Final 3/4

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Ambos empresarios volvieron a la pequeña residencia que rentable por unos días, pronto partirán nuevamente a su querido Londres. Murdoc se encontraba completamente emocionado y feliz por ir con su acompañante, aquel chico de cabellera azul y cuencas oculares que parecían ser dos obsidianas incrustadas en un bello y pálido rostro, y Russel se encontraba alegré por su amigo y por aquella chica que los acompañaba, parecían llevarse bien ambos apesar de solo haber intercambiado algunos diálogos.

-Hemos vuelto- Soltó el hombre de piel oliva mientras entraba a la pequeña casa.

Stuart y Noodle abandonaron su pequeña escena y fueron a la entrada para recibir a ambos hombres.

-Murdoc- Sonriente le dío un abrazo, el cuál el contrario correspondió, bajo su mirada al suelo y noto algo que no fue mucho de su agrado -Murdoc ¿Qué te he dicho?- Con un tono comprensivo y una cálida sonrisa señaló.

-O cierto- En ese mismo instante, el nombrado se sacó sus zapatos y los dejo en el pórtico, entrando nuevamente a la casa con solamente sus calcetas -Lo lamento cariño, aún no me acostumbro a esto- De puntillas, beso la frente de su enamorado.

-Parece que Russ si lo ha hecho- Replicó la chica en un susurro y agregándole al final una pequeña risa, la cuál fue acompañada por la risa del moreno.

-Si como sea, antes no había nadie que me hiciera notar que rompía las reglas- Hizo incapie en las últimas dos palabras y las enfatizó creando comillas con sus dedos.

-Yo solía hacerlo- Respondió el de cuencas oculares blanquesinas.

-Calla- Replicó molesto el mayor.

El peliazul reía a lo bajo con los otros dos -Esta bien Mudz- Le deposito un suave y tierno beso en sus labios -Me alegro que intentes seguir las tradiciones por mí- Sonrió ampliamente mostrando aquel espacio faltante de dientes.

-No es sólo por tí, siento que esta bien respetar en lo que creen los demás- Todos comenzaron a dirigirse a la sala de la residencia, donde siguieron su conversación.

-El gran Murdoc Nicalls respetando a los demás, eso sí es un gran milagro- Dijo el moreno entre risas, las cuales le siguieron los otros dos jóvenes

-¿Podrían dejar de hacerme ver como un maldito mentiroso?- Bufó molesto.

-Yo no creo que mientas, simplemente no te adaptas a las costumbres de Japón- Le sonrió su pareja -Pero no hay ningún problema, nosotros tendremos que hacer lo mismo ¿O no Noodle?- Miró a su amiga.

-Claro, así que no te sientas mal- Miró al azabache -Además no eres el primero y el último viajero que rompe alguna que otra tradición- Sonrió para calmarlo.

-Bien, bien comprendo. No está mal equivocarse y no seguir las reglas de vez en cuando, así que dejemos ese tema de lado- Rasco su barbilla y se apego más al chico -Solo nos queda esta noche en Kyoto antes de partir a Londres ¿Quieren hacer algo?- Les cuestionó.

-Yo tengo una idea. Podríamos salir a dar una vuelta por la cuidad, para que así puedas conocerla ¿Te parece bien Russ?- Le sonrió al hombre.

-Claro por mi no habría ningún problema, de hecho, me encanta la idea- Correspondió aquella sonrisa.

-Parece que ustedes dos armaron sus planes- Lanzando algunas miradas río el azabache -Así que nos toca a nosotros Stu ¿Alguna idea?- Preguntó emocionado.

-En realidad planeaba quedarme a meditar un poco y preparar todo para mañana- Le dedicó una sonrisa ladeada.

-Ya veo- Se encontraba un poco decepcionado, pero en cierta parte el chico tenía razón, él tampoco había preparado sus cosas para el viaje, así que ambos se quedarían en aquella casa. Era un buen punto, ya que podrían pasar tiempo juntos a solas como pareja.

𝕲𝖊𝖎𝖘𝖍𝖆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora