02

264 22 2
                                    

El viaje hasta casa se pasó rápido, íbamos hablando, conociéndonos mejor, ahora sabia que Ashton tenía 32 años, y trabaja para una empresa de fotografía.

Al llegar frente a mi casa, le miré sonriendo levemente al ver sus hoyuelos.

-Espero que podamos vernos en otra ocasión, Olive.

-Lo mismo digo señor Irwin.

Una sonrisa aún más amplia se dibujó en su rostro ante esa respuesta, tamborileando en el volante con sus dedos, como pensando muy bien lo que iba a decir.

-Podríamos vernos mañana, si te parece.

-Claro, puede pasar por mi a las cuatro, estaré libre.

Aún sabiendo que era mucho mayor que yo quería comprobar si podía enamorarse de mi, es lo que quería, lo quería a él.

-Claro, mañana a las cuatro estaré aquí, ponte algo cómodo.

_____________

Eran casi las cuatro, ya estaba lista y terminando de arreglarme, aunque igual iba sencilla, pero ese hombre ya me traía loca y no quería ir demasiado normal. Bueno, ir con una falda y un top era normal, ¿no? Da igual, ya no tenia tiempo a arreglarlo. Recogí mi cabello lo mejor que pude antes de tomar una chaqueta y salir a esperar fuera. A mis padres les había dicho que iba con Linzie, aunque ella aun no daba señales de vida.

-Hola Olive

Saludó con su perfecta sonrisa, la que me había hechizado desde un primer momento. Sentí en ese instante que mis piernas tenían vida propia y subían a su coche rojo sin siquiera permiso de mi cerebro.

-Hola señor Irwin

Respondí alegremente, disimulando lo mejor que podía lo nerviosa que me ponía su presencia.

-Oh por favor llámame Ashton pequeña

Asenti con una sonrisa mientras notaba como en mi estómago se formaba una selva de emociones ante el apodo.

Me llevó a un parque precioso, estaba algo retirado de la ciudad, pero igualmente caí perdidamente enamorada del parque al ver los cerezos que habían al fondo. El estaba sentado bajo uno de los árboles antes nombrados, mientras yo corría y saltaba entre los pétalos caídos, literalmente saltaba sobre una alfombra de flores rosas.

-Te vas a hacer daño si te tropiezas con una piedra.

-No seas tan aburrido, Ashton.

Pero claro, Olive no podía tener suerte ni un momento puesto que me perdí en su mirada por un momento y y en un segundo estaba tropezándome con mi propio pie cayendo al suelo de golpe. Por suerte pude evitar mayores daños gracias a mis reflejos.

-¿Estás bien? ¿Te hiciste daño?

Ashton me sacó una leve sonrisa por lo preocupado que parecía, era tan tierno que tardé un par de segundos en volver a la realidad. Asentí sentándome, al mirar mis piernas suspiré levemente, al final si fue mala idea la falda, tenía las piernas llenas de marcas y heridas.

-Si quieres puedo curarte eso, digamos que también era algo torpe de joven.

Y en cuanto sonrió supe que podría morir feliz a partir de ese instante.

Girls your age; A.I.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora