Había pasado poco más de media hora, cada uno se encontraba en su respectiva habitación, habían terminado de empacar y preparar todo desde hace unos minutos pero ninguno de los dos sabía cómo acercarse al otro, algo en ellos les impedía ir a la habitación del otro.
Stuart se armó de valor, quería encontrarse con Murdoc y hablar un poco sobre como sería su vida haya. Se encaminó a su habitación y tocó la puerta.
-Adelante.- Fue lo que recibió como respuesta, e hizo caso, entró en la habitación -¿Ocurre algo?.- Le cuestionó el hombre.
-No, solo quería hablar contigo.- Respondió un poco nervioso, no sabía a lo que se iba a encaminar pero intentaría disfrutar de su nueva vida.
-Bien.- Dío una palmadas en el furtón que indicaban que se sentará a su lado. Sin dudarlo el chico fue y se sentó al lado de él -¿Sobre qué quieres hablar?.- Sonrió.
-Nosotros, nuestra vida juntos.- Le temblaba la voz, tenía cierto temor y no sabía a que era.
-¿Qué quieres saber?.- Preguntó calmado, decidió abrazar al chico porque notaba que algo se encontraba mal en él.
-Tú me amas ¿cierto?.- Correspondió aquel contacto y poso su cabeza en el hombro contrarío.
-Por supuesto Stuart.- Acariciaba la cabellera azulada de su enamorado.
-¿Qué somos nosotros?.- Cuestionó al borde del llanto, no comprendía el porque de sus acciones pero algo en el lo empujaban a sentirse así.
-Una pareja de personas locamente enamoradas la una de la otra.- Despidió un dulce risas en el odio del chico, mientras se recostada junto al joven en la misma posición.
Alzó su mirada completamente obscura, observando cada detalle del rostro verdoso de su pareja -Te amo Murdoc.- Pronunció.
-Y yo te amo a ti Stuart.- Lo atrajo más a él, a pegándose y sintiéndose cómodos el uno con el otro.
Stuart poco a poco fue a cercando su rostro con el de Murdoc, sus respiraciones comenzaron a agitarse y a los pocos segundos se encontraban cara a cara; respiraciones húmedas y calurosas se entremezclan y pronto son juntadas en un dulce beso, que con el paso de los segundos se vuelve uno apasionado.
El joven Stuart no comprendía que era todo aquello que le hacía sentir Murdoc con un simple beso, todas aquellas sensaciones cosquilleantes que recorren su cuerpo y pide más del contrario. Que por su parte, Murdoc quedaba locamente alucinado de todo lo que la boca de Stuart le hacía sentir e imaginar, quería, no deseaba más del chico, pero no sobre pasaría los límites, a menos que el menor lo consintiera.
Se separaron del beso, ambos necesitaban controlar sus respiraciones. Murdoc creía que hasta ahí había terminado, pero no era así.
-Murdoc.- Titubeó al hablar.
-¿Qué ocurre Stu?.- Lo miró nuevamente a los ojos, regalándole una sonrisa.
-Más- Susurro con hilo de voz.
Murdoc tragó saliva en seco ¿Había escuchado bien? -¿Stu?.- Cuestionó nuevamente.
-Por favor, quiero más.- Susurro vagamente, su cara había adquirido un tono carmesí muy notorio.
-¿Estás seguro?.- Lo miró dudoso y un poco preocupado. Asintió con su cabeza el contrario -¿Qué tan lejos piensas ir?.- No quería hacer sentir incomodo al chico y mucho menos que se sintiera obligado a hacer algo.
-No lo sé.- Se encontraba muy nervioso, no comprendía su cuerpo pero en verdad quería llegar más.
-Escucha, haremos las cosas pero si te sientes incómodo dímelo ¿Esta bien?-Beso la frente del chico.
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𝕲𝖊𝖎𝖘𝖍𝖆
FanfictionAño 1946 Kyoto Japón. Las hermosas damas de compañía denominadas "Geishas" esta en su mayor auge, siempre son solicitadas y pedidas. Pero en una pequeña casa, existe una que no es como las otras... AU basado en la tradición de las Geishas. Portada...