Capítulo 5

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Salió de su casa como alma que lleva al diablo. Enojado era lo menos que sentía en este momento. No podía creer que su hijo hiciera tal barbaridad. Cuando recibió la noticia de la secretaria de Taehyung pensó que había sido una broma de mal gusto. A veces su hijo le gusta sacarlo de sus casillas, sin embargo, hoy se pasó. Kim Namjon le iba a enseñar modales, y lo iba a castigar de la manera en que más le duele a su querido primogénito.

¿Cómo reaccionaría Taehyung cuando le dijera que Gucci iba a cancelar el contrato?

Una sonrisa maquiavélica pasó por su rostro.

Esa expresión no se la perdería por nada en el mundo.

Entró a la camioneta negra que lo estaba esperando fuera de la mansión, dentro de poco iban a ser sus vacaciones. Aprovecharía ese tiempo para irse a Londres. Y darle la visita sorpresa a su querido hijo.

— ¿Qué noticias hay? —Preguntó Namjon a su secretaria que se encontraba tecleando en su Tablet.

Su secretaria, Elena, le informó todas las reuniones a las que debía asistir en estos dos días, siendo la más importante con Min Yoongi. El señor Min estaba interesado en comprar los terrenos que tenía al sur de california, queriendo construir allí su segunda franquicia de diamantes. Era normal que enviara a su hijo, ya que el amor que tenía este por las gemas lo hacía un manipulador para obtener lo que muy en el futuro lo iba a beneficiar.

A pesar de eso, Namjon admitía que hacían un muy buen trabajo. Los anillos que hace diez años dejó de usar, junto con su fallecida esposa, fueron hechos por él, Min Agust. Su compañero, amigo y socio. Y por supuesto, el padre de Yoongi.

—Dentro de dos horas, tendrá una conferencia con el señor Jeon. Los inversionistas para su proyecto rechazaron la propuesta y quiere comenzar con un nuevo proyecto.

—Dile que en dos horas lo estaré esperando. Me había llamado mucho la atención sus ideas, se ven muy prometedoras.

Elena asintió para después comenzar a llamar por teléfono.

Taehyung caminó a paso rápido para dejar unos papeles en la oficina de Jungkook. Su jefe estaba sentado tomándose una taza de café mientras se desajustaba la corbata. El castaño miró ese movimiento y no pudo evitar lamer un poco sus labios al ver un poco de piel del cuello de Jungkook.

Iba a decir algo pero el ruido del teléfono lo asustó un poco.

—Debe de ser Hoseok, dile que el plazo es de treinta días, y que mañana le llegará las propuestas para el desfile de la otra semana. —Habló Jungkook mientras se sentaba en su silla.

Taehyung asintió.

—Oficina del señor Jeon, ¿en que puedo ayudarle?

Silencio se escuchó en la otra línea. El castaño miraba extrañado el teléfono.

— ¿Bueno? —Volvió a decir.

T-Taehyung, ¿eres tú?

Y el mundo se le vino encima al castaño al reconocer la voz de la secretaria de su padre. Miró el reloj y se maldijo. Eran las nueve de la mañana, su padre debe de estar camino al trabajo.

Jungkook alzó una ceja al ver el raro comportamiento de su asistente. Taehyung seguía paralizado en su lugar con el teléfono en la mano.

¿Y si era una de sus amantes?

Jungkook sonrió cínicamente. Era hora de su venganza.

Así que ni lento ni perezoso, tomó el teléfono de su escritorio y marcó línea uno para escuchar.

El Asistente ||Vkook||Kookv|||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora