Capítulo 8. Cómo ayudar-a-la-fuerza sin morir en el intento.
Anna Pov's
Jack Frost es un idiota, ¿Por qué no acepta mi ayuda? Llevó toda una semana tratando de convencerlo de que yo seré su mejor opción de casamentera, o noviera... o cómo se llame. El nuevo semestre estaba por terminar y no había conseguido nada. Ni novio para Elsa, ni buenas calificaciones y ni novio para mí. Pero estas vacaciones de verano pondré más entusiasmo y lo conseguiré.
De pronto el celular empezó a sonar.
—Anna Arendel, amiga amorosa, hermana cariñosa y lo más probable esposa abnegada al habla —dije con alegría.
—¿Esposa qué? —era Jack.
Esperen un momento, ¡Es Jack!
—Olvídalo —dije tratando de ocultar la alegría de escuchar su voz—. Se puede saber qué es lo que el señorito Jack Frost necesita de su fiel y amable servidora.
—Déjate de bromas Anna —contestó fastidiado—. He reconsiderado lo que habíamos hablado la semana pasada...
—Suplícame —esto va a ser divertido.
—No voy a hacer eso —replicó enojado.
—Está bien deja lo pienso —reprimí un grito de alegría.
¡Por fin! Mis plegarias habían sido escuchadas. Jack me dejaría ayudarlo, y después de eso ¡Boom! Seremos cuñados, él y Elsa se enamorarán perdidamente y por fin podré descansar en paz sabiendo que alguien la cuidara.
Persuadirlo no fue fácil, pero quería disfrutar más el momento, que alguien pidiera con insistencia tu ayuda en cuestiones de amor no pasa todos los días.
—Anna —dijo fastidiado—. Por fin te digo que sí necesito tu ayuda y te haces la difícil —suspiro—. Creo que fue mala idea hablarte, mejor le pido ayuda a Punzie y...
—¡Espera! —grité—. Sí, sí te ayudaré.
Idiota, idiota, casi pierdes.
—¿Nos vemos mañana entonces? —dijo entusiasmado—. Tengo algunas ideas y....
—No, no. No —le corte a tiempo—. Déjame todo a mí, preparé algunas ideas, no quiero que lo arruines.
—Oye —se quejó.
—Mañana en el restaurante del centro a las cuatro de la tarde —a esa hora Elsa empezaba con sus clases particulares y mi padre seguía de viaje así que nadie sospecharía que no estaba yo en casa.
—Muy bien, nos vemos mañana —colgó.
Esto va a ser divertido.
Narrador
Rapunzel llevaba todo el semestre pensando en la confesión de Hiccup. Era su amigo y tenía que hacer algo, y después de hablar con Anna sobre Elsa tuvo que irse con cuidado de no meter la pata. Desde entonces había ideado muchos planes para hacer que su amigo y su prima se encontraran, pero todo fue en vano. Hiccup se encerró en sí mismo y no quiso que lo ayudará, poniendo como excusa que era la hermana de su nueva amiga y no quería tener enfrentamientos con Anna. Ya se habían hecho las paces y no quería perder la amistad de Anna. Aún recordaba aquella conversación en la que Anna había amenazado a Hiccup.
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Todos estaban tan estresados por los finales que decidieron ir a un restaurante a darse un descanso y de paso comer. Pero Anna comenzaba a parlotear sobre sus planes locos de conseguirle novio a su hermana que todos estaban tan fastidiados de la misma cantaleta. Así que el fastidio y el estrés se combinaron y todo explotó.
—¡Anna deberías dejar que tu hermana consiga su novio ella sola! —explotó Astrid, ya la tenía harta con las preguntas de que si conocía chicos que podían ser buenos candidatos para su hermana. Ya que no podía convencer a Jack tal vez Astrid podía ayudarla
—Creo que Astrid tiene razón —dijo Hiccup mirando seriamente a Anna. En tan sólo medio año se habían convertido en mejores amigos y él la conocía ya como la palma de su mano.
Lo había arrastrado junto con Tooth a buscarle novio a Elsa, y ninguno de los dos quiso poner resistencia porque no querían hacer enfadar a Anna. Pero Hiccup ya estaba harto, ¿Por qué tenía que ayudarle?
—¡Creí que estabas de mi lado! —gritó ofendida y entre cerro los ojos—. Lo que pasa es que tú estás enamorado de mi hermana... pero sabes qué... no, no voy a permitir que tú y Elsa queden juntos...ella no andaría con alguien cómo tú.
Hiccup estaba sorprendido y ofendido a la vez.
—¡Anna! —la regañó Rapunzel—. Es tu amigo ¿Cómo se te ocurre hablarle de esa forma?
No era Anna la que estaba hablando, no era ella, era la bilis, la bilis de no poder hacer lo que ella quería, que no le salieran las cosas como ella quería. Que su hermana se resistiera al amor y que ahora sus amigos la regañaran por algo que ella sabía que estaba en lo correcto ¿Cierto?
—Se te ocurre acercarte a ella y te juro que...—se levantó enojada—. Te juro por mi vida que te haré infeliz.
—Pues que te vaya bien con tu mierda de plan —grito Hiccup enfadado—. Y para tu información... tu hermana no me atrae... sólo estoy harto de que trates de hacer lo imposible. Lo único que lograras es hacer infeliz a Elsa... lo que pasa es que no eres feliz y que no quieres que nadie lo sea, pero lo disfrazas tu infelicidad de felicidad cuando todos sabemos que es lo contrario —dijo elevando la voz en cada palabra.
—¡Anna! —gritó Rapunzel mientras Anna salía enfurecida del lugar.
Astrid que no había dicho nada desde que Anna empezó a gritonear por fin habló.
—Lo que creo es que Anna piensa que sólo ella puede hacer feliz a su hermana y como sabe que nunca estarán juntas por mucho tiempo necesita que alguien cuide de ella —suspiró—. Creo que.... Ella piensa que está haciendo lo correcto pero lo único que va a causar es que Elsa salga dañada. No quiere que vuelva pasar lo de hace algunos años...
—Yo me largo —dijo Hiccup levantándose—. Yo pago todo no se preocupen.
—Hicuup espera —dijo Rapunzel tomándolo de la camisa—. Disculpa a Anna, ella no quería decir eso.
—No te preocupes, creo que hoy nadie hablaba con la cabeza conectada a la boca.
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De tanto pensar la cabeza le estaba doliendo. Había conversado con Eugene para que le ayudará a idear algún plan para que Hiccup y Elsa se vieran. Hiccup era el candidato perfecto para Elsa, a pesar de que solamente se habían visto dos veces y a pesar de que él negará rotundamente que era amor a primera vista, algo dentro de ella le decía que era buena idea juntarlos.
—¡Claro! —grito saltando de la cama—. ¡El cumpleaños de Elsa!
Anna le había pedido ayuda para organizar la fiesta de Elsa, invitaría a todos sus amigos. Y eso, eso incluía a Hiccup. Y lo ayudaría sin importar nada, aunque él se negara y si tenía que recurrir a la fuerza lo haría.
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Cómo conseguirle novio a tu hermana sin morir congelada en el intento.
RomanceCuando a Anna Arendelle se le mete una idea a la cabeza no hay quien la pare. Cuando llega a vivir con su hermana Elsa y su padre después de ser aceptada en la universidad, se entera que su hermana no tiene novio y decide conseguirle uno con la ayud...