CAPÍTULO 17

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SAKURA

Casi salté al auto. Estaba tan emocionada que apenas podía hacer que mis manos dejaran de temblar mientras encendía el auto. Conduje allí prácticamente rebotando en mi asiento. Cuando me detuve en el estacionamiento sonreí y agarré mi celular, enviándole a Shaoran un texto rápido para decirle que estaba aquí. Le gustaba que hiciera eso porque así podía venir a encontrarme en la parte de enfrente o en la recepción.

Había estado haciéndolo muy bien últimamente, aun era un esfuerzo para él, caminar no era una acción inconsciente como solía serlo pero ya no le causaba dolor lo cual era bueno. Todavía se cansaba rápido lo que lo frustraba. Vi en su rostro lo mucho que le dolía tener que pedirme que me sentara con él y tomara un descanso, cuando estábamos paseando por los jardines o algo.

Caminé con lentitud hasta la puerta principal, dándole tiempo de cubrir la corta distancia de su habitación al camino de entrada así podría encontrarme. Cuando abrí la puerta vi su cabeza color chocolate acercarse a la esquina al final del pasillo. Una hermosa sonrisa cruzaba su rostro y no pude evitar reflejarla.

Hoy era un gran día. Shaoran volvía a casa hoy.

-¡Hey, hermosa!- chilló mientras avanzaba hacia mí y envolvió sus brazos alrededor de mi cintura.

-¡Hola!- le devolví el abrazo todavía siendo cuidadosa de él. Me asustaba estar cerca de él, sólo en caso de lastimarlo o algo. Suspiré felizmente cuando su familiar aroma llenó mis pulmones. Odiaba dejarlo por las noches pero no se me permitía quedarme aquí con él en el centro. Esta noche sería la primera vez en dos meses que dormiría en una cama con él y no podía esperar para quedarme dormida en sus brazos.

Acunó mi rostro en sus manos, sus ojos color ámbar ardían en los míos, mostraban la felicidad que había estado creciendo más y más cada día.

-Soñé contigo anoche- susurró, besando mis labios suavemente.

-¿Soñaste conmigo? ¿Qué hacíamos?- pregunté curiosa.

Me sonrió besándome de nuevo suavemente.

-Esto- susurró, jalándome más cerca de él-Y esto- ronroneó, besando mi cuello, haciendo que mi estómago se llenara de mariposas, sus manos se deslizaron por mi trasero apretándolo suavemente.

-¿En serio? ¿Justo en medio de la recepción?- pregunté sin aliento, mientras su lengua subía por un lado de mi cuello.

Se rió y se apartó.

-No, estábamos de vuelta en Tokyo de hecho.

Sonreí cuando mencionó Tokyo, Dios desearía volver allí con él ahora mismo.

-Quizás podamos ir allí de nuevo algún día. ¡Podrías ganar algo más de dinero en las cartas!- me burlé, apartándome.

Sonrió y tomó mi mano asintiendo.

-Definitivamente.

Rastrillé mis ojos sobre él lentamente, Tomando cada perfecto centímetro de él. Se veía tan guapo hoy en tan sólo una camiseta blanca y vaqueros azules, su pelo estaba un poco largo y no dejaba de quitárselos de la frente. Apuesto a que será una de las primeras cosas que querrá hacer cuando llegue a casa, tener un corte, odiaba tener el pelo largo.

-¿Empezamos entonces, Shaoran?- pregunté asintiendo hacia donde estaba la sala de entrenamiento. Sonrió y asintió con la cabeza dirigiéndome a través del pasillo hacia los vestidores.

Después de dos horas de natación y haciendo algunas pesas y ejercicios de resistencia, finalmente estaba firmando la salida del centro para ser un paciente ambulatorio. Le dieron una rutina de ejercicios que iba a seguir por su cuenta.

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