Capítulo 15.

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-Tiene que ser una broma.

Alice me miró con mala cara.

-Yo no bromearía sobre algo así, y lo sabes.

-¿Sabes qué? No, no me lo creo. No me creo nada de lo que ha pasado en estos últimos meses. Me habéis tomado el pelo y yo he caído, como una idiota. Está claro que todo ha sido una broma de mal gusto. ¿Cómo no he podido darme cuenta antes? Primero, te asesinan. Mentira. Gasto mi tiempo en una investigación porque estoy furiosa y con ansias de venganza. Tu novio Luke intenta tontear conmigo y hace que en mi surja algo, no se el qué. Otra vez mentira.-Alice me miraba expectante y de vez en cuando abría la boca, intentando decir algo, pero luego se callaba.-Luego, me entero de que estás viva. Me dicen que te has ido de viaje y no se lo has contado a nadie. Más mentira. Y luego, para rematar, me sueltas que te han tenido secuestrada. ¿Sabes qué? Estoy harta de tanta mentira.

-Pero...

-Me voy.

Salí de aquella casa hecha una furia, al borde de las lágrimas y con el orgullo por los suelos. Oí que alguien me seguía, y me di a vuelta esperando que fuera Alice, para consolarme, para decirme que nada había sido mentira y para contarme toda la verdad de una vez por todas. Pero no, no era ella. Era Luke. Aceleré el paso.

-No lo intentes, soy más rápido que tú.

Le eché una mirada fugaz por encima del hombro y eché a correr, acelerando el pulso de mi corazón y haciendo que las lágrimas comenzaran a brotar por fin. Corrí y seguí corriendo, evitando mirar atrás para no distraerme, pero pude percibir por el sonido de su respiración que se acercaba más y más, y yo ya me quedaba sin fuerzas. Giré a la izquierda y penetré en un callejón por el que no entraba la luz del sol, esperando despistarlo. Intento fallido.

-Sal a la luz para que pueda verte, anda. No me hagas entrar ahí a por ti.

Me quedé quieta. Estaba escondida detrás del cubo de una basura y él estaba a la entrada del callejón y aunque sabía que no podía verme, sí que podía escuchar mi respiración entrecortada por el esfuerzo y las lágrimas.

-Vete. Vete y déjame en paz.

-No creerás que librarte de mí es tan fácil, ¿verdad?-sonrió burlón y se adentró en el callejón.

Por un momento pensé que se había ido, porque ya no lo veía debido a la oscuridad, pero entonces escuché su respiración. Justo al lado de mi oído.

-Vamos, sal de ahí.-vi como me tendía algo en la oscuridad y luego comprendí que era su mano.

-No.

-Te lo diré de otro modo, preciosa, ¿te importaría acompañarme a la salida y tener una extravagante y animada conversación acerca de lo sucedido minutos antes, en los aposentos de la señorita Alice?

Mi risa sonó animada a pesar de las lágrimas y él pareció sonreír en señal de satisfacción.

-¿Eso es un sí, te acompañaré sin rechistar fuera y tendremos una animada conversación y habrá algún que otro beso involuntario?

-Eso es un no, ya te puedes ir a la mierda.

Luke me miró entrecerrando los ojos y yo me mordí el labio, aguantándome la risa.

-Eres dura de pelar.

Abrí la boca para quejarme pero para entonces ya me encontraba fuera del suelo, chillando y pataleando en el hombro de Luke mientras éste sólo me mandaba callar.

-No querrás despertar a los gatos del callejón de su siesta.

Entonces me callé, pero no por no querer despertar a los gatos, si no porque cualquier persona que viviera por allí podría haber pensado que me estaban secuestrando. Secuestro. Alice. Mi cuerpo se tensó y entonces Luke me depositó en el suelo cuando habíamos salido del callejón y ya estábamos a la luz del día.

-¿Por qué me has seguido?-fue lo primero que pregunté cuando Luke se había acomodado a mi lado. La luz del día era muy intensa y le daba de lleno en la cara, dejándome ver en sus ojos un azul idéntico al del cielo en un día de verano.

-Cuando te vi salir corriendo de la casa de Alice, supe que algo iba mal. Le lancé una mirada interrogante a Alice y ésta se encogió de hombros. Varios segundos después ya me encontraba saliendo por la puerta detrás tuya.

-Pero, ¿por qué? ¿Simplemente no me podrías haber dejado ir?

-La mirada que Alice me echó cuando saliste echa una furia de la cocina bastó para saber que algo iba mal, y sencillamente, no podía dejarte ir si sabía que estabas mal.

Me pasé los dedos por las mejillas y por un momento me alegré de que las lágrimas se hubieran secado, pero Luke pareció leerme la mente y añadió:

-Sé que has estado llorando, Holly. Siempre lo sé. Tus mejillas están secas, pero tus ojos están vacíos.

Reprimí las ganas de volver a llorar mordiéndome el labio, y justo antes de que me empezara a sangrar de tanto apretar, me encontraba sollozando en su chaqueta. Me rodeó con un brazo y me acercó más a él, acariciándome el pelo con el otro.

-No pasa nada, Holly. De verdad. No voy a forzarte a que me cuentes nada si no quieres...

Mis sollozos se fueran desvaneciendo poco a poco y me despegué de su pecho, alzando la cabeza hacia arriba y descubriendo que miraba al cielo.

-¿No te recuerda esto... al día en que nos besamos por primera vez? ¿aquella tarde en la que llovió tanto? También estabas llorando.

-Soy una llorica.-murmuré.

-A veces. Pero recuerda que después de la tormenta siempre viene la calma.

-Pues la calma va con retraso.

Luke se rió levemente. Escuchar su risa con el oído puesto en su pecho era uno de los sonidos más agradables del universo. Reprimí el deseo de cerrar los ojos y dormirme allí mismo.

-Alice... Alice me dijo que había estado secuestrada. Y yo no la creí.

Luke me miró con la expresión más seria.

-¿Te dijo eso?

Asentí y me incorporé poco a poco.

-Deberías hablar con ella. Quizá escucharla sea lo mejor.

Miré a Luke y sus ojos se encontraron con los míos. Sinceridad. Esa vez estaba segura de lo que realmente decían. Me quedé observándole un par de segundos más y él sonrió divertido.

-Ahora es cuando nos besamos para romper la tensión.

Esbocé una sonrisa involuntaria y junté mis labios con los suyos rápidamente, y él sonriera mientras me cogía la cara entre sus manos, acercándome más a él y jugueteando con su piercing, haciendo que él gruñera en el beso de satisfacción.

-Será mejor que me vaya.-dije despegando nuestros labios y él dejo un suave beso en mi frente.-Las historias de Alice suelen ser largas y hoy tengo que hacer el doble de horas en comisaría.

Y entonces me alejé, caminando por las mismas calles que había recorrido antes corriendo mientras lloraba, pero ahora las recorría de vuelta, firme y dispuesta a escuchar toda la verdad que tenía que contar Alice.

«Innocent» luke hemmings fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora