CAPITULO 1

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SAKURA

¡Oh Dios, estoy tan nerviosa! ¡No quiero ir a la escuela! Acabo de volver de mis vacaciones anoche ¿y al día siguiente tengo que ir a una escuela nueva? ¡No puedo creerlo!

El undécimo grado es probablemente el peor momento para empezar una escuela nueva. La gente ya tiene sus propios grupos y amigos, quedaría fuera y sola por los próximos dos años. La sensación de nervios volvió a mi al ver la entrada de la "Escuela Superior Tomoeda". Cuando me acerqué a las puertas me contemple yendo directo al pasado, camino a casa y rogándole a mi padrastro para que me dejara regresar a mi vieja escuela. Suspiré profundamente sabiendo que no lo haría.

Camine en línea recta por el largo sendero marcado por árboles y a la distancia podía verse el edificio principal. A mitad de camino pase la zona de aparcamiento, vi a la gente sentada en el capo de los coches, riendo y coqueteando, aprovechando al máximo la luz del sol antes de que tuvieran que ir a clases. Decide detenerme y pararme tras un árbol para tomarme un tiempo. Tragando saliva, alcanzo a ver mi reflejo en el espejo de uno de los autos y me miro tratando de calmar mi estómago revuelto. Me veo bien. Mi largo cabello castaño en tono miel estaba sujeto en un lindo moño. Me puse un poco de rímel, aunque creo que realzaba demasiado mis ojos verdes, y también algo de brillo labial claro. No ha sido demasiado esfuerzo, no quería llamar la atención. Siendo mi primer día sólo esperaba pasar a través de la escuela sin avergonzarme a mí misma.

El uniforme era muy bonito. Como todo uniforme japonés, tanto hombres como mujeres debíamos llevar saco negro y camisa blanca manga larga, los chicos llevaban pantalón negro y corbata, y las chicas una falda blanca tableada y un listón en el cuello de la camisa. Me puse el saco encima, respiré hondo y salí de mi escondite retomando mi camino. Casi de inmediato todo el mundo dejo de hablar y me miró. Se sentía como una de esas películas donde la chica nueva sale y todo mundo deja lo que esta haciendo así pueden analizar todo sobre ella y ver donde encaja en la jerarquía social de la escuela.

¡Sólo quería que el día pase inadvertido!

Enderezo los hombros e intento parecer calmada para no dejar que los nervios se muestren en mi cara. Como si fuera una señal los chicos empezaron a silbar y a maullar, las chicas me miraban con una mezcla de celos y odio.

Parece que no iba a encajar muy bien aquí después de todo.

-¡SAKURA!- Escuché mi voz favorita en todo el mundo gritar.

Una gran sonrisa tonta se deslizó en mi cara al tiempo que mi ritmo cardíaco parecía aumentar sólo por el sonido de su voz. Me gire expectante, mis ojos rastrillaron el estacionamiento. Mi corazón casi se detuvo cuando lo vi corriendo hacia mí, una enorme sonrisa se extendía a través de su rostro. Su corto cabello chocolate desordenado se mecía por el viento mientras corría por el campo, esquivando hábilmente a la gente.

Shaoran Lo, mi mejor amigo en el mundo, el único al que le dije todos mis secretos, quien me conoce mejor que nadie. Suspiré felizmente sintiendo como todo el estrés y la tensión, la soledad y la angustia que sentí durante el último mes, salieron de mi cuerpo con la simple vista de él. Había pasado demasiado tiempo desde que vi su sonrisa.

Dejé caer mi bolso y cuando llegó hasta mí, salté a sus brazos, envolviendo mis brazos alrededor de él, lo apreté tanto como pude presionando mi cara en su cuello, respirando su olor. ¡Dios como lo había echado de menos! Sentí como si no hubiera podido respirar durante este último mes sin él. Apenas había comido nada durante todo el tiempo que estuve lejos, simplemente había colapsado y lo extrañaba tanto como si alguien hubiera quitado un pedazo de mí. Aquí en sus brazos, respirándole de nuevo, me siento completa. Suspiré contenta cuando me apretó más fuerte y nos hizo girar en un pequeño círculo, riendo.

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