Capítulo 8

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Eran las seis de la mañana cuando Jimin logró despertarse. Comenzó a hacer todos los preparativos ya que hoy sería un día bastante ajetreado. Jungkook no estaría en la empresa por varias horas, por lo tanto tenía que cubrirlo. Necesitaba cancelar los pedidos de hoy y hacer lo posible para que llegaran mañana.

Jimin necesitaba que Jungkook fuera el primero en revisarlas para así dar la orden de trabajo.

Las telas que encargaron para el desfile que su jefe haría la próxima semana tenían que estar en su máximo buen estado, de la mejor calidad o en caso contrario rodarían cabezas por todo el edificio. Siendo la suya una de las primeras.

Después de treinta minutos de preparar todos los documentos a revisar, fue al baño para bañarse y vestirse. Hoy habría reunión del consejo y necesitaba verse adecuadamente.

Jungkook lo había llamado ayer dándole el aviso de que solo asistiría a la reunión de la tarde con los del consejo, así que ya tenía listo los portafolios con los documentos con los temas a hablar el día de hoy.

Solo esperaba que la junta directiva no sacara de sus casillas a Jungkook, más aun apresurándolo con el proyecto. Jimin no quería ser el centro de desquite de frustración, por eso planeaba llevar el mejor tequila para el pelinegro. Incluso ya lo tenía preparado. Después de tantos meses que llevaba trabajando con él, sabía que el alcohol lo calmaba un poco. A Jungkook le gustaba el sabor del dulce licor en su boca mientras trataba de tranquilizarse.

Una vez que tuvo listo todo, tomó sus llaves y salió del apartamento. Caminó durante cinco minutos para salir del complejo, pasando el estacionamiento hasta llegar a la carretera donde pararía un taxi. Jimin siempre prefiere que alguien lo lleve al trabajo porque de esa forma no conduce superando los límites de velocidad cuando se confía que va temprano al trabajo. O por las llamadas de sus compañeros cuando dicen que Jungkook llegó antes que él.

Por eso, se prepara con antelación para tener siempre una hora de ventaja.

Y sobre todo, tener el café caliente listo para Jungkook.

Mientras esperaba el taxi, no se dio cuenta que tenía a Min Yoongi justo a la par de él.

Este se encontraba con un cigarrillo en sus labios, aun sin encender a la luz de la mañana.

Mirándolo de perfil a unos dos metros de él, con la luz del sol que brillaba suave sobre su piel pálida solo lo hizo admirarlo más. ¿Cómo era posible que un hombre poseyera esa piel tan perfecta? Con solo mirarlo parecía suave y cálido al tacto. Jimin se encontraba maravillado en estos momentos. Todavía recordaba como hace unos días Yoongi amablemente se ofreció a ayudarlo con su viejo carro, él lo había llevado a uno de los talleres de un amigo suyo y lo estaban reparando. Ellos estaban sorprendidos por la antigüedad del vehículo.

Sí.

Veinte años era para sorprenderse.

Siguió viéndolo por unos segundos más hasta que finalmente decidió hablarle. No tenía que ser maleducado.

—Hola. —Jimin saludó, no pudiendo evitar ser tímido en estos momentos. Prácticamente le estaba hablando a su crush. Una de las personas que admiraba desde que comenzó a trabajar con Jungkook.

Todavía recordaba la primera vez que lo conoció, fue en una de las revistas más conocidas del país. Yoongi estaba de portada esa vez por su gran realización y culminación de uno de sus grandes proyectos. El famoso proyecto smog. Este consistía en la contaminación del aire convirtiéndolo en diamantes. Haciendo en sí, conciencia en las personas para tener una ciudad libre de impurezas y con un aire más puro para respirar.

El Asistente ||Vkook||Kookv|||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora