con desgano.

—Para comprar un paraguas —contesto sonriente.

—¿Me levantaste para ir a comprar un paraguas? —casi grite—. ¿Por qué no tomas mi paraguas?

—Por qué no quiero ser la responsable de tu neumonía —sonrió—. Vamos... siiiiiii —agarro mi brazo y me zarandeo con fuerza.

—Esta bien —dije exhausta—. Compramos el paraguas y nos regresamos.

—Llévate un suéter que hace frio —me dijo con tono materno.

—El frío y yo nos llevamos muy bien —dije con falsa superioridad poniéndome la campera verde militar con forro de borrego.

Me puse unas sandalias blancas de tacón pequeño, agarre las llaves del Volvo S60 que me había regalado papá el año pasado y arrancamos al centro comercial cercano a la universidad. Entramos a varias tiendas buscando un paraguas acorde a los gustos raros de Anna.

—Anna —dije arrastrando las palabras—. Decídete.

—Quiero uno que represente mi personalidad pero a la vez sea serio y de colores vivos —dijo observando el quinto paraguas del estante del octavo establecimiento.

—¿Qué tal un flamenco?

Recibí un gruñido como repuesta.

Levante las manos protegiéndome de los torpes golpes que Anna me propinaba con el paraguas. Era divertido pasar un tiempo a solas con mi hermana después de mucho tiempo pero a veces necesitaba estar sola. Anna es muy diferente a mí, puede conseguir que alguien sea su amigo con solo unas palabras y unas cuantas sonrisas. Mientras yo apenas podía relacionarme con alguien, Astrid podía decir que es mi amiga y Rapunzel bueno, ella es mi prima. Anna prefiere la compañía y yo la soledad, ella la primavera y yo el invierno, somos dos polos opuestos.

Nos dirigimos a otro establecimiento cuando de pronto Anna me agarro del brazo y me arrastro hasta el barandal del segundo piso, señalo a alguien allá abajo y dio unos cuantos brinquitos.

—HICCUP —grito casi reventándome los tímpanos.

Lo único que pude alcanzar a ver fue uno chico alto, delgado que llevaba unos jeans negros y un suéter de estambre verde que miraba para todos lados buscando la persona de quien provenía la voz. A pesar de mi escasa visión y de los lejos que estábamos pude apreciar su rostro, me sonroje al pensar en lo tierno que se veía vestido así y en lo atractivo de su rostro y físico. De repente parecía que nuestras miradas se cruzaban por unos instantes y fue interrumpida por el cuerpo de Anna que hacia señas con los brazos.

—Voy a  tener que ir hasta él para que me vea —me dijo—. Voy por él para que los conozcas.

Anna corrió hacia abajo por las escaleras eléctricas topándose con todo mundo. Cuando s encontró con el chico, éste estaba sorprendido de verla, claro después de ser tacleado por Anna quién no, me escondí detrás del muro mientras los veía. Los vi subir por las abarrotadas escaleras eléctricas, cuando los dos iban directo hacia a mi, por suerte él no me había visto y Anna no me señalo, lo único que pude hacer fue huir. Tal vez huía por qué no quería conocer a nadie más y tal vez por qué el rostro de... ¿Hiccup? Se veía más hermoso de cerca. Me escondí en una tienda cercana, los mire de lejos, Anna confundida de que yo no estuviera donde me dejo y él un poco abrumado por el agarre de Anna a su brazo. Me puse a ver lo que vendían, eran productos de belleza y paraguas o sí... paraguas. Escogí un paraguas verde olivo con girasoles pequeños y un hermoso agarre curvado.

—¿Dónde te habías metido? —pregunto Anna cuando me acerque a ella, claro que primero me asome desde la tienda para ver si se había ido.

—Te compre un paraguas —le tendí el objeto y su rostro e enojo se convirtió en un de asombro y felicidad.

—ES HERMOSO —grito abalanzándose contra a mi con todo su peso, casi nos caímos al suelo por su culpa.

Pero así es Anna, es mi hermanita y la amo.

Hiccup POV'S

La semana del curso habría pasado sin pena ni gloria si no fuera por mi nueva amiga Anna. Realmente es divertida pero a veces puede parecer que le falta un tornillo. Ya era media semana de descanso y no nos habíamos visto pero sí nos comunicábamos muy a menudo por medio del móvil o de las redes sociales. Retrasamos la ida a comprar portarretratos ya que ella deseaba estar más tiempo con su hermana, la cual yo aun no conocía.

—Hiccup ¿Puedes ir al centro comercial por mi abrigo? Lo pedí hace una semana y ya recibí la llamada de que lo tiene allá —me dijo mi madre desde el marco de la puerta de mi habitación—Si no estas muy ocupado claro.

Desde el ultimo día del curso me había cebrado la cabeza para seguir la novela grafica pero los dibujos no me salían, quería hacer otro personaje mujer que llegara a la vida del protagonista y su vida diera un giro de trescientos sesenta grados pero la inspiración no me llegaba.

—Claro —conteste, espero que una salida al centro comercial me inspire.

El fin de semana mi DB5 del 64 estaba listo para ser sacado del mecánico. Al llegar al centro comercial, eran apenas las nueve con cuarenta y cinco minutos mi madre me envía un mensaje "Hijo, el lugar donde lo compre cierra a las diez. No es por apurarte pero no quiero morir de frio mañana, besos tu madre". Tengo cinco minutos para encontrar estacionamiento ya que el mal estaba abarrotado, cinco para entrar y cinco para encontrar la tienda y lo más probable es que cuando lo haga ya vayan cerrar. En tan solo diez minutos y hice los dos primero solo me faltaba encontrar el establecimiento.

—HICCUP —gritaron mi nombre, busque entre toda la gente la persona que me llamaba.

Mire hacia el segundo piso y me tope con un hermoso rostro, era una lindísima chica alta, cabellos blancos y al parecer me miraba, de pronto el cuerpo de Anna apareció. No pude ver a la chica, realmente quería verla. Seguí con la mirada a Anna al percatarme que la chica ya no estaba.

—HOLA —dijo abalanzándose contra mí.

—Hola —dije un poco sofocado.

—Que bien que te veo —me arrastró a las escaleras eléctricas—. Ven.

Cuando llegamos al lugar donde estaba la chica, Anna tenia una expresión de decepción. Mire a mi alrededor para buscar ala chica y nada. Mi cerebro trato de recordarla pero me estaba jugando una mala pasada, no podía recordar su figura ni su rostro, el recuerdo se volvía borroso. No escuche lo que decía Anna, vi mi reloj eran las nueve menos cinco...

—Mierda —susurré—. Anna perdóname tengo que irme.

—Pero... espera —no deje que terminara la frase que nunca oí.

Después de recoger con apuros el abrigo, salí corriendo de ahí y la busque por todos lados. Quería conocerla y preguntarle muchas cosas, ¿Cómo te llamas? ¿Vives aquí? Y si sí ¿Por qué nunca te había visto? ¿Por qué ahora te apareces ante mi y haces que mi corazón se acelere tan rápido? Mi sentido común me pregunto ¿Cómo puede gustarte un chica que solo la has visto como dos segundos? No lo sé pero quiero averiguarlo. 

Gracias por esperar.

Cómo conseguirle novio a tu hermana sin morir congelada en el intento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora