Aiden y Elian, Elian y Aiden, viajeros en el tiempo, los formidables y valientes guerreros de Haren Läss, juntos contra el universo. Sonaba bien, hubiera sido una combinación perfecta, si no fuera porque desde el día en el que dormimos juntos no volvimos a hablar.
Un mes después de mi génesis, un mes antes del Apocalipsis, estaba en el tránsito de dos eventos que amenazaban mi estabilidad mental, pero intenté no enfocarme en eso. Incluso dejé teatro para equilibrarme.
"Toda mi vida estuve solo, y también debería estarlo ahora." Pensé, pero a la vez, la idea de sentirme ignorado me dolió.
Un día lo vi en la calle, pero lo único que pasó fue que se cruzó de calle para esquivarme. Supongo que estaba confundido por lo que pasó, pero no me interesó realmente, sé que mi único error fue no verlo venir.
Los pocos amigos que tenía en aquel momento, me preguntaron sobre él. Estuvo hablando mucho de mí, cosas buenas algunas veces, cosas horribles hacia el final de la semana.
Estuve practicando arquería, pero no es relevante saber cómo conseguí un arco, porque ya demasiado remordimiento llevaba con la muerte de Oscar.
Aprendí a controlar el tiempo en objetos individuales, pero me debilitaba mucho más. Probé con animales pequeños y no obtuve buenos resultados, y me refiero a que terminaban con las tripas al aire y yo desmayado.
Me sentía débil y agotado, pero me concentré plenamente en la batalla por venir.
Viernes 29 de julio, 2016, 16:00. Haren Lass.
Mi celular comenzó a sonar dentro de la casa, por lo que estuve obligado a interrumpir mi práctica y entrar. Pensé que, quizá, Elian consiguió un celular y salió antes del colegio, pero intenté no darle muchas vueltas. El identificador decía "número desconocido".
— Aiden, estoy afuera de tu casa.
No logré reconocer la voz, y quedé unos segundos en silencio.
— Soy Azul.
Colgué, y la hice pasar.
— Me gusta tu look, ahora que estoy un poco más consciente y puedo prestar atención.
Lo único que me gustaba más que su poder, era su estilo. No era muy alta, pero usaba ropa grande. Tenía una camisa blanca sobre una remera gris de tela, pantalones negros rotos y zapatillas blancas con líneas negras. Sin mencionar su pelo azul, claro.
— ¡Gracias! A mí el tuyo aunque siempre estés de negro. — añade. — Deberías usar ropa menos suelta y el pelo completamente gris, así no se ven raras tus canas. Te quedaría bien.
— Vos deberías usar ropa menos suelta.
— Me gusta mi pancita, pero no como para que se note.
Entramos.
— Vamos a ir afuera, así te muestro lo que puedo hacer.
En aquel momento noté la presencia de mi madre. No sabía que estaba en la casa, pero intenté no actuar raro.
— ¿Y esta chica quién es? — me preguntó.
— Ah, ella es Azul. — respondí, un poco incómodo. — Azul, ella es Elizabeth.
— ¿Usted es su madre? Estaba ansiosa por conocerla. — dijo, con una sonrisa que nunca hubiera esperado, y tendiéndole la mano.
Incluso ella se sorprendió y la saludó, pero no respondió.
— ¿Qué fue eso? — pregunto una vez que llegamos al patio trasero.
— Nada... — Su expresión cambió completamente y tenía los ojos lagrimosos.
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Eón
Ficción GeneralAiden es un joven de 17 años que puede controlar el tiempo, lo que lo lleva a lidiar con lo absurda que se volvió su vida desde que obtuvo sus habilidades, hasta que resurgen sus pesadillas.