Capítulo 23.

332 25 6
                                    

El frío que hacía en la calle era casi insoportable.

Pequeños y delicados copos de nieve comenzaban a caer del oscuro cielo, posándose sobre los coches aparcados o los tejados de las casas, cubriéndolo todo con un manto blanco.

-Póntelo.-dijo Charlotte apareciendo a mis espaldas con un abrigo de color chocolate. Lo cogí y me lo abotoné hasta arriba.-Hace mucho frío. Nunca antes había nevado la noche de fin de año en Melbourne, ¿sabes?

Suspiré mirando al cielo, dejando que los copos me refrescaran la cara y le dieran algo de color a mis mejillas y a mi piel pálida. Cerré los ojos.

-No tenía ni idea.

Después de varios segundos esperando a que alguien abriese la puerta, los rizos rojizos de Julie aparecieron enmarcando una preciosa piel de porcelana y unos ojos más verdes que nunca antes.

-Tarde, hasta en la primera noche del año.

-Bueno, ya sabes.-me encogí de hombros.-Lo bueno se hace esperar.

Julie sonrió levemente y nos hizo un gesto para que entráramos.

La casa no era para nada como las fiestas de Alice solían ser; siempre con mucha gente, música alta, bebidas y comida por el suelo, algún que otro cuadro roto...

En cambio, no había precisamente mucha gente, ni música alta, ni desorden, ni ningún cuadro roto... Había mucha varia gente del instituto hablando entre risas, pero nada comparada con las viejas fiestas de mi mejor amiga.

Brad estaba sobre el sofá, hablando con Alice sobre, seguramente, algún tema interesante pues ella parecía absorta en la conversación. Ashton parecía feliz después de que Julie volviera a su lado y Charlotte, quien iba a mi lado todo el tiempo, pareció ver a alguien entre la gente y desapareció.

-Hola.-saludé cuando llegué al lado de Alice y ésta de dio la vuelta de inmediato.

-¡FELIZ AÑO NUEVO, HOLLS!-me abrazó y por un momento pensé que caeríamos, pero ya estaba acostumbrada a los abrazos de Alice. Inesperados, llenos de energía, de ilusión.

-Feliz año nuevo a ti también.-respondí sonriendo y miré a Brad, quien estaba detrás de Alice algo incómodo.-Oye, ¿sabes dónde está Luke?

-Sí, Luke está en el jardín, haciendo no-sé-qué cosa. ¿Para qué lo buscas?

-Oh, en realidad sólo quería desearle un feliz año nuevo.-mentí.

-Genial, pues dile que en quince minutos voy a sacar una tarta de frambuesa y queso que me ha ayudado a hacer Brad. ¡Se va a enfadar mucho si nos la comemos sin él!

Dejé escapar una risita y Alice se volvió a sentar junto a Brad, retomando de nuevo la conversación, y suspirando, me di la vuelta y caminé hacia el jardín.

La noche no había cambiado mucho desde que había entrado en la casa.

Aquel frío invernal conseguía helarte hasta los huesos de una forma incluso dolorosa, y los copos de nieve seguían cayendo como purpurina blanca brillante bajo la luz de la luna.

El césped que siempre había sido de un verde esmeralda, se veía tapado por una delicada capa de nieve, al igual que la casa del árbol del jardín de Alice, y un banco que había bajo este árbol. Y, sobre el banco, sentado sobre una fina capa de nieve y hielo, estaba Luke, de espaldas, mirando el cielo.

Me acerqué hacia él en silencio y me senté a su lado, poniéndole una mano sobre la pierna. Él se giró hacia mí.

Tenía la piel pálida bajo la luz de la luna, pero a la vez ésta le daba un aspecto mágico que nunca había visto. De su cabeza, cubierta por una capucha de su abrigo, asomaba un mechón de pelo rubio oro por el efecto de la luna, cubierto con algunos copos de nieve. Y sus ojos... estaban raros. Los había visto de un tono más oscuro, o más claro, pero aquel color, sin duda, era el más increíble de todos. Sus ojos eran color hielo. Eran tan azules, tan claros, que casi podías verte reflejada en ellos. Sonrió al verme y me atrajo hacia él.

-Recuerdas-empezó susurrando y el frío del aire convirtió sus palabras en en gélido aliento que se elevó en forma de vapor.-Cuando te dije, la primera vez que te besé, que te sentaba genial la lluvia, ¿verdad?

