A Stephen nunca le había gustado depender de los demás, pero ahora era así.
Se encontraba en una reunión con potenciales inversores para el tratamiento y cura de sus manos, él solo veía la oportunidad de volver a su vida normal y a un montón de empresarios interesados en formar parte de un avance más maravilloso.Las puertas se abrieron y un castaño entró a la sala seguido de una rubia que lucía apenada, seguramente por llegar con veinte minutos de retraso, se sentaron uno junto al otro y se dedicaron a escuchar los pros y contras sobre ese procedimiento. En algún momento Tony se giró hacía él y habló en voz alta:
Por qué no dejamos esto hasta aquí?-. Sonrió y el resto de personas ahí lo miraron perplejos. -Señor Strange…-.
Soy doctor-. Lo interrumpió.
Bien… doctor Strange, yo financiare todo lo que usted necesite, además pondré manos a la obra y veré qué puedo hacer con la tecnología que industrias Stark posee para que la movilidad de sus manos sea recuperada-. Stephen no quería estar sorprendido pero lo estába, aunque lo oculto y asintió para después susurrar un "Gracias".
Después de eso el resto de empresarios -algunos furiosos con Stark por haberles quitado esa grandiosa oportunidad de ser algo más que un montón de cuervos esperando la mejor oportunidad para subir un poco sus ganancias- salieron de la habitación quedando solo Pepper, Tony y Strange ahí.
Señorita…-. Al parecer Pepper había comprendido y se levantó de la silla para salir.
Por qué?-. Pregunto sin titubear mientras lo veía sentarse a su lado.
Porque tengo un par de ideas por ahí que podrían ayudarte. Además leí tú expediente y no eres el único en la habitación que ha tenido un accidente… especial por así decirlo-.
Stephen lo sabía, la noticia de la desaparición de Stark y después su reaparición con ese extraño artefacto en el pecho no había pasado inadvertido para él, incluso le había dado curiosidad.
Creo que es válido-. Asintió y Tony se acercó más a él, tomó su mano y la acercó a su nariz, quiso apartarlo pero resistió.
Tengo curiosidad-. Susurro acercándose a su cuello. -Siempre hueles así?-. Sonrió al sentir que el cuerpo ajeno temblaba ligeramente ante sus acciones.
Señor Stark…-.
Solo dime Tony-.
No, debe alejarse ahora-. Protesto Stephen.
Tony hundió su nariz en el cuello ajeno unos pocos segundos más para después separarse.
Mañana enviare a que le recojan para comenzar con las pruebas-. Se levantó y le guiñó un ojo antes de salir de ahí, Stephen no sabía en lo que se había metido.
Día 25: Olfactofilia. El tema es raro y no se me ocurrió otra cosa.