—Entonces, ¿cual es tu decisión, Naruto-san? —preguntó Caos, quien levantó su cabeza para hacer la pregunta.
—He logrado cumplir mis sueños. El imperio de Esparta. Logré tener una familia, y ahora la paz reinará sobre el mundo... No quiero abandonar a quienes todos estos años me han apoyado en todo. Pero si accedo a su propuesta, tendré el poder para mantener la paz por siempre... no sé que hacer. —Pensaba Naruto mortificado internamente, así que mejor decidió comprar tiempo—. No puedo elegir de momento, necesito algo de tiempo para pensar mejor las cosas.
—No podemos culparte. Es una decisión demasiado pesada. —dijo Nun, quien al igual que los otros cinco, comenzó a ponerse de pie.
—Te daremos una semana para que lo puedas pensar mejor. Pero antes de eso... dioses guardianes de estas tierras, ¡yo los llamo a que hagan acto de presencia! —exclamó Kamisama.
En eso, los cuatro dioses que ayudaron en la Cuarta Guerra Ninja aparecieron como por arte de magia frente a Kamisama, quien tenia un rostro de decepción mezclado con tristeza y algo de enojo.
—¿En donde estamos? ¿Quienes son ustedes? —preguntó la diosa del sol, Amaterasu
—U-ust-usted es... —Kami, la diosa soberana de esas tierras estaba temblando del miedo frente a la deidad mayor frente a ella.
—¿Que sucede? ¿Acaso los conoce? —preguntó Susano'o.
—No a todos... pe-pero a ella si... es nues-nuestra creadora...
—¡¿Como dice?! —preguntó casi a gritos el dios Amida.
—Tal y como lo dijo ella, yo soy su progenitora. Soy quien estuvo antes de Izanami e Izanagi, y debo decir que estoy muy decepcionada de ustedes. Han fallado en su labor de proteger a la humanidad. De no ser por el guerrero Naruto aquí presente y su fallecido maestro, todos estarían muertos. Por estos errores imperdonables, quedan despojados de su titulo y poderes divinos. De aquí hasta el último de sus días serán de la misma naturaleza de aquellos a quienes fallaron en proteger. ¿Está claro? —La presencia de la diosa intimidó por completo a los dioses terrenales.
—Le hemos fallado a su creación, Kamisama. —Kami se arrodilló primero que los demás—. Aceptamos nuestro destino. No somos dignos de ostentar nuestro cargo nunca mas. —dijo Kami sin oponer resistencia a su creadora.
—Oh, diosa creadora, su palabra es cierta. Líbrenos de nuestros poderes, pues no somos dignos de usarlos nunca mas. —A Amaterasu no se le cruzó ni por un momento ofrecer resistencia. Ella sabía cual era su lugar, y se arrodilló al igual que Kami.
—No vi llegar el dia en el que estas palabras saldrían de mi boca. Pero si su voluntad es esa, entonces arranque estos privilegios de mi cuerpo. —Susano'o dejó caer sus armas al suelo al mismo tiempo que se postraba ante su verdadera creadora.
—Si nuestro trabajo no le es suficiente para su agrado, entonces haga de su voluntad y sus palabras lo que plazca, diosa creadora Kamisama. —Amida dio un paso al frente para aceptar su destino, y sus rodillas tocaron suelo.
Con solo levantar su mano derecha, de las cuatro deidades salieron energías de colores diversos, lo cual terminó por despojar de sus armas, y sus vestimentas divinas a los dioses, siendo estas reemplazadas por ropas contemporáneas. El peso de la mortalidad recayó en cada hueso, en cada fibra, en cada célula de sus cuerpos.
—Aun faltan algunos poderes... ¡energías de los que se mueven en la oscuridad, vengan a mi!
En su otra mano libre, la cual era la izquierda, se reunieron otros seis orbes, pero estos eran de un color mas obscuro. Estos eran los poderes de los dioses malignos que quisieron ayudar a Madara Uchiha, y fallecieron a manos de Naruto y su maestro.
ESTÁS LEYENDO
El Último Espartano - I
Fanfiction¿Que harías tú si a una edad tan corta te arrebataran el único sueño al que aspiraste lograr? -¡Me ha sido confiado este gran poder, y no lo desperdiciaré! El mundo ya no será igual, entidades muy oscuras y malignas están conspirando en contra de Na...