Tony no tenía idea de como había llegado ahí, solo sabía; por como se encontraba, que lo que pasara a continuación no sería muy bueno.
Sus manos se encontraban atadas detrás de su espalda al igual que sus piernas gracias a una cuerda que las mantenía juntas, no podía ver nada debido a que la habitación se encontraba a oscuras; pero sabía que era la suya. Después de unos minutos la puerta se abrió y una figura más alta que él ingresó a la habitación y la luz de esta subió solo lo suficiente para ver a Stephen ahí parado con un flogger en mano.
Que es lo que te pasa?-. Preguntó mirándolo.
Por un momento se sintió atemorizado por él, se veía diferente, oscuro y hasta un poco malvado; no había ese habitual brillo en sus ojos este vez. Trago en seco al ver que se acercaba a él, trato de apartarse pero Stephen le detuvo.
Vamos, cariño. Mejor que cooperes-. Sonaba ronco; Tony pudo reconocer la excitación en su voz y se estremeció.
Stephen, no quiero hacer esto-.
Shh, prometo que te va a gustar-. Le susurro deslizando el flogger por su pecho hasta sus genitales. Repitió la acción varias veces, disfrutando de como la piel del castaño se erizaba ante el contacto con el material.
Si esto es por que derrame café sobre ese estúpido libro, lo siento-. Hablo con la esperanza de que se detuviera; pero lo único que recibió como respuesta por parte de su amante fue una ligera sonrisa ladina.
Después de un par de minutos más lo recostó boca abajo y dio un azote a su trasero con el mismo instrumento. Tony ahogó un chillido y trato de girarse; pero nuevamente fue detenido por él hechicero, quien lo sujeto de la atadura en sus muñecas.
Estoy tratando de ser amable contigo, así que no me acabes la paciencia si en realidad aprecias tú capacidad para caminar-. Tony asintió lentamente; ya estaba rendido. -Perfecto-.
Disfruto ver como el cuerpo del genio daba un pequeño sobresalto al recibir otro azote en sus redondos glúteos, los cuales pronto estaban rojos y Tony jadeaba con desesperación intentando ocultar su excitación en vano; Stephen sabía muy bien que le estaba gustando. Nuevamente se encontraban frente a frente; Stephen tomó su propio miembro y comenzó a masturbarse lentamente frente a un Tony, al verlo, solo pudo tratar de separar sus piernas, cosa que le fue imposible gracias al buen nudo que él dominante había hecho. Cuando al estuvo listo tomo las piernas del mayor y las alzo; dejando ver su entrada, Stephen alineó su miembro y dio una embestida; metiendo su miembro de golpe, haciendo que Tony gimiera tanto de dolor como de placer.
Las embestidas eran profundas y lentas, se detenía entre cada un para aplazar la sensación de placer que le causaba al castaño; éste habría la boca solo para que los ereticos gemidos salieran de la misma, expresando lo mucho que le estaba gustando; justo como Stephen dijo que pasaría. Sostenía sus piernas con ambas manos, para evitar que las bajara. En ningún momento se detuvo o busco más a pesar de que su amante se lo rogaba entre gemidos; él simplemente continuo con ese ritmo hasta que Tony se corrió con un ligero sollozo. Salió de su caliente interior y limpio sus lagrimas.
Ves que se siente bien?-. Sonrió y se inclinó a besar su mejilla para después susurrar en su oido-. Pero aún no terminamos-.
Le dio la vuelta y comenzó a besar y morder su espalda de arriba a abajo hasta que tuvo que separar sus glúteos para lamer su entrada con dedicación; él castaño inevitablemente gimió ante la humedad en su entrada que permanecía abierta. Cuando decidió parar tomó si miembro; aún erecto y volvió a la estreches que lo volvía loco. Colocó una sus manos en los glúteos del millonario y volvió a comenzar; pero esta vez era más rápido sin dejar de ir lo más profundo que podía; estaba intentando dar con su punto de excitación máxima. Cuando lo encontro lo reconocimiento enseguida, esa zona era la más caliente y esponjosa que encontraba dentro de él, eso sumado a que Tony gimió un sonoro: "Ahh~ Stephen…" le indicaba que estaba arremetiendo contra la zona correcta.
Amaba demasiado la manera en que el de ojos color miel gemia cuando lograba llegar a esa sona; gemia su nombre tan alto como le era posible y eso a Stephen le encantaba. Le dio un par de nalgadas y entonces Tony empujo sus caderas hacia atrás; añadiendo más intensidad a las estocadas, las manos del hechicero pronto su marcaron como fuego en los glúteos ajenos; no dejaba de darle apretones y azotes; le gustba escuchar el gemido que Tony soltaba y el sonido secó que se producía.
Cambio la posición, apoyando al castaño en sus propias piernas; haciendolo levantar su trasero mientras su rostro quedaba a centímetros de las sabanas, por su parte Stephen, puso ambos pies en el colchón y siguió con las embestidas. En algún momento bajo la mirada a su miembro que salía y entraba del castaño con rapidez, varias veces; haciendolo gemir y pedir por más como nunca en su vida, le gustaba el hecho de ser él mejor amante de Tony Stark; él mismo se lo había dicho: "Ni siquiera la polla sintética de Rogers es tan placentera como la tuya" le había susurrado al oído en una junta de negocios a la que habían asistido juntos y Tony se había atrevido a llevar su mano a la entrepierna del hechicero, esa misma noche se lo follo hasta el cansancio en el hotel en que se hospedaron.
La segunda corrida del castaño llegó más pronto de lo que Vincent pensaba. Desato sus piernas; pues la cuerda comenzaba a lastimarlo y seguido de esto desato sus manos pero no duró demasiado tiempo así ya que volvió a atarlo pero esta vez fue a la cabecera de la cama.
Sintió su miembro palpitar con fuerza y sin esperar más volvió a poseerlo, se aferro con fuerza a su cintura para comenzar a embestir nuevamente. Su interior estaba ya demasiado sensible, causándole un mayor placer al castaño quién no podía más que gemir, jadear y sollozar por lo bajo. Cuando el placer fue demasiado terminaron uno detrás del otro. Por fin libero al castaño y se recostó con él en su pecho.
Feliz cumpleaños…-. Susurro después de unos segundos, acariciando la espalda de Tony.
Creí que lo habías olvidado-. Susurro también alzando la vista para verlo.
Necesitaba tiempo para esta... sorpresa-. Sonrió de lado y beso sus labios suavemente.
La próxima vez quiero ir a cenar primero-. Bromeó al separarse y Stephen asintió con una sonrisa. Un par de minutos después ambos se quedaron dormidos.
Día 9: Bondaje.