O4┊ el doctor gruñón y su enfermero bambam.

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El sabor amargo en su boca fue lo primero que percibió al momento de que su cuerpo empezara a reaccionar. Estaba sediento pero no portaba de la fuerza suficiente para levantarse y cargar con su propio peso durante el camino a la cocina.

YoungJae se permitió un descanso, hundirse en la pereza y esconder su rostro aún más debajo de la almohada. El alivio lo invadió cuando cumplió lo que quería. Todo su cuerpo estaba en completa calma y paz debajo de las cobijas, pero ese sabor en su boca empezaba a molestarlo sobre todo.

La oscuridad desapareció cuando la lámpara al lado de su cama se encendió y en automático se apegó aún más a su almohada.

— ¿Estás despierto?

La pregunta era tonta, lo admitía. Si no fuera porque hacer el movimiento más ligero de labios fuera una labor que necesitara todas sus energías, habría hecho un comentario en forma de burla. No le quedó de otra que ser bueno y asentir, mareándose  en el proceso.

— Traje tu agua. —Sus ojos se abrieron con dificultad hacia la voz, porque hasta sus pestañas incrementaba el ardor que lo invadía. — ¿Quieres que te ayude a levantarte?

YoungJae negó y puso todo su esfuerzo para sentarse, sus articulaciones al estar tanto tiempo sin estirarse le dificultaban el proceso causándole un inmenso dolor. Aún así, consiguió apoyar su espalda del respaldo y observar mejor su alrededor. Un chico estaba a un lado de la cama con un vaso de vidrio extendido hacia él esperando pacientemente a que lo tomara, el tapaboca que utilizaba consiguió que se preguntase varias veces quien era en su mente, pero poco a poco se percató que era JaeBum.

— ¿Estoy en cuarentena?

No recibió una respuesta como tal, escuchó una risa de su parte y el vaso se empujó aún más hacía él. YoungJae finalmente se decidió a tomar el líquido y fue lo más agradable que tuvo durante los minutos que llevaba despierto, el sabor en su boca disminuyó considerablemente.

JaeBum permanecía a un lado de la cama, con las manos detrás de su espalda. YoungJae le causaba incomodidad el silencio generado aunque todo lo que su cabeza le pedía un año sin ruido. Quería preguntarle que había pasado, como llegó a su cama ya qué lo último que recordaba era estar a punto de quedarse dormido en el aula, que día era o si Bambam había comido. Optó por preguntar lo que más le interesaba de las opciones.

— ¿Dónde está Bambam?

— Está tratando de completar un rompecabezas.—Respondió al instante JaeBum.— Quería ayudarlo, luego dijo que era un trabajo para personas muy inteligentes y preferí dejarlo colocar la cabeza de totoro en la punta de un árbol.—YoungJae ríe.—Es imposible discutir con él.

— No sé de donde lo heredó. —Suspiró, JaeBum lo miraba esperando que dijera algo más y lo hizo: — ¿Qué pasó?

Qué no pasó era la verdadera pregunta.

―baby bambam.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora