21┊cambiar para crecer.

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maratón 4/4

Tres meses después

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Tres meses después.


YoungJae empujaba la gran caja con todas sus fuerzas en distintas posiciones, pero ésta no avanzaba ni un centímetro. Entre luchar y luchar terminó deslizándose hacia el suelo ya que ésta finalmente se movió.

Se incorporó de un salto, motivado a volver a intentarlo pero solo se encuentra con la expresión burlona de su novio, el cual ya había logrado que la caja estuviera dentro de la casa.

— ¿Te ayudo en algo, Superman?

El menor rueda sus ojos mientras se despide de camión que lo ha ayudado a transportar sus muebles, luego camina dentro de la casa, encontrándose con su hijo escribiendo su tarea en un improvisado escritorio con cajas. Él tenía uno propio pero desde que han empezado con la mudanza le encantó jugar con ellas. A las escondidas, dibujar en ellas. Su último año de preescolar empezaría la siguiente semana, pero durante el verano YoungJae le regaló un cuaderno de caligrafía para que practicara su escritura a petición del niño y éste completaba las páginas una por día. YoungJae las revisaba, le señalaba sus errores y le pegaba estrellitas doradas cuando le salían perfectas. Medio libro estaba lleno de ellas.

YoungJae suspira mientras mira a JaeBum empezar a desempacar.

— Les dije que me esperaran en casa.

— Probablemente te estaría buscando a la media noche porque no has logrado meter la cama. —El menor gruñe, pero sonríe cuando el pelinegro le extiende un vaso con agua lleno de hielo. 

El verano empezaba a terminar para pasar al otoño, pero cada día se volvía más y más intenso. El calor hacía que las camisetas se les hiciese molestas debido a la humedad y el sudor, ambos apenas llevaba una sin mangas y suelta. Incluso se había llevado un suéter de cuatros porque el clima parecía perfecto para llover, pero la dejó tirada en quien sabe donde y cada minuto quería encerrarse en el baño y ducharse por dos horas.

No estaba en sus planes empezar la mudanza a principios de septiembre, todo pasó demasiado rápido. En medio del estrés del papeleo en recursos humanos se topó con un anuncio de empleos, a los cuales le envió su currículo al instante a cada uno. Solo uno lo aceptó y se sintió el hombre más afortunado cuando leyó las condiciones en las que podía trabajar como telecomunicador. Cuatro horas por tres días a la semana, en la oficina o en la comodidad de su hogar. Era demasiado gracioso atender las llamadas en casa y la paga no era la mejor, pero era dinero que le ayudaba de todas formas.

La universidad también había iniciado, pero la mayoría de sus clases era en linea y no podría decir que se le ha hecho más fácil con los estudios. En su primera semana ya sentía que su cerebro explotaría, pero iba a sobrevivir como diera lugar.

―baby bambam.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora