- muy bien.
- genial, ¡vamos Paige!- jalo mi mano me llevo a la terraza y hacia una horrible calor pero estaba dispuesta a aprender, esperaba a que fuera como el entrenamiento de Eriol pero Annie era realmente ruda, sin piedad para ser honesta, a final del día me dolía todo el cuerpo.
- ¿cómo les fue?
- bueno, creí que porque Paige es una especie sería divertido, pero está más débil que un niño con paleta.
- ¡oye! Gracias. - grite.
- lo lamento, pero es la verdad, enserio ¿nunca aprendiste a pelear?
- claro que sí, se defensa personal. - ambos tomaron su estómago y comenzaron a reírse.
- Paige con eso aquí, no llegas ni a la esquina. - dijo Peter.
- ya me di cuenta.
- Paige, no mentiré, te defendiste muy bien, pero en todas las veces pude matarte fácilmente tus movimientos son muy predecibles. - no pude más que bajar la cara y sobar mis múltiples moretes. - ¿ya está aquí Amelia?
- aun no.
- bien, hare la cena. - dirigiéndose a la cocina.
- ¿Amelia es mescla también?
- no, Amelia es raza pura, al principio me costó confiar en ella por ese detalle, sin embargo, es desconcertante como su propia raza la denigro, su pasado al igual que el nuestro, no es bueno, ella hasta hace poco llego a la adolescencia y para nosotros que sobrepasamos la edad humana, es una pequeña y es muy madura, pero no por ello es débil, es un completo escudo.
- ¿Cuál es su cometido?
- es mejor que ella llegue a contártelo, aunque su propósito en particular ni Annie ni yo lo sabemos. – dijo Peter
- ya veo.
- ¿debía llegar a esta hora?
- no, aun no, ella regresa a su ritmo, hay temporadas en donde se marcha y luego regresa.
- no me imagino una pequeña afuera a estas horas.
- ¿no te imaginas?, Paige, en esta ciudad, es lo que más encuentras a estas horas, aquí es la ley del más fuerte y muchas veces el de apariencia más débil resulta ser el de mayor amenaza.
- he vivido en una burbuja, donde todo era bueno y sano, al menos la mayoría de los casos, siento que desperté de un dulce sueño o que acabo de entrar en la peor pesadilla.
- lo lamento. - menciono Peter
- vengan a comer, ya está la cena. - grito Annie, comimos la agradable cena de Annie, habían pasado días desde que no probaba buena comida.
- gracias Annie, me encanta tu comida. - Dijo Peter y Annie sonrió muy dulcemente, me había recordado a mí y a Eriol, solo que él no comía.
- me alegra que te guste, Paige. - se dirigió a mí. - come cuanto puedas que el entrenamiento continuo mañana y necesitas estar muy bien alimentada para estar cerca de mi velocidad, pero nunca a mi ritmo.
- soy muy buena aprendiendo Annie.
- bueno, demuéstramelo mañana.
- al día siguiente Annie me levantó muy temprano a entrenar, solo corrimos, hacíamos ejercicios muy rudos y excesivos al borde del colapso una y otra vez así sucesivamente por un tiempo, fue por varios meses para ser exacta.
comencé a notar como mi cuerpo se moldeaba y se tonaba firme y me sentía con más resistencia, el entrenamiento comenzaba desde que salía en sol hasta que la neblina de la noche nos inundaba, dormía muy poco lo cual agradecía pues no pensaba mucho en Eriol, mantenía mi mente ocupada.
- muy bien Paige, el verdadero entrenamiento comienza hoy, han pasado casi medio año y avanzas muy poco pero tu dedicación a ello te mantiene firme. -expreso Annie.
- creí que había avanzado un poco.- me defendía
- pero muy, muy poco, unos meses y aun eres lenta, avanzas como una humana.- mencionó Annie.
- no avanza porque desconoce en lo que se convertirá. - escuche una voz.- me di media vuelta y vi a una chica sentada en una piedra cerca del lugar en donde nos encontrábamos Annie y yo, esta chica se veía muy adolescente apenas saliendo de la pubertad, tenía el cabello corto y muy negro y sedoso que combinaba de igual color sus ojos y una piel blanca muy delicada a diferencia de Annie esta chica se vestía muy poco femenina pero muy elegante y hermosa, Annie se emocionó y corrió hacia ella gritando.
- Ameliaaaa!
- ¿Amelia?- dije.
- que gusto verte hace mucho que no te veía.
- Gracias Annie, me da gusto verte igualmente.
- espera que Peter lo sepa, el también te ha extrañado.
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ESPECIES
Science FictionY si el amor decide jugar conmigo, yo pondré las reglas del juego