Fingir falsamente

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Pov.Judith

Y ahora la aparición de D... las cosas se están poniendo peor y es cierto que no tenemos un plan, bueno en realidad el que teníamos ya no tiene más pasos a seguir.

-Hay que ir tras él- le murmuro a Dante mientras asomo la mitad de mi rostro por el borde de la pared, aun debe de estar por aquí.

-Cálmate intrépida-hace ademán de detenerme con su brazo aunque no llega a tocarme- qYa quedó claro que no vamos a acercarnos más.- Yo no estoy de acuerdo con él, y lo miro fijamente desafiante, sé que eso no me va a ayudar en nada pero como no podemos hablar alto al menos sabrá que no lo apoyo.

-Tú regresa, hay que descubrir lo más que podamos.- Empiezo a salir del escondite pero ahora sí me toma del brazo

-Yo creo que el dato de quién está detrás de todo esto ya es una gran primicia- Siento su mano apretarme con más fuerza.

-Tenemos que saber cómo hicieron la estela de fuego en el cielo- insisto 

-¡Con un lanzallamas eso es obvio!- Exclama por lo bajo

-Sé que soy ignorante, pero no creo que un lanzallamas pueda rebasar la altura de un edificio de tres pisos ¡Eso es como 10 metros!- con mi mano libre intento zafarme de su traba,  sus dedos me sujetan más suave pero aun se agarran a mi brazo 

-Eso ya lo sé, pero tú no pareces haberte dado cuenta de que hay como un centenar de zombies rondando por aquí y en el momento en el que salgamos correremos por nuestras vidas, contra vivos y muertos.- exhala con fuerza al terminar, pero yo no pongo toda mi atención en el me interesa lo que pasa fuera, escucho los pasos y murmullos, los pasos son de muertos y los murmullos de sus contrarios, estamos desperdiciando tiempo.

-Voy a salir- Agito el brazo para soltarme de Dante, aunque quiera evitar que salga,valora su vida, y no me seguirá. –Quédate aquí- le ordeno, doy unos pasos y con la escasa luz distingo a tres figuras y dos de ellas sostienen algo que parece ser una pistola de agua, aunque puedo asegurar que no lo es.

Me muevo lo más rápido que me puedo permitir, y eso fue afortunado porque el calor no se hizo esperar, aunque el fuego no llegó a tocarme estuvo bastante cerca de mí como para que sudara y sintiera el dolor que ocasiona cuando agarras un recipiente de metal que estaba sobre la estufa.

Me muevo y el fuego me sigue, estas cosas tienen un tipo de batería así que no durará mucho, conforme voy pasando los zombies que se acercan a mí empiezan a arder. Cuando la carga de lanzallamas se acaba corro en dirección contraria alejándome lo más que puedo de ellos. Dante no tarda en alcanzarme, compartimos unas miradas de  nerviosismo, ambos estamos pensando a donde ir. 

Damos vueltas por las calles estrechas de la zona hasta que aprovechando el sonar de unas explosiones (Creo) quiebra la cerradura de una casa, donde nos escondemos en la habitación más alejada de la calle, agarramos mesas, sillas y otras cosas decorativas para bloquear la puerta. Apoyándonos en la pared para recuperar el aliento nos mantenemos en silencio, al parecer nos quedaremos un poco de tiempo aquí y se cansarán de buscarnos, por suerte no tenemos tanto atractivo, solo somos dos y ni siquiera los líderes.

–Se habrán ido en un rato- murmuro mientras abrazo mis rodillas para sentarme al lado de la cama.

-No lo sé- dice en el mismo tono Dante y camina inspeccionando cada esquina de nuestro refugio

-Era una pregunta retórica-

-Ajá- No cambia esa manera seria en que dijo lo anterior, no se si me ignora o está molesto

-¿Qué te pasa?-

-Idiota- me reclama- ¿Cómo dejaste que te apuntaran con ese lanzallamas, o no era eso?-

Mente ZombieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora