Capítulo 5 "responsabilidades"

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En la mañana siguiente desperté sola y entre en pánico instantáneamente, di un salto para bajar del árbol, estaba a punto de correr cuando vi a Eriol y sentí alivio, no lo pensé, no razone y le di un golpe tan fuerte que me quede con dolor en la mano y vi que él se tambaleo, pero muy, muy poco y le grite

- me dijiste que nunca iba a estar sola y te fuiste.

- tienes mucha fuerza Paige. Lo dijo tan sereno y tan calmado y aun así demande

- porque te fuiste. Extendió su mano derecha hacia mí, tenía una bolsa negra y me dijo una vos dulce

- desayunas todos los días así que fui por comida y un poco de ropa, espantaríamos así. Vi mi vestimenta y la de él y estaba salpicadas de sangre

Abrí la pequeña bolsa y allí había un vestido blanco y una camisa para él y algunas frutas, casi rompo en llanto y envés de eso solo me tire hacia él y lo abrace, por supuesto el me devolvió el abrazo pero lo sentí de la forma en que un hermano abraza a su hermanita y sentí algo extraño pero no tenía cabeza para tomar en cuenta ese sentimiento así que me reprimí y lo único que alcance a decir fue - gracias y lo siento, pero, no me dejes.

- no lo haré, lo prometo.

Esa tarde caminamos a un rio cercano para que pudiéramos cambiarnos y limpiar nuestro cuerpo de sangre, sangre ajena, durante el proceso no deje de llorar hasta que coloque en mi vestido blanco que me había traído Eriol

Durante toda la tarde lo vi planificando y contando con rocas en la tierra a Eriol, yo simplemente me senté junto al rio, no quería saber absolutamente nada, solo quería regresar a casa y encontrar a mi madre

Y así cayo la noche y me llevo nuevamente a la sima del árbol para que descansara, estaba a punto de llorar nuevamente y entonces él dijo

- mi piel es como hielo ¿no?

- ¿Qué?. Me saco de mis pensamientos

- ¿sabes porque mi piel es como el hielo?

- no ¿por qué?

- yo no nací con un corazón latiente como tú.

- ¿no tienes corazón? pregunte asustada.

- sonrió de mi asombro. - si tengo, solo que no late como el tuyo, es mucho más lento, es por eso que no me canso y soy mucho más rápido y fuerte que tú en muchos aspectos y no necesito dormir.

- ¿Qué? Pero siempre has dormido conmigo

- no, veo como duermes siempre he tenido curiosidad en que se siente, pero nunca he dormido desde que nací.

- ¿cómo hacían tus padres cuando tú eras bebe?

- no lo sé, nunca los conocí.

- ¿a ninguno de los 2?

- a ninguno.

- lo siento

- no, está bien, no extrañas lo que no conoces.

- pero yo si conocí a mi mama.

- eres afortunada, no soy el unió que no conoció a sus padres

- hablas como alguien mayor de 70 años.

- en realidad tengo la madures de un adulto de 100.

- presumido. - Escuche una pequeña carcajada y aunque aún no tenía ánimos de reír esa noche me hiso sentir con tranquilidad.

En las mañanas antes de despertarme ya tenía las frutas a mí alrededor y en esa mañana Eriol me dijo - tengo un plan y debo realizar unas cosas antes así que escucha con atención

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