—¡No, madre! ¿Por qué me haces esto? —hablaba un niño rubio de no mas de cinco años, atado de brazos y piernas, y con varias heridas y quemaduras en su cuerpo semi-desnudo.
—Tu no eres mi hijo, ¡eres una vergüenza para el clan Uzumaki! —replicaba una pelirroja con unos ojos llenos de ira y enojo, y moviendo de forma amenazante las cadenas que salían de su espalda.
Estas herramientas de metal azotaban y en algunos casos desgarraban pedazos de piel del torso del pobre pequeño.
—¡Padre, ayúdame por favor, dile que se detenga! —suplicaba misericordia hacia su padre, quien era idéntico a él, pero este también lo veía con desprecio y maldad.
—¡Ja! ¿Ayudarte? ¿A ti? ¡Tu no eres mi hijo, solo eres una vil rata asquerosa! ¡Y como la plaga que eres, debes ser exterminada! —escupía con veneno sus palabras el rubio mayor, mientras con una jeringa de aspecto nada higiénica inyectaba ácido sulfúrico en el brazo indefenso del niño, quien se retorcía de ese dolor tan insoportable.
Ambos padres tenían los ojos totalmente oscuros, y una sonrisa de oreja a oreja que no hacía mas que alimentar el terror del infante, que ni siquiera sabía el porqué de su sufrimiento. En dado momento, ambos psicópatas se detienen en seco en frente de él, al mismo tiempo que de la oscuridad emergía una sombra que era mucho mas negra que el resto, con flamas azules que simulaban ser sus ojos.
Se sitúa en medio de ambos, y mientras le apunta con el dedo indice, comienza a reírse en forma de burla, al igual que ambos adultos, que solo daban una vista macabra con sus bocas imposibles al pequeño rubiesito, quien grita de la desesperación.
Naruto se levanta de golpe, muy agitado y sudando a mares, con su respiración muy errática. Se tocó su pecho, y la cicatriz de su batalla de hace unos días lo hizo asustarse, creyendo que lo que vio en su sueño había sido real.
—¿Por qué? ¿Por qué soñé eso? Ellos ya no son nada para mi... ¿Y que era esa sombra? —pensaba nuestro protagonista favorito, aun recordando la sensación del dolor recorriendo su cuerpo.
Sus pensamientos se vieron interrumpidos por unos ruidos extraños que provenían del primer piso de la casa, así que se armó de valor para levantarse y finalmente despertar por completo, y fue a ver que había pasado.
Su mente le decía que algo no estaba bien, así que bajó sin hacer ruido por las escaleras de madera, y mientras lo hacía, escuchaba a dos personas desconocidas hablando entre si.
—Nos divertiremos bastante con esta hermosura, la mataremos, y tiraremos su cadáver al fondo del mar.
—Y todo frente a tus ojos pequeño mocos-...
El bandido que tenía retenido a Inari se le enredó una cadena en el cuello que comenzó a estrangularlo brutalmente, mientras que el otro bandido también estaba en las mismas. Ambos dejaron de patalear y cayeron muertos al piso. Tsunami fue inmediatamente a abrazar a su hijo quien estaba llorando por lo que pudo haber pasado si esas cadenas no los hubieran salvado, ambos voltearon a ver al responsable y vieron que era Naruto, quien ahora llevaba unas cadenas enredadas alrededor de cada uno de sus brazos y una cuchilla en cada mano que iba atada a la cadena.
—Naruto... eso fue... tú los... —Inari no sabía que decir.
—Hice lo que tenia que hacer, ¿están bien?
—Si, gracias Naruto, en serio no se como puedo recompensarte por salvarnos —dice Tsunami, con lagrimas aun saliendo de sus hermosos ojos onyx.
—Eso... ¡fue genial, Naruto! ¿De donde conseguiste esas armas? —pregunta Inari como si nada, como si no hubiera dos cadáveres a un lado suyo.
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El Último Espartano - I
Fanfiction¿Que harías tú si a una edad tan corta te arrebataran el único sueño al que aspiraste lograr? -¡Me ha sido confiado este gran poder, y no lo desperdiciaré! El mundo ya no será igual, entidades muy oscuras y malignas están conspirando en contra de Na...