La Oscuridad Interior: El Resurgir

57. Encuentro

Al día siguiente Ryou ya tenía permitido salir a seguir practicando pero no podía hacerlo en la cueva por precaución de que suceda algo parecido.

En el tiempo que estuvo encerrado en su cuarto para no aburrirse o usaba su magia o trataba de conversar con lo que sea que esté dentro de él pero desde que le dijo como recuperarse de su estado no ha vuelto a hablar. En realidad no habían hablado en un buen rato así que lo sorprendió cuando él mismo inició la conversación pero ahora parecía que no tenía intención de hablar.

Cuando se reunió con los otros por fin, fue cuando le contaron sobre el verdadero talento de Shiori. Decir que el pelinegro no estaba sorprendido y con la boca abierta en ese momento sería como decir que nunca queda inconsciente.

Había preguntado cuando despertó esa capacidad y en que situación pero obviamente la peliblanca al recordar la situación en que pudo usarlo hizo que el color rojo aparezca en sus mejillas que es obvio que el otro no lo notó.

A continuación de ese día y de los siguientes estuvieron practicando sus ataques especiales el cual Kaito ya lo tenía casi listo, Ryou pudo avanzar en su control con mucha velocidad cosa que lo sorprendió por lo fácil que se le hizo y sobre Shiori las cosas no iban muy bien.

Y la razón es que aunque en el primer día pudo lograr usar un poco de hielo no pudo incrementar el tamaño ni hacer nada más con lo que había creado, el tamaño de hielo que produjo era de una piedra del tamaño de una uña.

Ya ha pasado una semana desde que los tres volvieron a entrenar y ahora los cinco se encontraban sentados junto a la mesa de la casa observando al "Enano" que se veía cansado.

Ren: Si estás aquí significa que terminaste - dijo con una pequeña sonrisa recibiendo otra del barbudo.

Trex: Así es, realmente me tomé mi tiempo para hacerlas si ningún error - comentó colocando dos cajas de madera en la madera.

Una caja era rectangular y la otra caja cuadrada, al colocar las cajas en la mesa una sonrisa apareció en el rostro de Trex.

Trex: Esta caja contiene las dagas que me pidió Kaito - dijo abriendo la caja cuadrada mostrando doce dagas muy bien hechas.

Las dagas eran un poco más largas que una mano, son de color negro con la hoja de color morado oscuro.

Trex: Y en esta otra la Katana de Ryou - dijo para emoción del pelinegro ya que había estado impaciente con obtener una espada fabricada para él mismo.

Al abrir la segunda caja se pudo visualizar una katana con una hoja de color morado oscuro como las dagas de Kaito, el color era más profundo en la parte cerca del filo dentro de las ondulaciones que tenía y por último el mango era de color negro.

Ryou sostuvo la Katana y pudo sentir el buen peso que tenía y era mayor a diferencia de la katana que le había dado Ryuzaki, probó el agarre del mango y la movió de un lado a otro con cuidado y después con velocidad pero con cuidado de no romper nada.

Cuando terminó dio su consentimiento de que era perfecta. Mientras él probaba su espada, Kaito tomó dos dagas y las hizo flotar con su magia para luego hacer que se muevan como él quería pero como no sintió a fondo el pedo cuando quiso que den un giro cerrado casi lastima a Shiori, al casi lastimarla recibió un regaño de parte de Ryou sobre tener más cuidado.

Kaito: Tendré que acostumbrarme al peso pero aparte de eso creo que son perfectas, muchas gracias Trex-san - dijo inclinándose un poco.

Trex: No hay problema, la verdad que para un herrero crear armas como estas es como cumplir el sueño de nuestra vida, aunque debo decirles algo y esto va directo a ti Ryou - dijo optando por una expresión seria de repente - Gracias al material que consiguieron pude fabricarles estas armas casi indestructibles ¿Escucharon bien? ¡Casi! No deben pensar que nunca se romperán, si las fuerzan a romper algo no servirán y esto va principalmente para ti Ryou ya que debes saber que una Katana aunque tenga un filo perfecto también es frágil y puede romperse ante una gran fuerza, si hubieras pedido una espada de otro tipo podría ser más resistente así que ten cuidado de no forzar la hoja a resistir muchos golpes fuertes - le dijo algo que ya tenía en cuenta desde el inicio pero aún así le agradeció el consejo.