-Lo recuerdo.

-Hubiera sido mejor que me hubiera guardado el piropo para cuando te he visto bajo la nieve.-se sacó las manos de los bolsillos de la chaqueta y cogió con delicadeza mis delgados y gélidos dedos y los entrelazó con los suyos, proporcionándome calor.

-¿Hay algo que según tú no me siente bien?

Él se quedó pensativo.

-Que estés con Brad. Eso no te sienta bien.-murmuró y sonreí ante el comentario.-¿Tienes frío?

Asentí con la cabeza y noté que los dientes me castañeaban.

-Dios, Holly... estás helada, joder.-me miró detenidamente y noté un destello en sus ojos.- Tienes las mejillas enrojecidas del frío, las manos congeladas y tus pestañas...

-Cada vez que cierro los ojos noto que me pesan, y no sé si es por el sueño, o por tenerlas congeladas, pero sólo sé que me estoy muriendo de frío.

Acercó sus manos, las cuales estaban a una agradable temperatura a mis mejillas, y las acarició con suavidad, empezando a notar que mi temperatura subía. Luego dirigió la yema de sus dedos hacia mis pestañas y las acarició.

Y, en un rápido movimiento, me acercó hacia su cuerpo y le rodeé la cintura con frío y sin vida como el hielo, si no caliente y vivo.

-Me alegro-murmuré, aún con la voz temblorosa por el frío.-De que no seas el típico idiota que se quita la chaqueta cuando su chica tiene frío.

Su pecho tembló, y fue entonces cuando me di cuenta de que se estaba riendo.

-Eso lo hacen los estúpidos. Prefiero darte el calor de mi cuerpo que una absurda chaqueta. Lo disfruto más.

Me reí y alcé la los ojos hacia él mientras me acariciaba la espalda.

Sus ojos me miraban inquietos, protectores, tiernos.

-¿Qué miras?-dijo cuando vio que le observaba detenidamente. Cada centímetro de su cara. Cada destello de sus ojos. Cada copo en su pelo. Me ruboricé y busqué entonces una excusa.

-Sólo pensaba... es raro que desde que he venido no me hayas dado ningún beso.

Y, de un momento a otro, en el que sólo me dio tiempo a ver que la comisura de sus labios se elevaba formando una sonrisa, posó sus manos en mi cara y atrajo sus labios a los míos.

Sus labios, al contrario que los míos, fríos y temblorosos, estaban calientes, húmedos y suaves, algo que me alegró porque así podría despertar a los míos.

Su lengua perfilando mis labios me hizo sonreír involuntariamente y por consiguiente, le mordí el labio haciendo un sonido sordo al chocar mi diente contra su piercing, dejando escapar un gruñido por su parte.

Sus manos fueron de mis mejillas a mi cintura, levantándome y colocándome sobre él, y sus labios se introdujeron por el hueco de mi cuello y comenzaron a rozarlo y a besarlo, bajando cada vez más hacia la clavícula, respirando sobre mi piel y desatando una oleada de emociones por todo mi cuerpo.

Me depositó sobre el banco y gruñí al sentir el frío tacto de la nieve, pero no me importó, pues él se había colocado sobre mi cuerpo y sus labios se habían acercado al lóbulo de mi oreja.

-Te quiero, maldita sea.

Lo atraje de nuevo hacia mis labios y aferré mis brazos en su ancha espalda; no soportaba la idea de tener sus labios tan cerca de los míos, y a la vez tan lejos, sin poder besarlos, sin poder hacer nada.

-¿Holly?

Me incorporé rápidamente ahogando un grito, y Luke hizo lo mismo, y sobresaltados, nos encontramos con lo peor. Alice.

_ _ _ _

Hiiii,

He estado desaparecida mucho tiempo, lo sé, pero desde que empezó el instituto tuve poco tiempo para ponerme a escribir, por no decir nada. Bueno, ¿qué tal? He cagado el momento de Holly y Luke, pero es que... tenía que hacerlo. Me gustaría que me dijéseis en los comentarios que os parece el cap, si la he cagado, si no... y eso,  que gracias por todos los votos y comentarios, you guys make me happy :') ilysm

juliaseconds xx

«Innocent» luke hemmings fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora