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Olive

Habían pasado un par de días desde la última vez que vi a Ashton, me negaba a llamarle aún porque iba a parecer desesperada, así que allí estaba, con el teléfono en mi mano, dudando si pulsar el botón de llamada, aunque a quién engañaba, me moría de ganas por oírle.

Tras cinco pitidos alguien contestó.

-¿Si? ¿Quién es?

-La chica de tus sueños.

Podría sonar atrevida, pero no le estaba viendo a la cara, la vergüenza no existía en ese momento, y al escuchar su risa al otro lado supe que había contestado bien.

-Muy bien Olive. ¿Necesitas algo?

-No, sólo quería hablarte

-Bueno, estoy ocupado, pero si quieres podemos vernos mañana.

-Estaré encantada, pasa por mi a las siete.

-Hecho.

Y colgó la llamada, dejándome con una sonrisa tonta en la cara y el corazón en la mano.

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-¿Te pasa algo Olive? No dejas de sonreir desde que llegue aquí.

Tras dos días Linzie había dado señales de vida, y venía prácticamente todos los días a mi casa para compensarme el hecho de haberme dejado sola en aquella fiesta.

-Sólo estoy feliz, no se qué te extraña.

-¿Quién eres y qué hiciste con mi amiga?

La miré soltando una risa, exageraba mucho en algunas ocasiones, y aún así era como una hermana para mí.

Al mirar el mensaje que me había llegado, me levanté de un salto, ganándome una mirada por parte de Linzie, quien no entendía nada.

-Debes irte, voy a salir en quince minutos.

-¿Con quién?

Dudé un momento si decirle o no, aunque sabiendo que se pondría histérica decidí ignorar ese hecho.

-Eso no importa, tu sabes donde está la puerta, yo voy a ducharme.

Tardé quizás demasiado en ducharme, por lo que a duras penas tuve tiempo de arreglarme, igual no es como que fuese una cita o algo así.

Quedaban dos minutos para la hora acordada y yo estaba nerviosa, esperaba tras la puerta de entrada alguna señal de Ashton que parecía nunca llegar. Cuando ya estaba a punto de tirarme de los pelos a causa de los nervios escuché el coche de Ashton y segundos más tarde el timbre resonó en el salón, me pregunté por un momento si había corrido hasta la puerta pero todo en lo que podía pensar en cuanto la abrí era en lo bien que se veía usando un traje.

Girls your age; A.I.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora