Capítulo 56 - Takumi no Sato

456 32 23
                                    

El equipo especial ubicado en la antigua Kusagakure, luego de mandar su reporte un dia después de su victoria sobre el demonio Astaroth recibieron la orden de tomar cuanto oro pudiesen almacenar en sus pergaminos, y el resto esconderlo en el interior de los edificios para que nadie mas encontrase los tesoros, y de reunirse cuanto antes con los ninjas de la hoja.

Solo faltaba un territorio guardián por conquistar: Takumi no Sato, la abandonada Aldea de los Artesanos. Custodiada por el segundo demonio mas poderoso solo superado por Lucifer. Este demonio fue uno de los primordiales de la segunda generación, donde también entran Astaroth y Cimeries, siendo su amo Lucifer de la primer generación. La expedición para retomar Takumi no Sato era conformada por Kenpachi Zaraki, Erza Scarlet y Naruto, quien era el líder. 

Antes de irse, los hermanos del espartano habían insistido en ir con él, pero no quiso que ellos corrieran tal riesgo, así que se limitó a ir acompañado solo de sus capitanes. En base a los reportes de las expediciones fallidas que fueron enviadas a los tres territorios guardianes es como Naruto logró deducir que el demonio a cargo de este lugar era el mas peligroso, por lo que decidió tomar el riesgo de enfrentar a este enemigo.

Desde que cruzaron la frontera entre el País de los Ríos (lugar donde está la aldea de los artesanos) y el País del Fuego, la atmósfera del lugar cambió totalmente. Ahora el paisaje era totalmente rojo. Objetos como arboles, rocas, o incluso partes del mismo suelo se mantenían suspendidas en el aire, producto de la sola presencia del demonio mas fuerte ahí.

Había la constante presencia de insectos voladores por todos lados, en su mayoría moscas, y los cadáveres de varios shinobis, algunos tirados en el piso en estado esquelético, y otros colgados de diversas posiciones en los objetos flotantes. Entre mas avanzaban, el paisaje se tornaba mas grotesco y sangriento, perfumado de un olor repugnante semejante al de carne podrida. 

El suelo estaba hecho de un material suave, mojado y rosado con algunos tintes rojizos y patrones en forma de venas y arterias. Los ríos eran de sangre hirviendo, y la vegetación del lugar fue reemplazada por huesos de humanos y animales.

Verdaderamente el infierno mismo en la Tierra, un paisaje tan tétrico y sangriento que no podía ser producto ni del humano mas desalmado y cruel. La fauna de lo que alguna vez fueron ríos y praderas habitadas por animales de todo tipo, ahora era propiedad de cuervos esqueléticos que devoraban la poca carne que quedaba de los cadáveres humanos y animales. Había uno que otro demonio carnívoro que acompañaba a estos carroñeros semi-emplumados, pero estos no se dieron cuenta de la presencia del trío espartano.

—Oh, por Kami. Este lugar es lo mas horrible que haya visto. —La capitana Erza estaba perturbada por el paisaje grotesco en el que caminaban.

—Y según mi escuadrón, usted vio lugares mucho peores que este en el Infierno, ¿no es así, comandante? —dice Kenpachi, pues cuando las tropas de Esparta partieron del puerto de la isla, en el camino Naruto le había contado al escuadrón Alpha algunos de los horrores que presenció en el Infierno.

—Si... y no tengo intenciones de volver a ese lugar. Hay que apresurarnos para poder salir de aquí lo mas rápido posible.

Corrieron por aquellos irreconocibles senderos de carne y putrefacción palpitante, hasta que se detuvieron a unos cien metros de la entrada de la aldea, la cual era custodiada por dos criaturas gigantes de piedra, sin rostro y con un centro que brillaba de color azul.

—¿Que demonios son esas cosas? —Se pregunta Erza.

—Devoradores de almas. —Naruto hizo memoria, y recordó a una criatura con esas características—. Mi maestro me contó sobre ellos. Si dejas que te coman, será el fin. No habrá vida después de la muerte, ni redención. Su punto débil es esa cosa que brilla en su pecho, ese es su corazón. Yo los debilitaré con mis golpes, ustedes ataquen cuando vean que sus pechos se abran.

El Último Espartano - IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora