Capítulo 44 - Ciudad de los condenados

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—¡No puedo soportar este maldito lugar! —dice Naruto soltando algo de ira al aire.

—Es porque estamos en el quinto circulo, la Ira. El aire mismo apesta con furia. Cuidado por donde pisan —dice Kratos advirtiendo de su locación a los demás.

Del piso emergieron muchas manos que tomaron de los tobillos al peliblanco y sus alumnos. Puesto que a Kratos en ese circulo le tenían mucho miedo y respeto, ninguna de las almas lo molestaba. Los tres comenzaron a cortar esos brazos que no los dejaban ir, pero hubo algo que hizo que Naruto comenzara a ser atacado por una lluvia de recuerdos sobre sus tiempos de mercenario, y es que muchas de las almas que lo tomaban de los tobillos eran personas que en vida fueron asesinadas por él. Tantos malos recuerdos de golpe provocaron que el ojiazul cayera al piso en una rodilla, jadeando fuertemente.

—Concéntrate, niño. No rememores hazañas pasadas aquí.

Ryu y Riku ayudaron a su sensei a recomponerse, y siguieron a Kratos hacia la orilla de un precipicio, donde en el fondo habían aun mas almas siendo torturadas en un extraño liquido de color gris oscuro parecido al fango.

—Miren las almas sobre quienes la ira ha prevalecido. En las negras aguas del río Estigia desearían no haber nacido nunca. Este puede ser de ustedes su destino también. Es aquí donde debemos cruzar.

De ese mismo río de aspecto nada agradable emerge una bestia de apariencia esquelética con cuernos, la cual ve por un momento a Kratos, y parece reaccionar de forma temerosa, por lo que baja su cabeza para que los cuatro puedan subir. El cuarteto de guerreros sube aun con algo de duda por parte de los nuevos visitantes.

—¿Viajaremos en esto? Quizás estaríamos mas a salvo nadando —dice Ryu.

La gran bestia levanta su cabeza de forma algo brusca. Los tres inexpertos visitantes del infierno se adhieren mejor al monstruo sin piel.

—Supongo que no se torna mas firme. ¿Es este un amigo suyo, señor Kratos? —Le habla Riku al espartano por su nombre, pues recordó que ese fue el nombre con el que se dirigió el titan Cronos antes de atacarlo en la guerra mundial.

—Flegias es el guardián del río. Era el hijo de Ares y Crisa. Sujetense, la travesía será agitada. Las almas iracundas también sueltan su furia con los que no son de aquí.

—¡¿Quien eres tú que vienes antes de tu hora?! —Una de las tantas almas que se alzaba en una columna de varias otras almas se dirigió hacia Naruto.

—Si vengo no es para quedarme. Pero a ti te conozco, ¡perro del infierno! ¡Tu eras Aizen Kaguya en vida, uno de los socios de Gato!

—¡Baja aquí, Naruto, y enfrenta a tu viejo enemigo!

—¡Que los condenados te despedacen, maldito!

—No te dejes distraer, niño. El estar aquí por mucho tiempo provoca que la ira te carcoma lentamente.—

—Discúlpeme. No me distraeré mas, sensei.

—No te disculpes. Solo mejora.

Mientras tanto

Rin había sido llevada a otro lugar profundo del averno. Este lugar eran cavernas que se extendían hasta donde el ojo humano podía ver y aun mas. Ahora ella era acompañada por su verdugo, Lucifer.

—No hay escapatoria de aquí, pequeña alma. Tus ruegos no tienen valor aquí.

—¡Suéltame maldito, suéltame!

—¡Regocijate, niña! Porque estás a punto de recibir un privilegio en el infierno. Te haré mi novia. Te convertirás en la reina del infierno. ¿No te satisface eso?

El Último Espartano - IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora