La Oscuridad Interior: El Resurgir

51. Acciones suicidas

Después de tanto tiempo, aquí tienen su tan esperado capitulo. Disfruten.

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En un cuarto de una casa con piedras verdes se encontraba durmiendo cierto pelinegro de 15 años. El joven empezaba a despertarse lentamente y al abrir los ojos tuvo que acostumbrarse a la luz que había que aunque no era mucha como en un hospital después de estar tanto tiempo en una cueva con tan poca luz le hizo tener que tomar unos segundos en acostumbrarse.

Una vez que pudo abrir con normalidad los ojos pudo sentir su cuerpo bastante rígido, intentó levantarse pero le dolía demasiado todo el cuerpo así que se quedó acostado mientras intentaba recordar porque estaba en tal situación.

En eso siente un leve y dulce aroma y a la vez se da cuenta de un peso a su izquierda que parece que es de ahí de donde proviene el olor. Giro su cabeza lentamente ya que esa era la velocidad que podía mientras aguanta el dolor.

Al ver a su izquierda tuvo un sonrojo masivo por lo que estaba viendo.

Y la razón de su sonrojo masivo es que al lado suyo se encontraba durmiendo una peliblanca bastante linda con unos mechones de pelo caer por su cara. La peliblanca, la cual es nada más ni nada menos que Shiori se encontraba a unos centímetros de la cara de Ryou, podía sentir su respiración y el dulce aroma de antes provenía de ella.

El pelinegro se le quedó viendo por unos cuantos minutos sin saber que hacer, preguntándose que ocurría o que estaba haciendo ella durmiendo a su lado pero esas preguntas desaparecieron cuando se quedó mirando fijamente a un lugar como si estuviera hipnotizado.

El lugar al que estaba observando fijamente por lo que parecían ser horas eran básicamente los labios de la peliblanca y cuando se dio cuenta de esto ya estaba a unos micro centímetros de sus labios lo que produjo que sonrojo alcanzara un nivel que nadie había visto pero misteriosamente no se quitó al ver eso, si no que se quedó viendo la expresión delicada y tierna que tenía la peliblanca al dormir para luego volver a ver sus labios.

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Fuera de ese cuarto se encontraban sentados en dos sillas junto una mesa otro pelinegro que movía un papel pequeño en el aire con su magia y un peliazul tomando café.

Ren: ¿Tan aburrido estás? - le preguntó después de darle un trago a su café.

Kaito: Demasiado - contestó dejando caer el papel y golpear su frente en la mesa.

Ren: ¿Te apetece que los entrene hasta que Ryou se despierte y se recupere? - le preguntó sabiendo que aceptaría sin ninguna duda.

Kaito: ¿En serio? - dijo sorprendido y feliz por la sugerencia.

Justo cuando el peliazul le iba a contestar escuchan una puerta abrirse lentamente y viendo que era el cuarto de Ryou, pensaron que sería Shiori pero se sorprendieron al ver a un joven con varios vendajes en su cuerpo y que caminaba con cuidado apoyándose de la puerta o la pared.

Kaito: ¡Ryou! ¡¿Qué haces? Debes quedarte en cama descansando! - dijo ayudándolo a caminar hacia una de las sillas.

En eso notó algo extraño, su cara estaba bastante roja.

Kaito: ¿Tienes fiebre? - preguntó preocupado para poner una mano en su frente pero dio un suspiro de alivio al ver que estaba normal - ¿Por qué estás tan rojo?

Esa pregunta le hizo ponerse aún más nervioso y avergonzado de lo que ya estaba aunque ellos no sabían eso, o eso creía.

Ren: (¿Por qué está nervioso y avergonzado?) - se preguntaba dándole otro trago al café con una mirada normal.