Capítulo 3.

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Me entraron ganas de abalanzarme sobre él, pero estaba demasiado sumergida en mis pensamientos sobre Alice, y tenía tantas preguntas que, milagrosamente no lo hice.

-Mientes.-le dije.-Eres un mentiroso.

-No, no lo soy. Y, créeme, a mi también me duele tanto como a ti.

Lo miré con rabia, apunto de estallar en lágrimas y en susurro, le dije:

-Ella está viva.

Con un gesto rápido, cogí el teléfono de casa y marqué el número de Alice de memoria. Habían sido tantas las veces que nos habíamos llamado durante toda nuestra vida que mis dedos se deslizaban por los botones sin necesidad de acordarme.

Los pitidos empezaron a sonar, y no cesaban. Cinco, seis, siete, ocho...

Estaba a punto de colgar cuando de pronto sonó su voz y mi estómago se revolvió.

“¡Hola!-canturreó su dulce voz.-Estás llamando a Alice Kennington. En este momento no estoy disponible, pero ¡deja tu mensaje después de la señal!” Escuché el pitido que indicaba que podía dejar el mensaje de voz pero me quedé en silencio sin saber qué decir.

-Yo... te quiero, Alice. Donde quiera que estés.-colgué el teléfono y tapándome la cara con las manos para que Luke no me viera, salí corriendo de la sala y me subí a mi habitación, a llorar, como tantas veces había hecho. Como tantas veces me habían hecho hacer. Pero sólo eran errores, y tenían solución. Esto no lo tenía. Alice era para mí, mi vida.

Nos conocimos en primero de primaria, cuando aún éramos unas renacuajas y yo estaba comiéndome mi bocadillo de chorizo en un banco sola, y contemplando a las demás niñas jugar a la comba. Recordé que se acercó a mi con una sonrisa, y me preguntó por qué estaba tan sola. Yo me encongí de hombros y ella me dio la mano, una mano que nunca he soltado, excepto ahora.

Creo que estuve varias horas llorando hasta quedarme dormida la noche anterior porque cuando me desperté, en ese momento eran las diez de la mañana. Luke ya no estaba, lo que en realidad me alegraba porque si me hubiera visto con esas pintas después de haber llorado toda la noche, seguramente habría salido corriendo.

Revisé los mensajes mientras tomaba una taza de cereales. Tenías tres llamadas perdidas de mamá, dos de Luke y una de Bob. Decidí llamar a Bob, pues en ese momento era el único con el que me apetecía hablar.

-¿Diga?-dijo a través del teléfono.

-Bob, soy Holly. ¿Para qué me has llamado?

-Uhm, te llamé anoche porque te desmayaste en comisaría y quería ver cómo estabas.

-¿Es un chiste?

Bob soltó una carcajada.

-No, no es un chiste. En el fondo te aprecio.

-Pues rebájame las horas de mi turno si tantos me quieres.

-Eh, no te pases.-rió y yo sonreí. Lo necesitaba.-¿Qué es lo que pasó? ¿Hay un caso nuevo?

-Sí.-respondí cortante.-Un asesinato. Y prefiero resolverlo por mi cuenta, son problemas personales. Déjame llevar esta investigación, por favor.

-Si me sigues trayendo cajas de donuts como la otra vez es toda tuya.

-Gracias, Bob.-sonreí y colgué.

Puede que Alice ya no estuviera, pero en cuanto se me pasase el dolor que me oprimía el pecho, iba a ser yo la que averigüase quien fue el capullo que mató a mi mejor amiga y veremos si Luke Hemmings dice ser quien realmente es.

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Este capítulo es muy corto, i know, pero no he tenido mucho tiempo para escribir, ugh. El próximo será pronto y mejor, i promise :-)

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juliaseconds xx

«Innocent» luke hemmings fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora