Capítulo 18 "Milagro"

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Estaba frente a dos enormes tipos y ambos me miraban con cara de cena, bien, mi mente decía ¡CORRE! ¡CORRE! Pero mi cuerpo estaba inmóvil, ambos se me acercaron e intentaron tocarme, luche hasta donde pude, inútilmente, pues eran obviamente más fuertes y perdí la conciencia, lo último que recuerdo de ese momento fue el inmenso dolor de la enorme golpiza que recibí por esos grandulones y que querían violarme, cuando abrí mi ojos me encontraba acostada viendo la pared, una pared crema sucia, en una camilla pequeña y extraña, estaba envuelta de gasas con algodones con una medicina muy, muy antigua para sanar, escuche la televisión encendida y me levante lo más rápido que pude aunque el gran dolor corporal que sentía no ayudaba mucho, entonces vi a una chica muy linda y muy asustada se levantó a ayudarme.

- No deberías de pararte aun, quédate en cama tranquila, nadie te hará daño. - escuche

- ¿a dónde estoy?

- en mi casa.

- me duele. - me queje.

- lo lamento, no podemos recurrir por medicinas, ¿Qué especie eres?

- no lo sé.

- ¿Cómo que no lo sabes?

- me duele. - me queje nuevamente.

- hay perdón. - se sobre salto un poco y me ayudo a recostarme en la pequeña camilla.

- gracias

- por nada.

- me salvaste. - Dije.

- no, fue Peter es muy amable y ayudamos a los que podemos.

- ¿Peter?

- ya lo veras.

- gracias.

- por nada, ¿Qué hacías a esas horas en esos lugares tu sola? ¿Pretendías morir? - lo dijo en forma de reclamo y me causo mucha gracia. - ¡No te rías! - reclamo.

- lo siento, ¿tienes una cara muy dulce y de niña para regañar a una adulta no crees?

- no soy tan niña.

- ¿a no?

- no, este año cumplo 18.

- ¡oh! discúlpame por favor, no sabía que ya eras una adulta.

- ¿te burlas otra vez?

- no, lo siento, gracias por ayudarme.

- ya te dije que fue Peter, yo solo ayude con tus heridas, pero no soy muy buena pues aun te duele el cuerpo.

- ¿Quién es Peter? ¿Está aquí?

- el es como familia o algo así, se fue a traer comida,

- ya veo, ¿Qué hora es?

- es el medio día.

- ¿Cómo te llamas?

- me llamo Annie ¿y tú?

- mi nombre es Paige, es muy agradable el conocerte.

- ¡huy! Eres adinerada ¿no?

- ¿Qué, porque lo dices?

- por esa forma refinada de hablar

- ¿refinada? No, no, para nada, disculpa si te ofendí.

- y allí vas otra vez, con tus modales, conozco a todos los millonarios de este continente, ¿quién eres tú?

- nadie, Annie. Solo nadie.

- ¿perdiste tu fortuna?

- perdí algo más importante.

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